
El papa Francisco quiere estar presente en la bendición Urbi et Orbi al final de la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro, aunque dependerá de su salud, ya que aún se encuentra convaleciente de la infección respiratoria por la que estuvo ingresado 38 días en el hospital Gemelli, informó este sábado la oficina de prensa del Vaticano.
La presencia del Papa aparece en el libro de la ceremonia del Domingo de Resurrección y de la posterior bendición desde el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro, donde ya está todo preparado.
Aunque desde la oficina de prensa de la Santa Sede han confirmado que el Papa quiere saludar a los fieles, siempre en estos días prefieren la prudencia.
Francisco ha estado ausente en todos los ritos de la Semana Santa vaticana y solo acudió en la tarde del Jueves Santo a la cárcel romana de Regina Coeli, cerca del Vaticano, para un saludo a los reclusos, como había hecho desde el inicio del pontificado.
La misa de Resurrección en la plaza de san Pedro estará oficiada por el cardenal Angelo Comastri, mientras que al Papa se le espera justo después para el mensaje de Pascual desde el balcón, aunque con seguridad lo leerá un colaborador y, posteriormente, impartirá la tradicional bendición Urbi et Orbi (A la ciudad y al mundo) que se realiza solo en Navidad y en Semana Santa.
El papa Francisco vive esta Semana Santa en plena convalecencia por sus problemas respiratorios, que le tuvieron en el hospital durante 38 días, hasta el 23 de marzo, y reapareció al final del domingo de Ramos y en la visita a la cárcel.
“La vivo como puedo”, respondió el pontífice, con un hilo de voz, desde la ventanilla del coche a su salida de la prisión, preguntado por los medios sobre cómo vive esta Semana Santa en estos momentos delicados de su salud.
Además confesó un pensamiento que le asalta siempre que visita un lugar así: “Cada vez que entro en un lugar como este me pregunto por qué ellos y no yo”, reflexionó ante los micrófonos.
Antes, al inicio de la corta entrevista, se permitió bromear con la reportera que en medio del tumulto de medios le preguntó: “¿Cómo está?“. Sonriendo, contestó: ”Estoy sentado".
El pontífice argentino accedió empujado en la silla de ruedas que ya usaba antes de su hospitalización debido a sus problemas de movilidad, y fue recibido por los directores y el personal de la cárcel entre aplausos.
Después se reunió con un grupo de 70 reclusos, según la Santa Sede.
En esta ocasión Bergoglio apareció sin las cánulas nasales por las que recibe oxígeno y con las que se lo pudo ver, por ejemplo, en la plaza de San Pedro tras la misa del Jubileo de los Enfermos el pasado 6 de abril.
La visita a la cárcel duró aproximadamente media hora, según la Santa Sede, y Francisco llegó también a dedicar unas palabras a los reclusos.
“A mí me gusta hacer todos los años lo que Jesús hizo el Jueves Santo, el Lavado de pies, en la cárcel. Este año no puedo hacerlo, pero sí puedo y quiero estar cerca de vosotros. Rezo por vosotros y por vuestras familias”, les dijo, según el Vaticano.
La visita terminó con un momento de oración y saludando uno a uno a los detenidos presentes en el encuentro. Después el Papa y los presos rezaron juntos un Padre Nuestro y les impartió su bendición, antes de regresar a su residencia vaticana.
(Con información de agencias)