
Por El Diario
18 Abr 2025, 21:57 PM EDT
La noche del jueves 17 de abril, el músico argentino Fito Páez ofreció una velada única en The Greene Space de Nueva York, en el marco de la serie “A New York Evening With…” organizada por el GRAMMY Museum. El evento, que combinó una entrevista en vivo con un concierto íntimo, sirvió para presentar su ambicioso nuevo proyecto: Novela, un álbum conceptual que le llevó más de 40 años completar.
Ante un público reducido —y afortunado— que incluía, entre otros, al legendario pianista cubano Chucho Valdés, Páez recorrió con humor, sensibilidad y lucidez los caminos de su carrera, su proceso creativo y su relación con la música. “Es mi naturaleza”, dijo durante la charla, “play, jugar, estudiar, curiosear, estar en una sala de ensayos y en los bares”, dejando en claro que su motor artístico sigue intacto.
Moderado por la periodista Julyssa Lopez, editora adjunta de música en Rolling Stone, el diálogo abordó los orígenes de Novela, un disco de 25 canciones con personajes originales y una narrativa cinematográfica que transcurre en un pueblo remoto revolucionado por la llegada de un circo. Páez explicó que se trata de una obra que comenzó a componer en 1988 y que finalmente pudo terminar y grabar entre Abbey Road, en Londres, y los estudios 5020, en Madrid.

Fito fue enfático al definir que Novela “no es una ópera rock, para nada”, y se detuvo en describir los elementos visuales de la portada del disco, compartiendo con el público el origen de cada símbolo que allí aparece.
El músico también habló sobre su formación y su identidad artística, afirmando que sus raíces están “en todo tipo de música”, desde el rock y el jazz hasta la música clásica, el tango y el folklore. Fue una declaración coherente con el repertorio que eligió para el cierre de la noche: un concierto breve y emotivo, acompañado únicamente por su piano.
El set incluyó cinco canciones:
- “Yo vengo a ofrecer mi corazón”
- “Un vestido y un amor”
- “Parte del aire”
- “La última curda”
- “Mariposa tecknicolor”
“Parte del aire”, incluida en el emblemático disco La La La que Páez grabó junto a Luis Alberto Spinetta en 1986, fue uno de los momentos más íntimos del show. Aunque no se refirió específicamente a la canción, su elección fue un guiño evidente a una de las colaboraciones más importantes de su carrera.
También sorprendió con una emotiva versión de “La última curda”, tango clásico de Aníbal Troilo y Cátulo Castillo, popularizado por Edmundo Rivero. Con esa interpretación, Fito ratificó su vínculo con la tradición del tango y su capacidad de habitar múltiples géneros con la misma profundidad.
El evento fue parte de la serie de programas públicos que el GRAMMY Museum ha comenzado a ofrecer en la ciudad de Nueva York, con el apoyo de la Dawn and Brian Hoesterey Family Foundation. La conversación se desarrolló en una dinámica bilingüe —español e inglés— que permitió al artista expresarse con libertad ante una audiencia diversa.
La noche cerró con aplausos de pie y un ambiente cargado de emoción. Quienes estuvieron allí no solo vivieron una experiencia musical irrepetible, sino que lo hicieron rodeados de personas que compartían la certeza de haber sido testigos de algo extraordinario: una noche en la que Fito Páez, con humor, pasión y autenticidad, volvió a recordarnos por qué su obra sigue siendo fundamental en la música latinoamericana.
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