Entre fantasmas y arte: el stop motion mexicano brilla con “Soy Frankelda”

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Pesadillas, fantasía y arte mexicano: “Soy Frankelda” llega para hacer historia. Diseño: (Jesús Tovar Sosa/Infobae)

Después de varios anuncios y una larga espera, el pasado jueves 23 de octubre finalmente llegó a las salas de cine Soy Frankelda, la primera película mexicana completamente realizada con la técnica de animación stop motion.

La cinta, dirigida por los hermanos Arturo y Roy Ambriz, marca un antes y un después en la animación nacional, al combinar una narrativa fantástica con una manufactura artesanal que se aleja del modelo hollywoodense.

Esta animación ha destacado porEsta animación ha destacado por su estilo que reivindica a las escritoras femeninas en México. Foto: (Facebook)

Soy Frankelda sigue la historia de Francisca, una joven escritora del siglo XIX que, reprimida por el contexto machista de su época, muere sin haber publicado sus relatos. Convertida en un fantasma, resurge como Frankelda, una narradora que usa las pesadillas para dar voz a las historias que nunca pudo contar en vida. Inspirada en la figura de Mary Shelley, autora de Frankenstein, la protagonista representa el poder creativo de las mujeres silenciadas por su entorno.

La trama combina elementos de la literatura gótica con referencias al folclore mexicano, creando un universo visual y temático único. Escenarios como cementerios, mansiones antiguas y criaturas fantásticas fueron elaborados de forma manual, dotando a la película de una textura tangible que distingue al stop motion frente a la animación digital.

El proyecto es obra del estudio Cinema Fantasma, fundado por los hermanos Ambriz, quienes trabajaron durante más de una década para llevar la historia a la gran pantalla. La producción requirió más de 140 marionetas y 50 escenarios construidos desde cero, todos realizados por artistas y técnicos mexicanos.

El rodaje se extendió por cuatro años y enfrentó múltiples desafíos económicos y logísticos. Aun así, el equipo apostó por mantener un sello artesanal, con iluminación, vestuario y diseño inspirados en la estética mexicana del siglo XIX.

Su objetivo, aseguran los directores, fue crear una animación con identidad propia, capaz de competir con los grandes estudios internacionales sin perder su esencia local.

Soy Frankelda llega a revolucionarSoy Frankelda llega a revolucionar la animación mexicana. (Cinépolis Distribución)

El multipremiado cineasta Guillermo del Toro fue una figura clave para concretar el proyecto. Además de brindar asesoría creativa a los realizadores, el director de El laberinto del fauno y Pinocho ayudó a gestionar parte de la distribución de la película.

Del Toro, conocido por su apoyo al talento mexicano emergente, compartió en redes sociales un mensaje que rápidamente se volvió viral: “Ándenles, pues, no sean HDSPM… vayan a verla”.

Su respaldo fue fundamental para atraer la atención de la crítica y el público. El filme fue reconocido en festivales como Annecy (Francia) y Animation Is Film (Los Ángeles) por su originalidad visual y narrativa profundamente mexicana.

Con Soy Frankelda, el cine mexicano demuestra que la innovación también puede venir desde la tradición. Los hermanos Ambriz han abierto un camino para futuras generaciones de animadores que buscan contar historias locales con técnicas universales.

El filme no solo honra la imaginación, sino también la resistencia creativa en una industria dominada por los grandes estudios. En palabras de Del Toro, Soy Frankelda “es prueba de que la animación mexicana puede mirar de frente al mundo sin perder el alma que la hace única”.

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