El cambio al horario estándar genera ajustes en el reloj biológico y puede alterar los patrones de sueño. (Imagen Ilustrativa Infobae)Con el final del horario de verano el próximo domingo 2 de noviembre, gran parte de Estados Unidos ajustará los relojes una hora atrás en el ya habitual cambio estacional. Aunque para muchos significa una oportunidad para dormir más, expertos en salud y estudios recientes alertan sobre las consecuencias que esta modificación puede tener en el organismo y en los hábitos de descanso.
El cambio entrará en vigencia a las 2:00 de la madrugada. A partir de ese momento, el horario estándar regirá hasta el 8 de marzo, fecha en la que volverá a implementarse el adelanto de una hora. Si bien la transición genera “un grato descanso extra”, especialistas recomiendan salir al aire libre por la mañana para facilitar el reajuste del reloj biológico.
Investigaciones realizadas por la Universidad de Stanford concluyen que los cambios de horario afectan la salud más de lo pensado. El estudio sostiene que “el peor escenario es alternar constantemente entre uno y otro horario”. Se determinó que mantener un solo sistema durante todo el año sería más saludable, y que el horario estándar permanente es el más adecuado “porque se alinea mejor con el sol y la biología humana”.
Cambiar el reloj apenas una hora puede afectar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el metabolismo. (Imagen Ilustrativa Infobae)Jamie Zeitzer, codirector del Centro de Sueño y Ciencias Circadianas de Stanford, explica que “la mejor manera de pensarlo es como si el reloj central fuera el director de una orquesta y cada órgano del cuerpo un instrumento diferente”. dijo a The Associated Press.
Zeitzer advierte que cuando este ciclo se interrumpe, ya sea por el cambio horario o por otras razones, “los diferentes sistemas del cuerpo, desde el inmune hasta el metabolismo, funcionan un poco peor”.
El cuerpo humano cuenta con un reloj maestro que se ajusta según la exposición a la luz solar y a la oscuridad, regulando el ciclo circadiano aproximado de 24 horas. Esta dinámica influye en los momentos de somnolencia y de mayor alerta, y varía según la edad.
Especialistas en ciclo circadiano recomiendan exponerse a la luz solar por la mañana para facilitar el reajuste del cuerpo. (Imagen Ilustrativa Infobae)Por la mañana, la luz solar ayuda a equilibrar el ritmo interno. Al llegar la noche, el cuerpo libera melatonina, favoreciendo el sueño. Sin embargo, una sobreexposición a luz durante la tarde o a fuentes artificiales puede retrasar la producción de esta hormona, lo que provoca dificultades para descansar.
El cambio de horario también afecta otras funciones críticas, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la producción de hormonas y el ritmo del metabolismo. Incluso modificar el reloj solo una hora “puede desequilibrar los horarios de sueño, ya que las actividades escolares o laborales mantienen su mismo inicio”.
Especialistas alertan que el cambio de horario en primavera es más agresivo para el cuerpo. Los días más oscuros en la mañana y las tardes más luminosas dificultan conciliar el sueño, y durante los primeros días se detecta un aumento en los accidentes viales y los infartos.
La privación crónica de sueño se ha vinculado con enfermedades como problemas cardíacos y obesidad. (Imagen ilustrativa Infobae)Quienes padecen trastorno afectivo estacional, una forma de depresión asociada a la reducción de luz solar, pueden experimentar mayor dificultad durante estos meses.
El impacto no es igual para todos. Muchas personas logran adaptarse, comparando la situación con los efectos del “jet lag” después de un viaje. Sin embargo, quienes trabajan en turnos rotativos o ya sufren problemas de sueño presentan mayores dificultades para ajustarse.
Actualmente, alrededor de un tercio de los adultos estadounidenses descansa menos de las siete horas recomendadas, mientras que más de la mitad de los adolescentes no alcanza las ocho horas de sueño. La privación crónica incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, deterioro cognitivo y obesidad.
Para facilitar la adaptación, expertos recomiendan modificar la hora de acostarse en intervalos de 15 minutos los días previos al cambio. Además, insisten en la importancia de exponerse a la luz natural en la mañana y, si no es posible salir, permanecer cerca de las ventanas.
hace 4 horas
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