El centro de análisis Funcas ha mejorado en seis décimas su previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para este año, elevándo la cifra hasta el 2,9% frente al 2,3% de la anterior lectura. Las nuevas estimaciones del ‘think tank’ para la economía de España apuntan a expectativas de expansión más optimistas de lo esperado para 2025, aunque con indicios de menor dinamismo a medio plazo.
Este ajuste al alza, presentado este miércoles por el director general Carlos Ocaña y el director de Coyuntura y Economía Internacional Raymond Torres durante una rueda de prensa en la que han abordado sus proyecciones para el actual y los próximos dos años, responde principalmente a dos factores: las revisiones de los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la reducción del impacto esperado por el endurecimiento de aranceles de Estados Unidos. En concreto, se atribuye un aumento de cinco décimas a la actualización de las cifras de Contabilidad Nacional del organismo oficial, mientras que una décima adicional se correpsondería con una estimación más cautelosa del efecto en las cuentas españolas de la subida de tasas de Donald Trump.
No obstante, los responsables de la entidad advierten que el crecimiento se podría desacelerar en los años siguientes, previendo un avance del 1,9% en 2026 (tres décimas más de lo esperado anteriormente) y del 1,7% en 2027. Más allá de la mencionada revisión de las cuentas de la institución dependiente del Ministerio de Economía, esta ralentización, explican, refleja un desequilibrio creciente entre la demanda interna y la externa. Según las proyecciones, la economía mostrará un comportamiento menos homogéneo en sus motores de crecimiento.
Estas previsiones, según los directivos de Funcas, destacan la necesidad de prestar atención a los factores de desaceleración y a los eventuales desajustes entre los componentes de la actividad económica, que podrían incidir en la solidez de la recuperación prevista para los próximos ejercicios. Así, los expertos señalan la evolución del componente de consumo público, el turismo y las importaciones como factores que frenan el crecimeinto, mientras la inversión en construcción se dispara.
Pese a la mejora de perspectivas, el comportamiento de la inversión empresarial sigue siendo objeto de preocupación. Torres explicó que el nivel de inversión empresarial prepandemia solo se alcanzará, en términos reales, a partir del próximo año. La previsión de Funcas señala una recuperación de la inversión empresarial durante este ejercicio y en los dos siguientes, aunque advierte que su debilidad podría restringir la productividad futura.
En el sector de la construcción, Funcas mantiene expectativas favorables, proyectando un aumento de la inversión del 4,1% para este año, seguido de incrementos del 4,4% en el próximo y de un 3% en 2027. Sin embargo, Torres advirtió que la reactivación de la construcción solo empezará a reducir el déficit habitacional a partir de 2026, remarcando que este repunte será insuficiente para cerrar la mencionada brecha habitacional en el corto plazo.

De hecho, Funcas cita el impacto de la crisis de vivienda como uno de los principales factores de riesgo para la economía española, gracias a la persistencia de un déficit estimado de medio millón de unidades, lo que plantea preocupaciones sobre la capacidad del país para acomodar a la fuerza laboral extranjera proyectada para los próximos años. El centro de estudios advierte este desequilibrio habitacional limitará la incorporación de trabajadores extranjeros entre 2025 y 2027, cuando se espera un ingreso de 875.000 empleados foráneos, un segmento demográfico que ha sido uno de los motores de crecimiento económico más potentes en etapas recientes.
Respecto a las cuentas públicas, el centro de análisis prevé que la reducción del déficit y la deuda españolas será más lenta tras los años de fuerte crecimiento e inflación. Para el déficit público, las proyecciones de Funcas indican que descenderá progresivamente: 2,8% del PIB este año, 2,7% el año próximo y 2,6% en 2027. En cuanto a la deuda pública, se espera que caiga por debajo del 100% del PIB en 2024 (situándose en el 99%), para después disminuir al 98,2% en 2026 y al 97,5% en 2027, una proporción prácticamente equivalente a la de 2019, justo antes de la pandemia.