
El estado de Florida llevó a cabo la ejecución de Samuel Lee Smithers, de 72 años, condenado por el asesinato de dos mujeres cuyos cuerpos fueron hallados en un estanque rural en la localidad de Plant City.
Smithers recibió una inyección letal en la Prisión Estatal de Florida, en las cercanías de Starke, bajo una orden firmada por el gobernador republicano Ron DeSantis, según informó The Associated Press (AP).
La muerte de Smithers representa la decimocuarta ejecución estatal en 2025. Desde que la Corte Suprema de Estados Unidos restableció la pena de muerte en 1976, el total anual más alto de ejecuciones en Florida fue de ocho en 2014. De esta manera, Florida se mantiene como el estado con más ejecuciones realizadas en lo que va del año, seguido por Texas, que suma cinco.
Smithers fue declarado culpable de dos cargos de asesinato en primer grado y condenado a muerte en 1999. De acuerdo con documentos judiciales citados por NBC News, Smithers conoció a Christy Cowan y Denise Roach durante mayo de 1996 en un motel de Tampa, donde se reunió con ellas a cambio de servicios sexuales. Por entonces, trabajaba realizando mantenimiento paisajístico en una propiedad de 27 acres que incluía tres estanques.

El 28 de mayo de 1996, la propietaria del terreno, quien conocía a Smithers de una iglesia donde él ejercía como diácono bautista, lo encontró limpiando un hacha en el garaje. Ante las preguntas de la mujer sobre una mancha de sangre en el lugar, Smithers respondió: “alguien debió haber pasado y matado un animal pequeño”.
La propietaria alertó a las autoridades, que al llegar observaron huellas de arrastre hacia uno de los estanques, en el que finalmente localizaron los cuerpos de Cowan y Roach. Las investigaciones revelaron que ambas víctimas habían sido golpeadas brutalmente, estranguladas y arrojadas vivas al estanque, donde murieron.
Según registros judiciales, Smithers insistió en su inocencia durante el proceso, aunque fue hallado culpable por un jurado. La defensa intentó apelar la sentencia argumentando que, por su edad, la ejecución violaba la prohibición constitucional estadounidense contra los castigos crueles e inusuales.

No obstante, la Corte Suprema de Florida rechazó el recurso, determinando que la edad avanzada no exime a los reclusos de la pena de muerte. Hasta el momento de la ejecución, aún quedaba una apelación pendiente ante la Corte Suprema de Estados Unidos.
En lo que va del año, 35 personas han sido ejecutadas en Estados Unidos mediante sentencias judiciales, y al menos ocho personas más están programadas para ser puestas a muerte durante 2025. En Florida, destacan los próximos casos de Norman Mearle Grim Jr., de 65 años, cuya ejecución está fijada para el 28 de octubre, y Bryan Fredrick Jennings, de 66 años, programada para el 13 de noviembre de 2025.
Las ejecuciones en Florida se realizan mediante inyección letal, compuesta por un sedante, un paralizante muscular y una sustancia que detiene el corazón, siguiendo el protocolo establecido por el Departamento de Correcciones estatal.