El 26 de octubre, maquinaria pesada ingresó ilegalmente a la antigua Hacienda San Nicolás, en Supe (Barranca), y derribó parte de sus edificaciones coloniales, declaradas Patrimonio Cultural de la Nación desde 1974. (Composición: Infobae)La mañana del 26 de octubre marcó un episodio lamentable para la historia peruana. En el distrito de Supe, provincia de Barranca, maquinaria pesada ingresó a la antigua Hacienda San Nicolás y comenzó a derribar sus edificaciones. El ruido del metal contra los muros coloniales interrumpió el silencio del valle de Supe y dejó al descubierto una herida profunda en la memoria cultural del país. Los habitantes del lugar observaron con desconcierto cómo parte de un inmueble de más de cuatro siglos de historia era reducido a escombros, pese a haber sido declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 1974.
La Zona Arqueológica Caral (ZAC), unidad ejecutora del Ministerio de Cultura, confirmó que sus especialistas habían advertido semanas antes el peligro de intervención irregular en el sitio. Aun así, el atentado ocurrió a plena luz del día. “El domingo 26 de octubre, personal de la ZAC advirtió el ingreso de maquinaria pesada que empezó a derribar las antiguas construcciones de la Zona Monumental de la Hacienda San Nicolás”, informó la entidad en un comunicado. La alerta movilizó a arqueólogos, abogados y autoridades, pero las gestiones no lograron detener la destrucción.
El área afectada, conocida como “Casa y antiguas dependencias de la Hacienda San Nicolás”, forma parte del sitio arqueológico Chimú Capac, dentro de la jurisdicción de la ZAC. Los especialistas lamentaron que, pese a la intervención de la Policía Nacional, la Fiscalía y representantes del Ministerio de Cultura, la maquinaria destruyera completamente dos edificaciones históricas. “Estas acciones no lograron impedir que la maquinaria destruya completamente los componentes arquitectónicos de la antigua Hacienda San Nicolás”, precisó la institución.
La demolición generó el pronunciamiento del Ministerio de Cultura, que envió a un equipo técnico para constatar los daños y coordinar la inmovilización de la maquinaria usada. La inspección reveló que la edificación principal aún conserva su integridad, pero confirmó el colapso parcial de dos estructuras que formaban parte de las dependencias monumentales.
La Zona Arqueológica Caral (ZAC) había alertado semanas antes sobre el riesgo de intervención irregular en el sitio, pero el atentado ocurrió igualmente. (Difusión)La Hacienda San Nicolás fue construida en el siglo XVI, durante el periodo colonial, y perteneció originalmente a la Orden de los Agustinos. Sus amplios patios, galerías y muros de adobe fueron testigos de los cambios sociales y económicos del país. En el siglo XIX, el conjunto destacó por su producción agroexportadora de azúcar, y ya en el siglo XX, tras la Reforma Agraria de 1969, pasó a manos de la Cooperativa Agraria San Nicolás Ltda. N.º 17.
Además de su valor arquitectónico, la hacienda conserva evidencias históricas vinculadas a los procesos migratorios de inicios del siglo XX. En ese periodo, trabajadores japoneses se asentaron en la zona y formaron parte de las labores agrícolas, dejando una huella que aún se recuerda entre los descendientes locales.
El Ministerio de Cultura confirmó la destrucción total de dos dependencias monumentales y el daño parcial de otras estructuras; la edificación principal aún se mantiene en pie. (Difusión)Antes del atentado, la Zona Arqueológica Caral desarrollaba un proyecto para poner en valor la hacienda. El plan incluía la limpieza de los interiores y exteriores, la restricción del ingreso no autorizado y la creación de un recorrido seguro para visitantes. “Se buscaba convertir la Hacienda San Nicolás en un centro cultural y de desarrollo social que beneficie a los centros poblados de Cantagallo, Cerro la Cruz y San Nicolás”, informó la institución.
Horas después del atentado, el Ministerio de Cultura envió a sus especialistas para realizar una inspección técnica del inmueble y constatar el nivel de afectación. El informe oficial estableció una diferencia clara entre las estructuras dañadas y las que se mantienen en pie. “En el lugar, se constató que la edificación principal de la Casa Hacienda conserva su integridad y no fue objeto de afectación alguna; sin embargo, se verificó la demolición parcial de dos de las edificaciones correspondientes a las dependencias de la referida Hacienda”, precisó el comunicado.
El Ministerio de Cultura informó que, tras el atentado, el Ministerio Público exhortó al presidente de la Cooperativa Agraria San Nicolás a suspender cualquier acción de desmontaje y evitar el acercamiento a la zona por el riesgo de colapso. Además, se inmovilizó la maquinaria pesada y se iniciaron las denuncias correspondientes.
Construida en el siglo XVI por la Orden de los Agustinos, la Hacienda San Nicolás fue un importante centro agroexportador en el siglo XIX y conserva vínculos con la migración japonesa del siglo XX. (Difusión)La Zona Arqueológica Caral interpuso las denuncias ante las autoridades competentes y solicitó sanciones para los responsables. “Se espera que recaiga todo el peso de la ley sobre quienes resulten responsables de este abominable hecho”, indicó la entidad. Por su parte, el Ministerio de Cultura puso en marcha coordinaciones con la cooperativa propietaria para establecer reuniones orientadas a la preservación y recuperación del monumento.
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