Los animales domésticos, especialmente perros y gatos, enfrentan condiciones sumamente adversas cuando viven en situación de calle. La carencia de alimento, la exposición constante a enfermedades, el maltrato humano, y los accidentes viales son parte de la realidad a la que se enfrentan a diario cuando no tienen un hogar que les brinde protección, cariño y cuidados básicos.
No obstante, tener un techo no siempre garantiza una vida digna para los animales de compañía. Existen numerosos casos en los que, a pesar de habitar en una vivienda, los las mascotas se encuentran en condiciones deplorables por sus propietarios. Algunas personas, ya sea por desconocimiento, negligencia o problemas de salud mental, acumulan animales sin contar con los recursos ni la capacidad para cuidar adecuadamente de ellos. El resultado suele ser el hacinamiento, la falta de higiene, el descuido alimenticio y el sufrimiento emocional y físico de estos seres vivos.
Uno de los casos más reciente de esta situación se dio en Ogden, Utah (Estados Unidos), donde las autoridades rescataron a más de un centenar de perros y gatos que se encontraban en condiciones insalubres y de extrema aglomeración dentro de una misma vivienda.

Fue el 15 de abril de 2025, cuando la policía de Ogden, junto con los Servicios para Animales de la ciudad, llevaron a cabo un operativo en una casa ubicada en la cuadra 3000 de Jefferson Avenue, en respuesta a reportes sobre la presencia de una gran cantidad de perros viviendo en condiciones insalubres.
Las imágenes de la cámara corporal de los agentes policiacos reveló que, al llegar al lugar, se encontró un escenario que describieron como una “casa del horror”, en la que predominaba el caos, el hacinamiento extremo y un olor insoportable.
La propiedad, perteneciente a un hombre de 73 años identificado como Miguel Salgado-Vargas, quien ya había enfrentado una intervención similar en 2012, cuando se rescataron 149 perros del mismo domicilio. En esta nueva ocasión, fueron localizados inicialmente 152 canes, y más tarde se encontraron otros cuatro, alcanzando un total de 156. Además, se avistaron algunos gatos, aunque no todos pudieron ser capturados durante la operación inicial.

Las grabaciones de las cámaras corporales revelaron escenas impactantes donde decenas de perros pequeños se encontraban amontonados en espacios reducidos, muchos de ellos refugiados en cajas de cartón entre montones de basura, colchones en descomposición y condiciones de insalubridad extremas. Debido al hedor insoportable que afectaba la vista y el olfato de los agentes, se tuvieron que colocar mascarillas de gas para poder continuar con su labor de rescate dentro del domicilio.
Según lo dicho por Brenda Gordon, quien participó en la operación de rescate tanto en 2012 como en la reciente intervención, explicó a la Sociedad Humanitaria de Utah que el propietario padece problemas de salud mental y no posee los recursos económicos necesarios para proporcionar una atención adecuada a los animales.
“El hombre tenía buenas intenciones y amaba profundamente a los perros, pero su situación personal le impedía garantizar el bienestar de las mascotas bajo su cuidado. En 2012, el hombre no enfrentó cargos legales; en su lugar, entregó voluntariamente a los animales y recibió asistencia terapéutica”, refirió la agente.
Hasta el momento, no se ha confirmado si el antiguo propietario de los animales enfrentará cargos legales en esta ocasión. La investigación por parte de la policía de Ogden ya concluyó, y el hombre ha renunciado voluntariamente a la custodia de los animales, colaborando con las autoridades en todo momento.

Después del rescate, los 156 perros y alrededor de 11 gatos fueron trasladados a diversos refugios en el área de Wasatch Front para recibir atención veterinaria urgente, vacunación, exámenes médicos y evaluación conductual. Debido al alto número de animales, se solicitó apoyo adicional de los Servicios para Animales del Condado de Weber, de la ciudad de Roy y de Draper, con el fin de proporcionar un cuidado inmediato y coordinado.
La Sociedad Protectora de Animales de Utah, con sede en Murray, asumió la responsabilidad de acoger a 45 de los animales rescatados. El 23 de abril comentaron que más de 20 ya habían sido adoptados por nuevas familias. Los perros, en su mayoría de razas pequeñas y mezclas de poodle y chihuahua, tienen un peso promedio de 4.5 kilogramos y requieren atención especial debido al trauma que vivieron en condiciones de hacinamiento.
En un comunicado difundido por la organización, se indicó que muchos de estos perros aún muestran signos de miedo y desconfianza, por lo que es fundamental que los adoptantes estén dispuestos a ofrecerles un entorno seguro, paciente y amoroso, donde puedan rehabilitarse emocionalmente. Todos los animales han sido vacunados, desparasitados y algunos incluso fueron acicalados, aunque sus cortes de pelo pueden resultar poco convencionales debido al estado en que se encontraban.
Mientras tanto, los 111 perros restantes fueron distribuidos en otros refugios de la región, donde también iniciarán el proceso de evaluación para ser ofrecidos en adopción.
Melanie Jensen, representante de uno de los refugios involucrados, manifestó que la respuesta de la comunidad ha sido conmovedora. Numerosos ciudadanos han colaborado con donaciones de alimentos, productos de limpieza y artículos para el cuidado de animales. Sin embargo, las necesidades siguen siendo significativas, especialmente en lo que respecta a alimentos para gatos, dado que varios de ellos aún requieren atención y espacio seguro dentro de los centros de acogida.