
La temporada de brotes de norovirus en Estados Unidos comenzó antes de lo habitual en 2024, coincidiendo con el predominio de una nueva variante, identificada como GII.17. Históricamente, los brotes asociados a este virus gastrointestinal aumentaban en diciembre, pero el año pasado se adelantaron a octubre. El cambio ha sido vinculado por investigadores del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) con el comportamiento de esta cepa emergente.
La información fue publicada por CBS News, a partir de un artículo firmado por dos especialistas del CDC y divulgado por la revista científica Emerging Infectious Diseases, editada por el mismo organismo. Según este reporte, GII.17 ha desplazado en prevalencia a la cepa GII.4, dominante en temporadas anteriores. Durante el último periodo analizado, GII.17 fue identificada en más de tres cuartas partes de los brotes confirmados en EE.UU.
La variante fue detectada por el sistema CaliciNet del CDC, una red de laboratorios de salud pública que monitorea el genotipo del norovirus. Entre septiembre de 2024 y abril de 2025, 268 de 351 brotes (76 %) fueron causados por GII.17. Aunque esta cepa ya había surgido previamente en Asia y Europa en 2014, no había generado entonces una alteración en la estacionalidad, según un portavoz del CDC.
GII.17 es una cepa genética del norovirus que ha ganado predominancia durante la temporada 2024–2025 en Estados Unidos. Según el artículo publicado por el CDC en Emerging Infectious Diseases, esta variante ha desplazado a GII.4, que había sido responsable de la mayoría de brotes en años anteriores. El cambio en la cepa dominante podría tener implicaciones en la inmunidad poblacional, dado que las variantes del virus suelen generar brotes más intensos cuando logran evadir defensas adquiridas por exposiciones previas.
El epidemiólogo Benjamin Lopman, profesor en Emory University y exintegrante del CDC, explicó a CBS News que estos cambios de cepa suceden cuando los virus encuentran formas de superar la inmunidad preexistente en la población. Según su análisis, este tipo de transición puede estar relacionado con un adelanto en la temporada de brotes, aunque advirtió que el comportamiento de los virus gastrointestinales es difícil de anticipar.

La temporada de brotes de norovirus en Estados Unidos comenzó en octubre de 2024, dos meses antes de lo habitual. En declaraciones recogidas por CBS News, los investigadores del CDC indicaron que este adelanto coincide con la propagación de GII.17. No obstante, el organismo aclaró que no existe una relación causal comprobada entre la aparición de esta variante y la modificación del patrón estacional.
El CDC también recordó que durante un repunte de GII.17 en Asia y Europa en 2014 no se registró un cambio duradero en la estacionalidad del virus. En este sentido, el organismo considera que es necesario mantener la vigilancia epidemiológica para determinar si esta cepa seguirá siendo dominante o si será reemplazada por variantes como GII.4, que continúan circulando a menor escala.
En el Reino Unido, las autoridades sanitarias reportaron que los casos de norovirus registrados entre septiembre y octubre de 2024 duplicaron el promedio de temporadas anteriores. Según datos del gobierno británico disponibles en gov.uk, el 67 % de los genotipos GII detectados durante ese periodo correspondían a la variante GII.17.
En Japón, el Ministerio de Salud reportó un aumento significativo de casos de gastroenteritis infecciosa, en su mayoría asociados al norovirus, con un pico más tardío de lo habitual. Según citó CBS News, el comportamiento del virus en Tokio sugiere que la variante GII.17 podría también haber alterado el calendario típico de infecciones.
En los Países Bajos, la investigadora Miranda de Graaf, del Erasmus University Medical Center y coordinadora de la red internacional NoroNet, declaró que no se observó un adelanto en la temporada, pero sí un incremento general de brotes, incluso entre los picos estacionales habituales. En comunicación con CBS News, señaló que es prematuro concluir si GII.17 reemplazará de forma permanente a GII.4.

El CDC ha reportado 16 brotes de norovirus en cruceros entre enero y mayo de 2025, cifra superior a los registros anuales previos. Según informó Associated Press el 30 de mayo de 2025, la variante GII.17 fue identificada como la principal causa de estos brotes, que ocurrieron en condiciones favorables para la transmisión, como espacios cerrados con alta concentración de personas.
El organismo señaló que, aunque los síntomas del norovirus suelen ser autolimitados, su alta transmisibilidad representa un riesgo en entornos como barcos, hospitales y centros educativos. El virus se propaga por contacto con superficies contaminadas, alimentos, agua y aerosoles generados durante el vómito.
A pesar de la dominancia de GII.17, la cepa GII.4 no ha desaparecido. Según los datos más recientes del sistema CaliciNet, aún se reportan brotes vinculados a GII.4 y a otras variantes en distintas regiones del país. El CDC considera que estas cepas podrían resurgir, tal como ha ocurrido en ciclos anteriores, por lo que mantiene activa la vigilancia genómica del virus a nivel nacional.
De acuerdo con el artículo de Emerging Infectious Diseases, la dinámica de reemplazo entre genotipos no implica necesariamente una exclusión definitiva. En años anteriores, GII.17 también pareció tomar relevancia, pero fue superada posteriormente por GII.4. Por ello, los investigadores del CDC recomiendan continuar el seguimiento para determinar si el patrón observado durante la temporada 2024–2025 se repetirá.

Los principales efectos de esta infección gastrointestinal incluyen náuseas, vómitos, diarrea acuosa, dolor abdominal y, en algunos casos, fiebre leve, dolor de cabeza y malestar general. Según el CDC, los síntomas suelen aparecer entre 12 y 48 horas después de la exposición al virus y duran entre uno y tres días en la mayoría de los casos.
Aunque la mayoría de las personas se recupera sin complicaciones, el organismo advierte que los niños pequeños, los adultos mayores y quienes tienen sistemas inmunitarios debilitados pueden desarrollar deshidratación, especialmente si no reponen líquidos adecuadamente durante el periodo de síntomas.
El CDC también señala que el virus se elimina en grandes cantidades a través del vómito y las heces, incluso varios días después de que desaparecen los síntomas, lo que facilita su transmisión en ambientes cerrados como hogares, hospitales, escuelas y embarcaciones turísticas.