
El gusano barrenador del Nuevo Mundo (NWS, por sus siglas en inglés) es una amenaza latente que podría resurgir en el estado de Florida. Este parásito carnívoro, erradicado de Estados Unidos hace más de cuatro décadas, parece estar moviéndose nuevamente hacia el norte desde México, generando preocupación entre las autoridades sanitarias y agrícolas de la región. El Departamento de Agricultura de Florida ha subrayado la vigilancia continua para prevenir un brote que podría tener graves consecuencias para la ganadería y la fauna del país.
La historia del gusano barrenador en Estados Unidos es extensa. Este insecto mortal llegó por primera vez al país antes de la Guerra Civil y se convirtió en un problema significativo en 1933 tras la llegada de animales infestados del sudoeste. No obstante, tras años de devastación económica en el sector agropecuario, fue erradicado en 1966 por medio de la técnica de insectos estériles, según datos de la Universidad de Florida. Sin embargo, en 2016, la plaga reapareció brevemente en los Cayos de Florida, donde su intervención rápida evitó una expansión mayor.
A pesar de su erradicación, el gusano barrenador sigue presentando una amenaza constante debido a su presencia endémica en regiones más al sur, como Sudamérica y algunas islas del Caribe. En un esfuerzo conjunto, Estados Unidos ha trabajado con Panamá para mantener una zona de contención mediante la liberación de moscas estériles, formando un muro biológico frente a su avance. No obstante, nuevas detecciones en México han elevado las alarmas sobre su posible reintroducción, lo cual ha resultado en la suspensión de importaciones de ganado mexicano hacia Estados Unidos. En México se han reportado dos casos de este parásito en seres humanos en las últimas semanas.

El gusano barrenador del Nuevo Mundo, conocido científicamente como Cochliomyia hominivorax, es la larva de una mosca que ataca a los animales de sangre caliente. Una vez que las moscas adultas depositan sus huevos en heridas abiertas, las larvas que emergen se alimentan agresivamente de tejido vivo, causando daño severo y potencialmente mortal. Este comportamiento distingue al gusano de otros tipos de larvas de mosca, que usualmente se nutren de tejido muerto y ayudan en la descomposición del mismo, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Históricamente, la presencia del gusano barrenador ha ocasionado un impacto económico devastador en América del Norte, comprometiendo la industria ganadera. Se estima que en un brote detectado en 1976, más de 1.4 millones de cabezas de ganado en Estados Unidos y México fueron afectadas. Los costos asociados a un brote no solo incluyen pérdida de animales y costos sanitarios, sino también la implementación de barreras y programas de control biológico.

La transmisión del gusano barrenador ocurre cuando las moscas ponen sus huevos en bordes de heridas en animales vivos. Las larvas infestan dichas heridas, profundizándolas a medida que avanzan, y pueden provocar infecciones secundarias graves. Los animales más expuestos incluyen el ganado, mascotas, fauna silvestre y, en algunas ocasiones, seres humanos. Patrones de comportamiento inusuales como irritabilidad, aislamiento del grupo, y un olor fétido distintivo son síntomas claves a observar.
El tratamiento de infecciones causadas por el gusano barrenador en seres humanos y animales domésticos suele requerir procedimientos veterinarios o médicos para remover físicamente las larvas. Contrariamente, en la vida silvestre, las estrategias están más enfocadas en eliminar el ambiente propicio para las moscas adultas mediante la liberación de insectos estériles. Este método, basado en la competencia entre especímenes autóctonos y los estériles, impide la reproducción y eventualmente disminuye la población del parásito.
Se recomienda a veterinarios y criadores en regiones propensas mantener heridas limpias y protegidas, reportar síntomas sospechosos de inmediato y evitar medidas de automedicación que puedan retrasar la detección temprana. En Florida, los casos sospechosos pueden reportarse a la Comisión de Conservación Vida Silvestre (FWC) a través del número 888-404-FWCC (3922) o del correo electrónico WildlifeHealthTeam@MyFWC.com.