
Nueve de cada diez estadounidenses planean solicitar el Seguro Social antes de los 70 años, a pesar de la recomendación financiera más frecuente de atrasar el trámite. Así lo indica el estudio 2025 U.S. Retirement Survey realizado por la firma Schroders. Esta tendencia se produce en un contexto donde los expertos sostienen que esperar hasta la edad máxima resulta en pagos mensuales sensiblemente superiores y estables de por vida.
El informe precisa que los estadounidenses pueden comenzar a reclamar los beneficios a partir de los 62 años, aunque hacerlo antes de la llamada “edad de retiro completo” —67 años según las reglas actuales— implica una reducción cercana al 30% en los pagos mensuales, proporción que se mantiene permanente. Por lo contrario, retrasar la solicitud hasta los 70 años representa un aumento superior al 30% en los ingresos mensuales por jubilación.
El hábito de solicitar los beneficios de manera anticipada podría significar una pérdida de hasta 182.000 dólares en pagos totales por jubilación. No obstante, solo un 10% de los participantes del estudio planea esperar hasta los 70 años, mientras un 44% piensa reclamar antes de la edad de retiro completa. Esta información proviene directamente de los resultados del sondeo aplicado a 1.500 adultos trabajadores estadounidenses, de acuerdo con el reporte de Schroders.
La preocupación por la estabilidad financiera inmediata y las dudas sobre la viabilidad futura del Seguro Social influyen notablemente en la decisión de reclamar de forma anticipada. Deb Boyden, directora de contribución definida de Schroders en Estados Unidos, declaró que el 70% de los encuestados está plenamente consciente de que postergar la solicitud genera beneficios más elevados, pero aun así priorizan el acceso temprano al ingreso.
Boyden explicó que muchos jubilados se ven obligados a usar los pagos apenas se retiran porque carecen de reservas suficientes, fenómeno ya registrado en estudios previos sobre la insuficiencia de los ahorros para el retiro. La incertidumbre sobre la sostenibilidad del programa también pesa en la decisión. Los resultados del sondeo muestran que numerosos trabajadores temen que el dinero no esté disponible en el futuro.
Según la última proyección de la Social Security Board of Trustees, el fondo fiduciario del Seguro Social estadounidense agotará sus reservas para 2034 si no se implementan reformas, lo que provocaría que los pagos se reduzcan alrededor de un 20%, aunque los desembolsos no se detendrán completamente.

Mientras tanto, los estadounidenses que aún no se jubilan creen necesitar cerca de 5,032 dólares al mes para retirarse con comodidad, cifra lejana al ingreso mensual promedio de los actuales jubilados, que ronda los 3,250 dólares, según los datos provistos por Boyden. Esta diferencia refleja la creciente tensión entre expectativas y realidades financieras en el proceso de jubilación.
Entre las posibles soluciones se encuentra el aumento del límite de ingresos sujetos al impuesto para el Seguro Social, situado en 176100 dólares, ya que por encima de ese monto no se realiza retención salarial para el sistema. Esta propuesta es recogida por especialistas como una de las alternativas para fortalecer los fondos en el futuro.
Por otra parte, un análisis de Goldman Sachs indica que el 75% de los trabajadores más jóvenes experimenta dificultades para ahorrar para su retiro. Las causas principales identificadas son el encarecimiento de gastos esenciales como la vivienda, lo que absorbe una proporción mayor de sus ingresos comparado con generaciones anteriores.