
El riesgo de huracanes en Florida está en aumento y los seguros de vivienda se han vuelto más costosos y difíciles de obtener, reflejando el profundo impacto que el cambio climático ya provoca en la región.
Familias como la de Dayna y Matt Fancher, residentes de Fort Myers Beach desde hace casi treinta años, enfrentan cuotas duplicadas en su póliza y una batalla legal por su reclamo de indemnización tras perder su casa en el huracán Ian en 2022.
“Tenemos la misma cobertura que antes, pagamos el doble y no recibimos la asistencia que necesitábamos”, explicó Matt Fancher al medio estadounidense NBC News. La empresa aseguradora solo les entregó un tercio del valor necesario para reconstruir la vivienda y sometió los daños a diversas evaluaciones controvertidas. Al final, la pareja tuvo que recurrir a préstamos para avanzar en la reconstrucción de su hogar.
Los Fancher son solo un ejemplo de la crisis de los seguros en la Florida, donde las primas aumentaron casi un 30% a nivel estatal desde 2021. En Fort Myers Beach, los habitantes pasaron a pagar cerca de 14.000 dólares anuales en primas en 2024, cuando en 2019 la media era de aproximadamente 9.000 dólares, según datos de First Street Foundation, entidad dedicada a la modelización de riesgos climáticos.

La situación se agravó tras el paso de cuatro huracanes de gran intensidad en apenas tres años: Ian, Helene, Idalia y Milton. Según la Oficina de Regulación de Seguros de Florida, solo por Ian se presentaron más de medio millón de reclamos residenciales por catástrofes.
Las pérdidas aseguradas oscilan entre 50.000 y 65.000 millones de dólares. Varios aseguradores locales colapsaron financieramente, mientras que otras grandes compañías como Farmers anunciaron su retirada o recorte de operaciones ante el creciente riesgo de desastres.
Algunos cambios legislativos han contribuido a una cierta estabilización reciente del mercado, señaló Mark Friedlander, portavoz del Insurance Information Institute. En 2024, Florida registró el menor aumento promedio de primas de seguro de vivienda en la nación y más de una docena de nuevos aseguradores entró al mercado.

Sin embargo, el aumento del riesgo por huracanes continúa, impulsado por la subida de temperatura de la atmósfera y del Golfo de México atribuida a causas humanas, según explican especialistas en clima.
El huracán Helene, ocurrido a finales de 2024, ilustró el nuevo escenario al registrar lluvias históricas. La humedad atrapada por el aire más cálido elevó las precipitaciones extremas en un 10%, alcanzando totales próximos a los 68.5 centímeteos en algunas zonas del estado.
Para Jeremy Porter, experto en riesgos climáticos de First Street Foundation, el incremento de los seguros “es una señal de los profundos impactos del cambio climático en el oeste de Florida, donde las comunidades deben recuperarse varias veces de daños y recuperaciones costosas”.
Precisó: “no hemos ajustado nuestros modelos de riesgo al desafío climático. Ahora, la industria juega al alcance y las primas suben muy rápido; las familias lo sienten en sus presupuestos”.

Ante la escasez de opciones tradicionales, incrementan las personas que acuden a Citizens Insurance Property Corp., aseguradora estatal sin fines de lucro. Porter advirtió que esta migración masiva presiona aún más los precios y proyectó que en la zona metropolitana de Tampa las primas podrían elevarse un 213% hacia 2055.
Además, la caída en los valores de las propiedades amenaza la disponibilidad y los costos del seguro: una depreciación suele interpretarse como señal de riesgo físico o de mercado, lo que dificulta las renovaciones e incrementa las primas.
En Fort Myers Beach, el valor inmobiliario medio según Zillow es 200.000 dólares menor que antes. El 86% de las ventas en el último año se concretó por debajo del precio solicitado, un síntoma del estancamiento en el sector.
En Sanibel Island, otra zona turística golpeada, el valor de las casas promedio bajó a 868.000 dólares desde los casi 1,3 millones originales; el 93% de las propiedades se venden por debajo del list price.

Joanne Klempner, residente a tiempo parcial en Fort Myers Beach desde 2016, admitió su preocupación: no puede vender tras invertir tanto en reconstrucción poshuracán y ve incierto el futuro de la localidad. “En este punto nos quedaremos, porque no hay otra salida. La verdadera pregunta es si la gente querrá seguir invirtiendo en Fort Myers Beach”, planteó.
“Cuando pasan treinta años sin huracanes, el riesgo parece valer la pena para vivir en el paraíso. Cuando hay tres grandes tormentas en dieciocho meses, ya no parece tan claro”.
Pese a las dificultades, el espíritu de reconstrucción permanece, destaca Jacki Liszak, presidenta de la Cámara de Comercio local: “las casas deben construirse fuertes y elevadas. Eso ayudará bastante. La gente sigue viniendo porque aman este estilo de vida. Es un lugar hermoso”.
Más allá de Florida, los mercados aseguradores de otras áreas vulnerables, como Sacramento en California, también muestran subas marcadas, en este caso por el creciente peligro de incendios forestales. El cambio climático continúa reconfigurando riesgos y costos en todo el país, mientras las comunidades buscan adaptarse y resistir ante fenómenos cada vez más extremos.