El pasatiempo que puede ayudarte a mejorar la memoria a medida que envejecemos

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Un hombre mayor toca laUn hombre mayor toca la guitarra. (Pexels)

Nunca es tarde para aprender a tocar un instrumento. Aunque expertos y artistas han hablado durante años de los beneficios de empezar a estudiar a una corta edad, la música no tiene edad y comenzar a practicarla de mayor puede ser crucial para mantener una buena salud cognitiva.

Según el neurólogo Steven Allder, de la clínica británica Re:Cognition Health, “cuando aprendemos música, el cerebro se involucra en procesos complejos como leer notas, coordinar movimientos y recordar melodías. Esto fortalece las redes neuronales vinculadas a la memoria y la atención“. El doctor explicó en una entrevista con The Independent que la práctica repetida de un instrumento funciona como el ejercicio para el cuerpo: refuerza las redes neuronales y mejora la memoria de trabajo y la capacidad de recordar a largo plazo.

Aprender a tocar un instrumento después de los 60 años estimula nuevas conexiones neuronales y fortalece las ya existentes”, defendió Allder. “Los estudios muestran que los músicos suelen tener mejor memoria verbal y mayor flexibilidad cognitiva, lo que sugiere que la actividad musical sostenida ayuda al cerebro a mantenerse más resistente al deterioro relacionado con la edad”, aseguró.

Así lo demostraron investigadores de la University of Kansas Medical Center y la Emory University Medical School. El estudio, publicado en 2011 en la revista Neuropsuchology, mostró que los músicos con más de 10 años de experiencia tenían mejor memoria visual, velocidad de procesamiento, flexibilidad cognitiva y denominación de palabras, que aquellos que nunca tocaron un instrumento o que tenían menos experiencia.

Un hombre mayor toca elUn hombre mayor toca el piano. (Pexels)

Aprender música tiene grandes beneficios para la salud cognitiva. Según el doctor Allden, puede mejorar las habilidades lingüísticas y auditivas. "La música y el lenguaje comparten redes superpuestas en el cerebro, especialmente en las áreas responsables del procesamiento auditivo y el ritmo", explicó el neurólogo en su entrevista con The Independent. Entrenar el cerebro para que sea capaz de distinguir el tono, el timbre o el tempo de una canción “puede traducirse en una mayor agudeza auditiva y una mejor percepción del habla”, añadió.

La música también mejora el estado de ánimo, pues estimula la liberación de dopamina y endorfinas, mientras reduce el cortisol, la hormona del estrés. “El acto de practicar música requiere concentración y atención plena, desviando la atención de las preocupaciones y promoviendo la relajación”, explicó el doctor.

Este aprendizaje puede ser también una herramienta contra la soledad no deseada. “Para los adultos mayores, hacer música también puede crear conexiones sociales, lo que mejora aún más el estado de ánimo. En conjunto, estos efectos favorecen una mejor salud mental y una mayor sensación de plenitud en la vida diaria”, aseguró el neurólogo.

Tocar un instrumento involucra también las funciones ejecutivas, como la planificación, la atención, la resolución de problemas y el autocontrol. Para aprender música, se requiere concentración en la partitura, coordinación de manos y adaptación constante, todo ello beneficioso para la salud cognitiva. Con el tiempo, la práctica constante mejora las habilidades de concentración, la toma de decisiones y la flexibilidad mental, todas ellas habilidades vitales para mantener la independencia en la tercera edad.

La música, además, involucra múltiples regiones del cerebro al mismo tiempo: la corteza motora para el movimiento de los manos, la auditiva para procesar el sonido, el hipocampo para memorizar partituras, el cerebelo para la coordinación y los centros emocionales, que responden ante la alegría y el significado de la música en cada uno.

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