
Dinari McAlmont, un joven de 23 años residente en Bowie, Maryland, fue encontrado sin vida en una playa de Paradise Island, en Nassau, tan solo medio día después de haber aterrizado en las Bahamas acompañado por sus padres. Según reportaron las autoridades locales, el cuerpo fue hallado el domingo 6 de abril, en condiciones que aún motivan una investigación abierta por parte de la Policía Real de las Bahamas.
El joven se había separado brevemente de sus padres durante la cena en el resort The Reef at Atlantis. Su intención, según relataron sus familiares, era regresar a la habitación para buscar una chaqueta. No volvió. Al no poder localizarlo a través del sistema de ubicación del celular, sus padres denunciaron la desaparición esa misma noche.
Según NBC News, el resort, al confirmar la muerte de uno de sus huéspedes, emitió un comunicado dirigido a medios estadounidenses, expresando: “Nuestros pensamientos están con su familia durante este momento difícil. Estamos cooperando plenamente con las autoridades mientras llevan adelante la investigación”.
En una conferencia de prensa ofrecida el miércoles siguiente al hallazgo, la Policía Real de las Bahamas informó que la causa de muerte de Dinari McAlmont fue “ahogamiento”, conforme a los resultados preliminares de la autopsia. La autoridad subrayó que no se sospecha que haya habido “juego sucio” en los hechos que derivaron en el fallecimiento del joven estadounidense, aunque aclararon que la investigación continúa abierta.
El informe forense se mantiene incompleto a la espera de los resultados del análisis toxicológico, que podría aportar datos relevantes sobre la presencia de sustancias en el organismo al momento de la muerte, informó Fox News.
Este procedimiento médico-legal representa un paso clave para esclarecer las condiciones en que McAlmont falleció, especialmente en un contexto donde la familia ha manifestado dudas públicas sobre la versión oficial, a raíz de lo que observaron al momento de reconocer el cuerpo.
Pese a que la Policía Real de las Bahamas afirmó que no existen indicios de homicidio en el caso del turista, la madre, Michelle McAlmont, expresó públicamente sus dudas sobre esa conclusión. En declaraciones difundidas por Eyewitness News Bahamas y citadas por NBC News, afirmó que el rostro de su hijo presentaba signos de haber sido golpeado. “Necesito justicia para mi bebé”, dijo entre lágrimas.
Estas afirmaciones se contraponen directamente con la postura de las autoridades, que insisten en que, hasta el momento, no hay evidencias que respalden la hipótesis de una agresión. No obstante, la policía mantiene la investigación abierta y aún aguarda los resultados del examen toxicológico, lo cual podría esclarecer si hubo algún factor externo involucrado en la muerte.
La familia, que se encontraba de vacaciones en el resort The Reef at Atlantis, no realizó más declaraciones públicas después del testimonio inicial de Michelle. Según NBC News, no fue posible obtener más comentarios por parte de sus allegados.
La muerte de Dinari McAlmont se produce en un contexto en el que el Departamento de Estado de los EEUU mantiene activa una advertencia de viaje de Nivel 2 para las Bahamas. Esta clasificación sugiere que los ciudadanos estadounidenses deben “estar atentos a riesgos aumentados para su seguridad y protección” al visitar el país.
Este mismo grado de advertencia se aplica también a otros destinos del Caribe como Cuba, República Dominicana, Antillas Neerlandesas y las Islas Turcas y Caicos. Las recomendaciones de Nivel 2, si bien no implican una prohibición o restricción severa, sí instan a los viajeros a adoptar precauciones adicionales durante su estadía.
La existencia de esta advertencia contextualiza una serie de episodios recientes que han despertado preocupación. Entre ellos, el caso de Taylor Casey, una ciudadana estadounidense que desapareció en julio de 2023 durante un retiro de yoga también en Paradise Island, y cuyo paradero sigue siendo desconocido