
Un retiro nacional de productos de sebo de res y manteca de cerdo ha sido anunciado por el Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (FSIS, por sus siglas en inglés). El aviso, emitido el 3 de junio, involucra aproximadamente 6,166 libras (más de 2 toneladas) de productos distribuidos por Sulu Organics LLC, una compañía con sede en Illinois que opera como distribuidora de alimentos.
Los productos, vendidos bajo las marcas Sulu Nutrition y Sulu Treat Your Soul, fueron distribuidos a lo largo del país en diversos formatos —incluyendo cajas de 50 libras (22.68 kg) y recipientes plásticos y de vidrio de entre 1.5 (3.18 kg) y 7 libras (680 gramos)— sin portar el sello de inspección del USDA, requerido por ley para cualquier producto cárnico.
Newsweek, medio que dio a conocer el retiro, informó que la empresa fue contactada por correo electrónico para dar su versión de los hechos, pero no se había recibido respuesta hasta el cierre del informe.
Los productos involucrados fueron fabricados entre diciembre de 2023 y marzo de 2024. En la lista figuran:
- “Sulu Nutrition 100 Percent Pure Beef Tallow Fully Rendered-Pasteurized All Purpose”, en cajas de 50 libras con códigos de lote 07192023-4502, 010224-0944 y 080124-7895, con fechas de caducidad entre julio de 2023 y diciembre de 2025.
- “Sulu Treat Your Soul Beef Tallow Rendered 100 Percent Pure Grass Feed Grass Finished”, en baldes plásticos de 7 libras con códigos 042225-0128, 042423-4502, 010224-0944 y 080124-7895, con vencimientos entre diciembre de 2025 y septiembre de 2026.
- Variantes similares en presentaciones de 5 libras y frascos de vidrio de 1.5 libras, así como productos de lard o manteca de cerdo 100 % natural, también fueron retirados, con fechas de caducidad hasta agosto de 2026.
La situación fue detectada luego de que consumidores alertaran al FSIS sobre la ausencia del sello oficial de inspección del USDA en los envases. Tras investigar, el organismo concluyó que Sulu Organics compró productos de una planta regulada, pero los reempacó en envases más pequeños y los etiquetó sin pasar por un nuevo control sanitario autorizado.

Según explicó Francisco Diez González, director del Centro para la Seguridad Alimentaria de la Universidad de Georgia, el núcleo del problema no está únicamente en el etiquetado, sino en la violación de la ley federal que exige inspección oficial en toda planta cárnica durante su producción.
“El factor más importante de este retiro es que la ley estadounidense requiere la aprobación de un inspector del USDA/FSIS en la planta cárnica cuando se produce el alimento. Como los productos no tienen el sello de inspección, se consideran adulterados, no aptos para el consumo humano y su venta es ilegal. Por eso deben ser retirados”, declaró Diez González a Newsweek.
El académico advirtió además que “como no sabemos en qué condiciones fueron preparados, el producto puede representar distintos riesgos biológicos, físicos y/o químicos para el consumidor, aunque es difícil precisar las consecuencias exactas para la salud”.
La noticia del retiro ocurre en un contexto de creciente preocupación pública sobre la seguridad alimentaria en Estados Unidos. De acuerdo con una encuesta de Civic Science publicada en diciembre de 2024, 8 de cada 10 estadounidenses se mostraron preocupados por los retiros de productos alimenticios. Además, casi la mitad de los encuestados expresó desconfianza hacia las tiendas de comestibles y marcas, y 3 de cada 10 aseguraron haber sido afectados personalmente por productos retirados.
Este caso refuerza esas preocupaciones al mostrar cómo la omisión de protocolos de inspección puede escalar a nivel nacional sin que se detecte de inmediato, incluso tratándose de productos de origen animal que requieren un manejo especialmente cuidadoso.

Aunque hasta el momento no se han reportado enfermedades ni reacciones adversas asociadas al consumo de estos productos, el FSIS mantiene el retiro en marcha y ha emitido recomendaciones claras: no consumir, desechar los productos o devolverlos al lugar donde fueron adquiridos.
El organismo también sugiere que cualquier persona preocupada por una posible reacción adversa debe contactar a un profesional de salud. “Este tipo de medidas preventivas son fundamentales para proteger al consumidor en casos donde la trazabilidad y las condiciones sanitarias del producto final son desconocidas”, subrayó el organismo federal en su comunicado.
El caso sigue abierto. La empresa responsable, Sulu Organics LLC, no ha emitido declaraciones públicas. La vigilancia sobre la cadena alimentaria y el cumplimiento de los protocolos federales de inspección siguen siendo una prioridad en el país ante la desconfianza creciente de los consumidores.