Andrés de Inglaterra, junto a sus hijas Beatriz y Eugenia en una fotografía de archivo. (Shutterstock)El rey Carlos III y su hermano Andrés de Inglaterra han alcanzado un acuerdo secreto que garantiza la protección del estatus y los títulos de las princesas Beatriz y Eugenia tras la retirada de honores a su padre. Según ha revelado Daily Mail, ambas mantendrán su lugar en la línea de sucesión y podrán asumir nuevos roles oficiales, como demuestra el reciente nombramiento de Beatriz como vicepresidenta de la organización benéfica Outward Bound.
El acuerdo entre el monarca y Andrés de Inglaterra ha supuesto la salida de este último de la residencia Royal Lodge en Windsor, donde tenía derecho legal a permanecer hasta 2078. Además, incluye una compensación económica y la promesa de una nueva vivienda en las propiedades privadas de la familia real. Sin embargo, como ha detallado el citado medio, el aspecto más relevante del pacto es la garantía de que ni Beatriz ni Eugenia verán afectados sus títulos ni su posición en la familia, a pesar de la pérdida de honores de su padre y de la retirada del título a su madre, Sarah Ferguson.
Ambas princesas conservarán el tratamiento de alteza real y su lugar en la línea de sucesión al trono —Beatriz en novena posición y Eugenia en duodécima—. Además, Beatriz, de 37 años, seguirá siendo una de las siete Consejeras de Estado, con capacidad legal para sustituir al rey en caso de enfermedad o ausencia temporal.
La primera consecuencia tangible de este acuerdo se ha hecho pública apenas una semana después de que el rey Carlos III anunciara la retirada de títulos a Andrés. Outward Bound, una de las organizaciones benéficas más vinculadas a la familia real, ha confirmado el nombramiento de Beatriz como nueva vicepresidenta, mientras que el príncipe Eduardo ha asumido el papel de patrón principal. Ambas designaciones han contado con la aprobación expresa del monarca, lo que supone un respaldo claro a la continuidad de las princesas en la vida pública.
Durante un acto celebrado en el Palacio de St James y presidido por Eduardo, Beatriz ha participado en la presentación de esta nueva etapa para la organización. Martin Davidson, director ejecutivo de Outward Bound, ha afirmado: “Con el duque de Edimburgo y la princesa Beatriz trabajando con nosotros, iniciamos una nueva etapa… Su apoyo refleja la creencia compartida de que la aventura cambia vidas”.
Además, Beatriz ha reforzado su perfil institucional con su implicación en la organización Borne, dedicada a la investigación sobre el parto prematuro. La princesa, que es patrona de la entidad, ha visitado recientemente el hospital Chelsea and Westminster para conocer los avances científicos, un gesto que anticipa una agenda pública más activa tanto para ella como para su hermana Eugenia.
La decisión de blindar el estatus de las princesas ha generado reacciones diversas dentro de la familia real y entre sus críticos. Según ha explicado Daily Mail, el rey Carlos III defiende que sus sobrinas no deben cargar con las consecuencias de los escándalos protagonizados por sus padres. Una fuente cercana a la Casa Real ha señalado al medio que “tanto el rey como Andrés quieren lo mejor para Beatriz y Eugenia y creen que pueden desempeñar un papel útil en la vida pública”.
Beatriz y Eugenia de York, en el funeral de Isabel II. (Anthony Devlin/Pool via REUTERS)La trayectoria de Beatriz y Eugenia ha estado marcada por algunas controversias, ya que ambas han acompañado a sus padres en numerosos viajes y han estado presentes en situaciones comprometidas. En 2006, Andrés invitó a su amigo Jeffrey Epstein, posteriormente condenado por delitos sexuales, a la fiesta del 18º cumpleaños de Beatriz. A pesar de la condena de Epstein en 2008, Andrés mantuvo su amistad y llegó a mentir sobre ella en una entrevista televisiva.
La familia también se ha visto implicada en la recepción de cuantiosos regalos de una millonaria turca. Un tribunal británico escuchó en 2022 que Eugenia recibió 25.000 euros de la misma benefactora, incluyendo un “regalo de cumpleaños” de 15.000 euros enviado con casi seis meses de antelación. Andrés, por su parte, justificó un pago de 750.000 euros como una contribución para la boda de su hija mayor.
A pesar de estos antecedentes, el rey Carlos III ha optado por ofrecer a sus sobrinas una vía para desempeñar un papel relevante en la vida pública británica. La intención es que Beatriz y Eugenia puedan contribuir de manera positiva y útil, reforzando la imagen de la familia real y demostrando que su implicación puede ir más allá de los escándalos del pasado.
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