Algunos medios incluso advierten que García habría adoptado una postura crítica hacia la Casa Blanca, y consideran que ese aparente distanciamiento representa una grieta significativa en el respaldo hispano al mandatario.
En este contexto, DIARIO LAS AMÉRICAS entrevistó a la senadora García para conocer, en sus propias palabras, su valoración sobre un tema crucial para una comunidad con amplia representación de inmigrantes.
Le enviamos un cuestionario escrito que la senadora, hija de inmigrantes cubanos, respondió de manera inmediata.
- ¿Por qué se opone a las políticas migratorias de la administración de Trump después de haberle dado su respaldo y su voto?
Creo que se está generalizando mis declaraciones. Estoy de acuerdo en deportar a aquellos con antecedentes criminales que son violentos y que no respetan a los demás. Sin embargo, me opongo a deportar a quienes están en proceso judicial de inmigración o a aquellos que son detenidos arbitrariamente para cumplir con una cuota. La cancelación del TPS y otros programas de protección pone en riesgo a nicaragüenses, venezolanos, cubanos, haitianos y otros. Nunca imaginé que la situación se desarrollaría de esta manera.
- Usted ha dicho que “no votamos para esto”, a pesar de que el presidente Trump en campaña dijo que iba a deportar a todos los inmigrantes que cometieron delitos. Trump considera un delito ser un inmigrante ilegal o indocumentado. ¿Puede explicarme cuál es su posición al respecto?
Durante la primera administración de Trump, las deportaciones estaban por debajo de las estadísticas de Obama, Bush padre y Biden, porque cerró completamente la frontera y se enfocó en combatir a regímenes comunistas como los de Venezuela y Cuba, confiscando cuentas bancarias vinculadas a esos gobiernos. En contraste, durante la administración de Biden, la frontera se abrió, lo que permitió la entrada de miles, incluso millones, por tierra y por avión. Esta apertura ha dado lugar a problemas, como el aumento de la influencia de carteles criminales en Nueva York y otros estados. Ahora, muchos inocentes están pagando por las acciones de otros.
- Usted también ha sido muy crítica con respecto a la persecución de personas que cumplen con las audiencias de inmigración y que están en proceso de asilo. ¿Qué está sucediendo?
La administración de Trump, bajo la influencia de Stephen Miller, busca cumplir con cuotas de deportación, lo que ha llevado a la detención arbitraria de personas que cumplen con sus obligaciones legales. Hemos visto casos conmovedores, como el de "Heidy", una cubana en Tampa que asistió a su vista y fue deportada 48 horas después, dejando atrás a su hija y a su esposo ciudadano. Aunque tengo entendido que se logró la reunificación familiar, hay muchos otros que están siendo tratados injustamente. El enfoque de Miller en el sur de Florida, donde el 75% de la población es hispana, es alarmante.
- ¿Cree usted que se está vulnerando la legalidad o el debido proceso legal de muchas de las personas que están siendo deportadas?
Sí, es fundamental que definamos y reformemos nuestro sistema de inmigración. Necesitamos un sistema claro que incluya visas de turista, trabajo, residencia y parole humanitario. Aunque este sistema tiene potencial para ser bueno, se presta a abusos cuando no se aplica correctamente. La inmigración y la trata de personas son negocios multimillonarios que alimentan a dictaduras, que se benefician de las remesas enviadas por los inmigrantes y de la trata humana.
- Usted ha criticado fuertemente la influencia del asesor Stephen Miller. ¿Por qué cree que Trump se deja guiar por alguien así?
No hay una solución perfecta. Todos conocemos a personas cuyas decisiones dejan mucho que desear, pero las aceptamos. Trabajé con Miller y sé que tiene sus limitaciones. ¡No lo soporto! El presidente de Estados Unidos no puede estar al tanto de todo, y lo mismo ocurrió con Biden. Durante sus cuatro años de mandato, ¿quién manejaba realmente el país? Las decisiones de esa administración fueron desastrosas a nivel internacional, con Ucrania, Rusia y China como ejemplos claros. La responsabilidad de las políticas actuales no recae solo en Trump; Biden también tiene un papel importante en lo que está sucediendo.
- Además de su crítica pública, ¿qué otros pasos puede dar para intentar revertir la política actual de la Casa Blanca contra los inmigrantes?
Sé que [los congresistas Mario] Díaz-Balart, [Carlos] Giménez, y [María Elvira] Salazar y [el secretario de Estado Marco] Rubio están haciendo lo posible. Lo que sucede es que aquellos que nunca han estado en este mundo piensan que esto es fácil y que los cambios deben ocurrir de un día para otro. Juzgan, señalan con el dedo, ofenden e incluso amenazan, pero no comprenden lo difícil que es navegar en el gobierno. Por eso, cada cuatro u ocho años pasamos de un extremo a otro. He aprendido que muchos en Washington no comprenden las luchas de nuestros países. Escuchan a intereses especiales y buscan soluciones fáciles y temporales. Aquellos que redactan propuestas extensas a menudo carecen de una conexión con los problemas cotidianos de la clase media en EEUU, y su enfoque suele estar más centrado en la próxima campaña electoral que en soluciones reales.
- ¿Percibe usted descontento entre los residentes que representa en Tallahassee respecto a las políticas de la Casa Blanca? ¿Ha recibido quejas de sus votantes? ¿Qué les responde?
Estoy muy atenta a las preocupaciones de la comunidad y he recibido quejas. Estoy observando la situación de cerca y no me gusta lo que veo. Es importante escuchar y actuar.
- ¿Cree que la actual política antiinmigrante de Trump afectará al Partido Republicano en las elecciones de medio término?
Quiero aclarar que el término "antiinmigrante" deja mucho que desear. La posición de la administración y la de los demócratas, quienes también deportaron cubanos después de que Obama eliminara la política de "pies secos, pies mojados", debería tener un sistema de leyes que se cumplan para proteger a todos en este país, EEUU. Si seguimos pensando de esa manera, estaremos atrapados en un ciclo de extremos sin resolver el problema. Debemos dejar de lado la ideología política y centrarnos en soluciones efectivas.
- ¿Qué opina sobre las revueltas en California? ¿Cree que se replicarán en otras ciudades de EEUU.?
Lo que está sucediendo en California no es una protesta; es un movimiento anárquico anti-Trump. Es fundamental distinguir entre protestas legítimas y actividades que buscan desestabilizar.
- ¿Se arrepiente de haber hecho campaña en favor de Trump?
No me arrepiento. Creo que es necesario corregir y mejorar la situación para millones que buscan mejor vida y respetan nuestro país. Durante la primera administración, los hispanos y latinos en EEUU prosperaron después de años difíciles bajo Obama. No debemos ser hipócritas; la administración de Biden ha tenido efectos desastrosos. Por eso decidí alzar la voz, sin temor a las consecuencias.
Contexto migratorio: cifras récord y endurecimiento de políticas
Según estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), durante la presidencia de Joe Biden, entre 2021 y 2023, al menos 8.2 millones de indocumentados cruzaron las fronteras norte y sur de Estados Unidos, lo que representa una cifra récord. De ese total, a 5.8 millones se les permitió el ingreso bajo ciertas protecciones migratorias. Es decir, 4.6 millones son solicitantes de asilo que llegaron por la frontera sur y fueron liberados bajo condición de presentarse ante un juez migratorio. Este grupo incluye a aquellos que gestionaron su ingreso mediante la aplicación CBP One, a los 531.600 inmigrantes de Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua que accedieron al país a través de un permiso especial conocido como parole, así como a 214.800 ucranianos que arribaron con amparo humanitario. Otros 327.900 cruzaron por la frontera con Canadá, y 75.000 lo hicieron mediante un programa destinado a personas que colaboraron con el gobierno estadounidense en Afganistán. Solo en 2024, el país recibió más de 100.000 refugiados, la cifra más alta en un solo año desde mediados de la década de 1990. Muchos de los inmigrantes que ingresaron durante ese período permanecen en un limbo legal, ya que la administración Biden no completó la documentación necesaria para citarlos ante las Cortes de Inmigración.
Tras su regreso a la Casa Blanca, el presidente Trump impulsó la suspensión del parole humanitario que protegía a cerca de 500.000 inmigrantes de Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua. También expandió los programas de control migratorio e intensificó las operaciones de ICE, con redadas en diferentes ciudades, alcanzando el pasado 4 de junio, un récord de 2.200 arrestos en un solo día. El plan es llegar a los 3.000 arrestos diarios. Entre otras medidas restrictivas, se suspendió el Estatus de Protección Temporal (TPS) que ampara a los venezolanos. La actual administración en el primer mes en el poder expulsó del país a 37.660 inmigrantes indocumentados.