
Cada año, Estados Unidos enfrenta el impacto de aproximadamente 1.200 tornados, fenómenos que no se limitan a las áreas tradicionalmente conocidas como el Callejón de los Tornados o el Callejón Dixie, sino que pueden ocurrir en cualquier estado del país.
Según informó The Associated Press, incluso lugares inusuales, como el área de Los Ángeles, han sido golpeados por tornados, como ocurrió en 2023, cuando uno de estos fenómenos destrozó tejados y dejó una persona herida.
Ante esta realidad, los expertos subrayan la importancia de la preparación y la adopción de medidas de seguridad antes, durante y después de un tornado.

De acuerdo con el Laboratorio Nacional de Tormentas Severas, los tornados suelen concentrarse en ciertas regiones y épocas del año. En el Callejón de los Tornados, que incluye estados como Kansas, Oklahoma y Texas, el pico de la temporada se extiende de mayo a principios de junio.
Por otro lado, en el Callejón Dixie, que abarca estados del sur como Arkansas, Luisiana, Misisipi, Alabama y Georgia, la temporada comienza antes. Sin embargo, los especialistas advierten que esta clasificación puede ser engañosa, ya que los tornados pueden formarse en cualquier momento y lugar, lo que refuerza la necesidad de estar siempre preparados.
Uno de los elementos clave para enfrentar un tornado es contar con sistemas confiables de alerta temprana. Según Rick Smith, meteorólogo coordinador de alertas del Servicio Meteorológico Nacional en Norman, Oklahoma, las radios meteorológicas son herramientas esenciales que pueden salvar vidas.
Estos dispositivos, aunque considerados tecnología tradicional, emiten alarmas en caso de emergencia, lo que resulta especialmente útil en el sur del país, donde muchos tornados ocurren durante la noche. Smith destacó la importancia de tener múltiples métodos para recibir alertas, como aplicaciones móviles o sistemas redundantes, para garantizar que las personas estén informadas incluso en caso de cortes de electricidad.

En cuanto a los refugios, los expertos recomiendan buscar espacios subterráneos, como sótanos o refugios diseñados específicamente para resistir vientos tornádicos.
Sin embargo, en lugares como Oklahoma, donde el suelo arcilloso dificulta la construcción de sótanos, muchas viviendas carecen de estas estructuras.
En estos casos, Smith aconseja buscar habitaciones interiores sin ventanas y utilizar colchones, cojines o cascos para protegerse de los escombros. Además, los asientos de automóvil pueden ser útiles para proteger a los niños pequeños durante la tormenta.

Según investigaciones recientes, cerrar todas las puertas interiores y la del garaje puede ayudar a mitigar los efectos de los fuertes vientos al compartimentar las áreas de la casa.
Esta recomendación contradice la creencia errónea de que abrir puertas y ventanas ayuda a igualar la presión durante un tornado. Además, es fundamental prepararse para las consecuencias del fenómeno, ya que al salir del refugio las personas podrían enfrentarse a escombros, cables eléctricos caídos y otros peligros.
Los expertos sugieren vestirse adecuadamente con pantalones largos y zapatos resistentes, además de contar con un kit de emergencia que incluya agua potable y alimentos no perecederos.

Para quienes se encuentran conduciendo durante un tornado, las opciones seguras son limitadas. Smith desaconseja buscar refugio en zanjas o pasos elevados, ya que no garantizan la seguridad. En su lugar, recomienda salir de la carretera y buscar un edificio cercano. Sin embargo, en situaciones extremas, no existe una solución completamente segura, ya que los tornados pueden convertir vehículos en masas de metal irreconocibles.
La preparación y la educación son fundamentales para reducir los riesgos asociados con los tornados. Según The Associated Press, los meteorólogos y expertos en seguridad continúan trabajando para mejorar las directrices y herramientas disponibles, con el objetivo de proteger vidas y minimizar los daños causados por estos fenómenos naturales.