
Incluso las relaciones más sólidas y felices pueden enfrentar dificultades cuando ciertos comportamientos aparentemente insignificantes no se abordan a tiempo. Según Jourdan Travers, psicoterapeuta y directora clínica de Awake Therapy, estos hábitos pueden acumularse lentamente hasta que su impacto se vuelve insostenible.
En un artículo publicado por CNBC, Travers compartió su experiencia trabajando con más de 100 parejas y detalló cinco de los hábitos más comunes y molestos que, si no se corrigen, pueden deteriorar una relación.
Uno de los problemas más frecuentes que Travers ha identificado es la tendencia a esperar que la pareja adivine las necesidades y deseos del otro sin una comunicación clara.
Este fenómeno, conocido como la “ilusión de transparencia”, ocurre cuando las personas creen que sus emociones y pensamientos son evidentes para los demás, aunque no lo sean.
Según CNBC, esta falta de comunicación puede generar frustración y resentimiento, ya que la base de una relación saludable es la capacidad de expresar necesidades sin temor ni vergüenza.
Travers sugiere que, en lugar de confiar en señales sutiles, las parejas deben verbalizar sus expectativas de manera directa. Por ejemplo, una frase como “Me gustaría mucho que me ayudaras con los platos esta noche” puede evitar malentendidos y fortalecer la conexión emocional.

Otro hábito perjudicial es el de “llevar la cuenta” de las acciones de la pareja, ya sea en términos de favores, sacrificios o tareas domésticas. Según el medio, este comportamiento transforma la relación en una competencia, donde uno de los dos inevitablemente termina perdiendo.
Investigaciones citadas por CNBC indican que este enfoque puede generar una sensación de deuda y disminuir la gratitud entre los miembros de la pareja.
Además, fomenta una dinámica transaccional en la que los actos de bondad pierden autenticidad y se convierten en una moneda de cambio. Travers enfatiza que dar sin esperar nada a cambio es esencial para construir una relación basada en el amor y la reciprocidad.
La conducta pasivo-agresiva es otro de los comportamientos que Travers ha observado con frecuencia en su práctica. Este tipo de actitud, que puede manifestarse a través de comentarios sarcásticos, la retirada de afecto o acciones indirectas, suele ser una forma de expresar insatisfacción sin abordar directamente el problema.
Según el artículo de CNBC, este comportamiento no solo es confuso y doloroso para la pareja, sino que también impide resolver los conflictos de manera constructiva. Travers subraya que la comunicación abierta y directa es fundamental para superar los problemas y evitar que el resentimiento se acumule.
Ofrecer consejos no solicitados o intentar dirigir aspectos de la vida de la pareja, como su trabajo, amistades o pasatiempos, puede ser percibido como una forma de control.
Este comportamiento, conocido como “conducir desde el asiento trasero”, puede hacer que la relación adopte una dinámica de padre e hijo, lo que disminuye la satisfacción de ambos.
CNBC señala que, aunque la intención inicial pueda ser ayudar, cruzar la línea hacia la crítica constante puede resultar perjudicial. Travers recomienda que las parejas aprendan a distinguir entre ofrecer apoyo y emitir juicios, priorizando siempre el respeto por la autonomía del otro.

Finalmente, Travers destaca que escuchar con el único propósito de preparar una respuesta, en lugar de comprender realmente lo que la pareja está diciendo, es uno de los errores más negligentes en una relación.
Según el medio, este hábito puede hacer que la persona que habla se sienta ignorada o subestimada, lo que afecta negativamente la conexión emocional.
Las parejas más felices, según Travers, son aquellas que escuchan con la intención de entender, no solo de opinar. Esto fomenta una comunicación más profunda y significativa, fortaleciendo el vínculo entre ambos.
Aunque estos comportamientos pueden parecer alarmantes, Travers asegura que no son señales de que una relación esté condenada al fracaso. El primer paso para superarlos es reconocerlos y estar dispuesto a cambiar.
La terapeuta aconseja que, si uno de estos hábitos se presenta en la relación, es importante hablarlo abiertamente, asumir la responsabilidad y buscar formas de mejorar. En la mayoría de los casos, no es el hábito en sí lo que pone en peligro la relación, sino la negativa a modificarlo.
Jourdan Travers, quien también colabora con el sitio web Therapytips.org, concluye que las relaciones requieren trabajo constante y que pequeños ajustes en la comunicación y el comportamiento pueden marcar una gran diferencia en la calidad de la conexión entre las parejas.