El Parlamento de Kosovo rechazó este miércoles la conformación del nuevo Gobierno propuesto por el primer ministro electo, Glauk Konjufca, después de que la Asamblea también rechazara una propuesta anterior presentada por el partido del primer ministro saliente, Albin Kurti.
Este escenario allana el camino para la convocatoria de elecciones anticipadas en el país balcánico.
En la votación, Konjufca solo consiguió el respaldo de 56 diputados del oficialismo Vetëvendosje, lejos de los 61 votos requeridos para validar el nuevo gabinete. La oposición sumó 54 votos en contra y cuatro legisladores se abstuvieron en la votación parlamentaria.
El bloqueo se produce tras la designación formal de Konjufca como encargado de formar gobierno por parte de la presidenta, Vjosa Osmani, el pasado 4 de noviembre, luego de que el Parlamento unicameral rechazara el 26 de octubre otra propuesta previa de Kurti, que también obtuvo el mismo insuficiente nivel de apoyo.
Según la legislación kosovar, tras dos intentos fallidos, la presidenta debe convocar elecciones anticipadas en un plazo máximo de 40 días desde el anuncio. La prensa local subraya que la inestabilidad institucional se agrava en un contexto socioeconómico desafiante y con el futuro de los Presupuestos 2026 pendiente de una aprobación que parece improbable, lo que pone en riesgo la llegada de fondos de ayuda de la Unión Europea.
La economía depende en buena parte de las partidas europeas, destinadas a áreas estratégicas como infraestructuras, administración pública y programas sociales. La ausencia de un gobierno con legitimidad parlamentaria y la demora en la aprobación presupuestaria podrían ralentizar o suspender el envío de los fondos.
Las últimas elecciones parlamentarias en Kosovo se celebraron el 9 de febrero. En esos comicios, el partido de Kurti obtuvo el 42,30% de los votos, pero no alcanzó la mayoría absoluta necesaria para consolidarse en el poder, lo que mantuvo al país en un escenario de frágil equilibrio político.
Le siguió el Partido Democrático de Kosovo (PDK) con el 20,95% de los sufragios, mientras que la Liga Democrática de Kosovo se situó en tercer lugar con el 18,27%. La Alianza para el Futuro de Kosovo y la Iniciativa Socialdemócrata recabaron juntas el 7,8% de los votos.
La inminente convocatoria electoral tendrá lugar en un momento de tensión institucional, con negociaciones presupuestarias estancadas y presión internacional ante la falta de un gobierno estable capaz de gestionar los compromisos internos y externos de Kosovo.
En el ámbito internacional, Osmani mantiene tensas relaciones con Serbia, ya que continúa siendo uno de los asuntos más delicados en la política de los Balcanes. Kosovo proclamó su independencia de Serbia en 2008, aunque Belgrado no reconoce esta separación y considera el territorio kosovar como una provincia propia bajo ocupación ilegal.
La Unión Europea sometió el avance en las negociaciones de adhesión de Serbia a la obtención del progreso sustancial en la normalización de relaciones con Kosovo. Esta exigencia encontró resistencia en sectores nacionalistas serbios, que perciben cualquier paso hacia un acuerdo como una cesión inaceptable y una traición a los intereses nacionales de Serbia.
“Para avanzar (en la integración) los países tienen que alinearse con la política exterior y de seguridad. No puedes sentarte en dos sillas, no debería haber zonas grises”, sostuvo la presidenta de Kosovo el 23 de octubre y criticó: “Hemos visto muchas veces que un miembro bloquea la voluntad de todos los demás”.
(Con información de Europa Press)
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