
El Gobierno estadounidense reforzó este miércoles su política de “máxima presión” sobre Irán con la imposición de nuevas sanciones a su programa de exportación de crudo a tres días de que se celebre un segundo encuentro entre ambos países para tratar de buscar un acuerdo sobre el programa nuclear de Teherán.
El Departamento del Tesoro anunció sanciones a una pequeña refinería basada en China, Shandong Shengxing Chemical, “por su rol en la compra de más de mil millones de dólares en crudo iraní”, así como castigos adicionales a empresas y buques que participan en la distribución camuflada de productos petrolíferos de la nación persa.
Estas sanciones, la sexta ronda contra el circuito de venta de crudo iraní desde que Donald Trump retornó a la presidencia en enero, se enmarcan dentro de la “campaña de máxima presión económica” sobre los ayatolás, según destaca el Departamento del Tesoro en un comunicado.
“La Administración de Trump ha dejado algo claro: aplicaremos la máxima presión sobre Irán e interrumpiremos la cadena de suministro y las exportaciones de petróleo del régimen, que apoya a terroristas y a sus aliados”, escribió en X el secretario del Tesoro, Scott Bessent, poco después de conocerse las nuevas sanciones.

“Estamos dispuestos a tomar todas las medidas posibles para reducir a cero las exportaciones energéticas de Irán, donde deben estar, y para garantizar la seguridad de los estadounidenses”, añadió.
El mensaje llega apenas tres días antes de una segunda reunión entre Irán y Estados Unidos que está previsto que se celebre en Roma, tras un primer encuentro que tuvo lugar el pasado fin de semana en Mascate (Omán), y que ambas partes calificaron de productivo.
Sin embargo, persisten importantes diferencias entre ambos países con respecto al alcance de las conversaciones, ya que Irán solo quiere hablar de su capacidad para desarrollar armas nucleares.
En cambio, Washington, donde Trump se ha mostrado dispuesto a atacar Irán si no acepta un acuerdo, ha insistido en hablar también sobre su programa de misiles o su apoyo financiero a grupos regionales como los hutíes del Yemen o Hezbollah.
Además, la principal figura estadounidense en las negociaciones, el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, habló ayer de “detener y eliminar” el programa de enriquecimiento de uranio de Teherán, a lo que su contraparte en las conversaciones, el canciller iraní, Abás Araqchí, respondió hoy diciendo que la capacidad del país de enriquecer uranio para lograr material fisible para uso civil no es negociable.
(Con información de EFE)