Elecciones en Bolivia: Evo Morales reiteró que no apoya a ningún candidato y volvió a pedir por el voto nulo

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El expresidente de Bolivia EvoEl expresidente de Bolivia Evo Morales habla con simpatizantes este domingo, en una sede sindical en Villa 14, municipio de Villa Tunari (EFE/Rodrigo Sura)

“Será el voto nulo, que es el voto de Evo Morales”. Con esta frase, el expresidente boliviano resumió su postura ante las elecciones en Bolivia celebradas este domingo, en las que, por primera vez desde 2006, no figura como candidato ni respalda a ningún aspirante. Morales acudió temprano a votar en Villa 14, en el Trópico de Cochabamba —su tradicional bastión político y sindical—, e instó a la ciudadanía a rechazar todas las papeletas como forma de protesta.

El líder cocalero volvió a denunciar una persecución política y judicial en su contra y aseguró que no existe ningún acuerdo con partidos ni candidatos, ya que su llamado al voto nulo responde a la ausencia de una opción que represente al pueblo boliviano.

“Hasta hace dos semanas habían posibilidades pero hubo amedrentamiento, amenaza y persecución”, dijo el ex mandatario respecto a supuestos acuerdos con otras agrupaciones políticas para que él sea candidato.

En una entrevista concedida a la agencia AP un día antes de los comicios, Morales había dicho que “el voto nulo no es solo un voto por nuestro movimiento político. Es un voto de protesta, un voto de ira”, y anticipó que ningún candidato obtendría una victoria legítima.

Evo Morales no apoya aEvo Morales no apoya a ningún candidato en las elecciones de este domingo en Bolivia (EFE)

La situación personal del ex presidente Morales añade tensión al proceso electoral de este domingo. Desde octubre de 2024, permanece atrincherado en el Trópico de Cochabamba, rodeado de seguidores que buscan impedir la ejecución de una orden de captura en su contra por un caso de trata agravada de personas.

El ex mandatario, de 65 años, enfrenta acusaciones judiciales por supuestamente haber embarazado a una menor durante su presidencia. Aunque no ha negado la relación ni la existencia de un hijo, Morales sostiene que los cargos tienen motivaciones políticas. Su defensa se apoya en la declaración judicial de la joven implicada, quien, ya en la veintena, afirmó no haber sido víctima, argumento que Morales resume en la frase: “Si no hay víctima, no hay delito”.

Luis Arce y Evo MoralesLuis Arce y Evo Morales mantienen una férrea interna por el liderazgo del MAS (AP Foto/Natacha Pisarenko, Archivo)

El distanciamiento entre Morales y el actual presidente, Luis Arce, ha profundizado la fractura interna en el Movimiento al Socialismo (MAS). Morales renunció a su militancia en el partido a finales de 2021, tras perder el liderazgo que ostentó durante casi tres décadas. Una inhabilitación constitucional lo dejó fuera de la carrera presidencial, y su intento de inscribirse con otro partido fracasó por falta de personería jurídica ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Esta división ha debilitado al MAS y abierto la posibilidad de que la derecha retome el poder por primera vez desde 2006.

El Gobierno, por su parte, ha advertido sobre posibles intentos de desestabilización. El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, alertó en la víspera que sectores vinculados a Morales buscan “convulsionar y obstaculizar el proceso electoral”, e instó a la población a no dejarse influenciar por quienes pretenden generar caos.

Morales también dirigió críticas a los principales candidatos de la oposición, Samuel Doria Medina y Jorge “Tuto” Quiroga, a quienes calificó de “eternos perdedores” por sus derrotas en anteriores contiendas presidenciales. El exmandatario cuestionó la legitimidad del proceso electoral, al considerar que se desarrolla sin la participación de los movimientos indígenas y populares que, en su opinión, le daban sustento.

Evo Morales permanece refugiado enEvo Morales permanece refugiado en el Chapare, custodiado por sus seguidores, ante la orden de captura que pesa en su contra (EFE/Rodrigo Sura)

A pesar de su aislamiento, Morales mantiene una presencia activa en la vida política y mediática del país. Desde su refugio en Lauca Ñ, en la región de Chapare, organiza actividades, conduce un programa radial y se rodea de militantes que resguardan su enclave. El contraste con su etapa como presidente, cuando su figura dominaba la escena pública, es notorio: ahora, su rutina transcurre entre controles y caminos montañosos, lejos de la exposición de antaño.

El trasfondo de la actual coyuntura se remonta a la crisis poselectoral de 2019, cuando Morales intentó un cuarto mandato pese a las restricciones constitucionales. Las denuncias de fraude, la violencia y la presión social derivaron en su renuncia y posterior exilio. Tras su retorno, las tensiones institucionales y judiciales no han cesado, y la fragmentación de sus antiguos apoyos complica la posibilidad de reconstruir una alternativa política sólida.

En tanto, la jornada electoral de este domingo se desarrolla en un contexto de crisis política y económica. Más de 7.567.207 bolivianos están habilitados para elegir presidente, vicepresidente y parlamentarios, mientras que otros 369.308 ciudadanos pueden votar en el exterior. El país enfrenta una aguda escasez de dólares, falta de combustible y la inflación más alta en décadas, factores que han marcado el escenario de estos comicios.

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