Estudio muestra que no vacunados contra COVID-19 enfrentan más riesgo de insuficiencia renal aguda

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La vacunación contra el COVID-19La vacunación contra el COVID-19 reduce el riesgo de daño renal severo en hospitalizados, según estudio de UCLA Health. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La vacunación contra el COVID-19 se asocia con una reducción significativa del riesgo de daño renal severo en pacientes hospitalizados por esta enfermedad, de acuerdo con una investigación realizada por UCLA Health. El estudio, publicado el 12 de junio de 2025, analizó datos clínicos de más de 3.500 adultos que fueron ingresados en un hospital académico de Los Ángeles entre marzo de 2020 y marzo de 2022. La investigación detectó diferencias notables en la evolución renal de pacientes vacunados en comparación con quienes no habían recibido ninguna dosis de vacuna antes de su ingreso.

Los resultados indican que los pacientes que habían completado un esquema primario de vacunación —ya fuera con dos dosis de las vacunas de Pfizer o Moderna, o con una dosis de Johnson & Johnson— presentaron menos complicaciones renales durante la hospitalización, y también después del alta. En particular, se observó una menor necesidad de recurrir a la terapia de reemplazo renal continua (CRRT), una forma de diálisis empleada en cuidados intensivos para tratar casos graves de insuficiencia renal aguda. Estos hallazgos fueron difundidos por la propia UCLA Health a través de un comunicado oficial.

El estudio fue liderado por la doctora Niloofar Nobakht, profesora asociada de medicina en la división de nefrología de UCLA, quien explicó que la diferencia en el requerimiento de diálisis entre los grupos vacunado y no vacunado fue significativa. Según los datos presentados, el 16% de los pacientes no vacunados necesitaron CRRT, frente al 11% entre los pacientes que sí habían recibido al menos una dosis de vacuna antes de su hospitalización por COVID-19. La probabilidad de necesitar este tratamiento también fue más alta entre los no vacunados después del alta hospitalaria, según detalló el informe institucional de UCLA Health.

La terapia de reemplazo renal continua se emplea cuando los riñones dejan de filtrar adecuadamente los desechos y el exceso de líquido del cuerpo, un cuadro frecuente en pacientes con COVID-19 severo. La investigación tuvo como objetivo principal identificar la relación entre la vacunación y la probabilidad de llegar a este tipo de intervención. Sin embargo, los autores reconocieron limitaciones en la metodología, como la ausencia de datos completos sobre el estado basal de la función renal de los pacientes antes de ser hospitalizados.

El doctor Scott Roberts, subdirector médico de prevención de infecciones en Yale School of Medicine, señaló en declaraciones a NBC News que esta falta de información previa sobre la salud renal puede influir en la interpretación del impacto real de la vacunación. Roberts, quien no participó en el estudio, advirtió que sin conocer la función renal inicial, no puede establecerse con precisión si las diferencias observadas se deben exclusivamente a la protección conferida por las vacunas.

Pacientes vacunados presentan menos necesidadPacientes vacunados presentan menos necesidad de diálisis durante y después de la hospitalización por COVID-19. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En 2021, una investigación de Yale University publicada por Yale Medicine concluyó que alrededor del 30% de los pacientes hospitalizados por COVID-19 desarrollaron insuficiencia renal aguda. En comparación con otras causas de ingreso hospitalario, estos pacientes mostraron el doble de probabilidad de requerir algún tipo de diálisis. Esta tendencia se repitió especialmente en casos graves de la enfermedad.

El doctor F. Perry Wilson, profesor de medicina y salud pública en Yale, indicó que entre los pacientes con COVID-19, aquellos que presentaron formas más severas del cuadro clínico fueron también los más propensos a desarrollar complicaciones renales. En ese contexto, Wilson sugirió que la menor incidencia de diálisis en personas vacunadas puede deberse en parte a que estos pacientes presentaron cuadros clínicos menos graves, lo cual se alinea con lo observado por el equipo de UCLA Health.

El profesor Yong Chen, director del Center for Health AI and Synthesis of Evidence en la Universidad de Pensilvania, explicó a NBC News que en estudios liderados por su equipo también se documentó una relación entre el COVID-19 y daño renal en niños. En particular, encontró que los menores con infección previa por SARS-CoV-2 presentaban un 35% más de riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica en los seis meses posteriores.

En otro frente, el doctor Jeffrey S. Berns, nefrólogo del Hospital de la Universidad de Pensilvania, afirmó en entrevistas citadas por NBC News que existen reportes de aparición o recaída de glomerulonefritis —una inflamación de las unidades filtradoras del riñón— tanto después de infecciones por COVID-19 como tras la administración de vacunas. Aunque estos eventos no fueron abordados en el estudio de UCLA Health, constituyen un área de interés en la investigación clínica actual.

El 16% de los noEl 16% de los no vacunados requirió terapia de reemplazo renal continua, frente al 11% de los vacunados. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El 24 de mayo de 2025, el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., anunció que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dejarían de recomendar de forma rutinaria la vacunación contra el COVID-19 para niños sanos y mujeres embarazadas. Esta modificación fue publicada oficialmente en el sitio web del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). Consultados por NBC News, especialistas señalaron que aún no se puede determinar si esta medida incrementará el riesgo de complicaciones renales en menores no vacunados.

La incidencia de insuficiencia renal aguda ha disminuido desde los primeros años de la pandemia, según indicó el doctor Berns. En declaraciones a NBC News, el especialista atribuyó este descenso a la cobertura vacunal y a la inmunidad adquirida por infecciones previas, lo que ha llevado a cuadros clínicos menos severos en general. No obstante, el estudio de UCLA Health no evaluó específicamente el impacto de las nuevas variantes del virus ni la eficacia de las vacunas frente a ellas.

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