
El régimen de Nicolás Maduro en Venezuela denunció este jueves la presencia de aviones de combate estadounidenses cerca de sus costas, en un contexto de crecientes tensiones por el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe en su ofensiva contra el narcotráfico.
Según declaró el ministro de Defensa Vladimir Padrino López durante una transmisión en la televisión estatal, el sistema de defensa aérea venezolano “detectó más de cinco vectores”, identificados como “aviones de combate”, que se acercaron al territorio nacional.
Padrino López, jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), afirmó que la presencia de estas aeronaves había sido corroborada por pilotos de aerolíneas comerciales, quienes reportaron los avistamientos a la torre de control del aeropuerto internacional de Maiquetía, el principal del país. “El imperialismo norteamericano se ha atrevido a acercarse a las costas venezolanas”, declaró el ministro, señalando que aunque consideran la situación una provocación, no se sienten intimidados: “Los estamos viendo. No nos intimida la presencia de estos vectores”.
El incidente ocurre en medio de una operación militar de Estados Unidos que, desde hace aproximadamente un mes, ha desplegado en la región al menos diez aviones F-35, ocho buques de guerra y un submarino de ataque rápido de propulsión nuclear, así como más de 4.500 soldados. Estos movimientos forman parte de una estrategia de Washington de combate al narcotráfico, que ha incluido la destrucción de cuatro lanchas de presuntos narcotraficantes frente a las costas venezolanas en las últimas semanas. Sobre la ubicación exacta de los cazas estadounidenses, el ministro prefirió no ofrecer detalles, aunque reiteró que existieron avistamientos confirmados por civiles.
El dictador Nicolás Maduro calificó las maniobras estadounidenses como un “asedio” y “amenaza”. Considera que el gobierno de Donald Trump utiliza el narcotráfico como pretexto para derrocarlo y tomar el control de las mayores reservas de petróleo del mundo. En respuesta a la escalada, Maduro ordenó la movilización de la Milicia Bolivariana, integrada por civiles, y realizó ejercicios militares en la isla de La Orchila el 20 de septiembre. Las fuerzas armadas venezolanas desplegaron durante estos ejercicios buques de guerra, helicópteros, aviones caza y transporte, además de vehículos anfibios, con un contingente de 2.500 efectivos. También organizaron simulacros y entrenamientos para los miembros de la Milicia Bolivariana en tareas de emergencia y defensa.
Maduro firmó un decreto para declarar el estado de conmoción exterior en previsión de una eventual intervención extranjera. Aclaró que esta medida excepcional, inexplorada hasta ahora en la historia del país, confiere poderes especiales al Ejecutivo y podría implicar la suspensión de ciertas garantías constitucionales “para proteger los intereses económicos, la producción, la vida y la salud” de la población, según describió Padrino López en la transmisión. El ministro subrayó que “nunca jamás en revolución se ha aplicado un estado de excepción para ir contra el pueblo”.
De forma simbólica, Maduro también adelantó por decreto la Navidad para el 1 de octubre. Esta práctica, que ya había implementado en 2024 tras protestas poselectorales con saldo de 28 muertos y 2.400 detenidos, fue acompañada por la decoración de edificios públicos y el lanzamiento de fuegos artificiales, incluso en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), conocido como El Helicoide, donde se encuentran detenidos considerados presos políticos por organizaciones de derechos humanos.
En relación con las acciones estadounidenses, Padrino López mencionó que se detectó en meses previos un cambio en el patrón de operaciones militares de Estados Unidos, incluyendo vuelos diurnos, nocturnos y de madrugada vinculados a tareas de inteligencia y exploración sobre Venezuela, y señaló que en agosto se triplicó la frecuencia de dichas actividades.
Un aviso confidencial enviado por el gobierno de Trump al Congreso estadounidense, difundido por medios locales, argumentó que el país está inmerso en un “conflicto armado” formal contra los carteles del narcotráfico, considerando a los miembros de dichos grupos “combatientes ilegales”. Esta declaración fue invocada para justificar operaciones militares –como los ataques a embarcaciones en el mar Caribe el mes pasado que dejaron 17 muertos– sin que sean considerados asesinatos. Al menos dos de esas operaciones se dirigieron contra embarcaciones provenientes supuestamente de Venezuela.
El gobierno estadounidense acusa a Maduro de encabezar el llamado Cartel de los Soles, al que vincula con el narcotráfico y considera una organización terrorista, acusación que las autoridades en Caracas rechazan categóricamente.
Ante este escenario, Padrino López reiteró este jueves la disposición nacional a responder ante cualquier agresión foránea: “El estado de conmoción exterior que nuestro presidente ha suscrito y ha firmado está pasando por los pasos constitucionales necesarios para, en caso de ser agredidos, movilizar a todo el potencial nacional”.
(Con información de AFP, EFE y Reuters)