El acusado Tyler Robinson, de 22 años, compareció este martes por primera vez ante una corte distrital del estado de Utah, donde se le imputó por el asesinato con agravantes del activista Charlie Kirk. El incidente, ocurrido el 10 de septiembre en la Universidad de Utah Valley, derivó en una audiencia preliminar en la que se pidió la pena de muerte y se revelaron nuevos detalles sobre la investigación.
Durante la vista encabezada por el juez Tony Graf, y seguida de cerca por la fiscalía estatal, Robinson escuchó la acusación a través de una videollamada sin mostrar emociones. Vestido con un chaleco antisuicidio y bajo estricta vigilancia, el joven solo intervino para identificarse con su nombre completo, Tyler James Robinson.
El procedimiento se extendió por aproximadamente quince minutos y transcurrió con escasa interacción por parte del acusado, quien permanece detenido en la cárcel del condado de Utah, sin derecho a fianza.
El juez Graf determinó que el juicio comenzará el próximo 29 de septiembre, también en modalidad virtual, y ordenó la designación de un defensor público para el acusado, ya que no cuenta con representación legal particular. La fiscalía solicitó además una orden para impedir cualquier contacto de Robinson con Erika Kirk, viuda del activista, quien se encuentra bajo protección tras el crimen.
La imputación presentada por la oficina del fiscal incluye siete cargos, entre ellos uno de asesinato agravado, dos de obstrucción a la justicia y otros dos por manipulación de testigos. El jefe de la división criminal de la Oficina del Fiscal del Condado de Utah, Chad Grunander, confirmó que se ha presentado oficialmente la notificación para solicitar la pena de muerte en caso de que Robinson sea considerado culpable.
En una rueda de prensa, el fiscal Jeff Gray describió el hecho como “una ofensa capital”, argumentando que el acusado “sabía intencionalmente que causaría la muerte de Charlie Kirk bajo circunstancias que pusieron en riesgo la vida de otras personas”. Gray afirmó que la decisión de pedir la pena máxima fue tomada “de forma independiente, basada en la evidencia y en la naturaleza del crimen”.
La investigación determinó, según Gray, que Robinson utilizó un rifle con mira telescópica para disparar al activista desde un tejado, impactándole en el cuello. El fiscal detalló que se hallaron restos de ADN del sospechoso en el gatillo del arma, y que uno de sus compañeros de apartamento está colaborando con la justicia. Este último entregó a los investigadores una conversación digital en la cual Robinson se habría atribuido la autoría del crimen. En un mensaje encontrado por los agentes, Robinson indicaba: “Tengo la oportunidad de eliminar a Charlie Kirk, y la voy a tomar”.
El compañero de vivienda reportó también que, tras el asesinato, Robinson le confesó el motivo, reflejando su aversión hacia el activista: “Estaba harto de su odio. Hay odio que no puede negociarse”, de acuerdo con la reproducción hecha por el fiscal Gray. Robinson se entregó tras 33 horas de persecución, facilitada por la mediación de su familia.
Charlie Kirk, de 31 años, era conocido como fundador de la organización Turning Point USA y por su actividad pública como cercano aliado del presidente Donald Trump. Difundía contenidos conservadores a través de sus cuentas en TikTok, Instagram y YouTube, y era habitual referente en debates universitarios. La víctima estaba casada con Erika Kirk y era padre de dos hijos. Su funeral, previsto para el próximo fin de semana en Utah, contará con la asistencia de aliados políticos y numeroso público afín, incluyendo al propio Donald Trump.
La repercusión del caso ha alcanzado instancias federales y políticas. El director del FBI, Kash Patel, recibió críticas debido a la gestión de la investigación inicial, especialmente después de anunciar prematuramente la captura de otro sospechoso que se liberó horas más tarde. Por su parte, la Casa Blanca anunció que reforzará la persecución de grupos de “movimiento terrorista doméstico” tras el asesinato, generando inquietud ante el posible uso de esta política para restringir a sectores opositores dentro del espectro político estadounidense.
(Con información de AFP y EFE)