
En el planeta Tierra, un fenómeno climático tiene la capacidad de alterar la circulación atmosférica global. Cuando las aguas de algunas zonas del océano Pacífico se calientan e interactúan con la atmósfera, pueden dar lugar a la fase de El Niño, y cuando se enfrían, se puede desarrollar La Niña.
Existe también una tercera fase: son las “condiciones neutrales”, en la que las temperaturas de la superficie del mar se acercan al promedio. Hoy, el fenómeno está en esta fase, la de neutralidad.
Desde los Estados Unidos, el científico Muhammad Azhar Ehsan, del Centro de Investigación de Sistemas Climáticos, que depende de la Escuela de Clima de la Universidad de Columbia, explicó a Infobae que “la fase neutral se refiere a períodos en los que no se presentan ni El Niño ni La Niña”.
El experto agregó que durante este período, “las temperaturas superficiales del mar, los vientos atmosféricos y los patrones de lluvia en el océano Pacífico ecuatorial se mantienen cercanos a sus promedios a largo plazo”. Por eso, se sostienen los patrones climáticos típicos en países de América Latina, como la Argentina.

Azhar Ehsan dijo también que cuando prevalecen condiciones neutrales, “las precipitaciones durante junio y agosto suelen mantenerse cerca de lo normal, sin las inusuales sequías o inundaciones que se observan durante los años de El Niño o La Niña”.
Por su parte, el Servicio Meteorológico Nacional de la Argentina (SMN) difundió el lunes pasado que las condiciones del fenómeno El Niño – Oscilación del sur (ENOS) “son neutrales. La temperatura del agua del mar (TSM) en el océano Pacífico ecuatorial registró valores cercanos a los normales en la mayor parte de la región”.
Así, tanto el SMN como la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA es su sigla en inglés) detectaron que en mayo como ahora, en junio, las condiciones son “neutras” en relación con el fenómeno climático.

Las temperaturas del océano Pacífico ecuatorial están cerca de la media y los modelos climáticos anticipan que la fase neutral continuará. Hay un 73% de probabilidad de que persista hasta agosto, y potencialmente hasta fin de año, según el informe que difundió el SMN.
Los resultados del análisis de datos significan que no esperan El Niño y La Niña, por lo menos, hasta fines de agosto.
En diálogo con Infobae recientemente, el climatólogo del SMN José Luis Stella, aclaró que no se está registrando el fenómeno de El Niño ni el de La Niña este invierno: “Tampoco por el momento se registran probabilidades de ocurrencia de olas de frío”.
El patrón climático de El Niño-Oscilación del Sur (conocido como ENSO) tiene tres fases según la Organización Meteorológica Mundial. Una de ellas es la de El Niño, que se caracteriza por un ascenso en la temperatura del Pacífico. Debilita los vientos del este y altera las lluvias en el Pacífico e Indonesia.

Este fenómeno trae consigo cambios climáticos globalmente importantes, como más lluvias en el Litoral de la Argentina.
Por el contrario, La Niña enfría el Pacífico y fortalece los vientos alisios, que van de este a oeste, específicamente al norte y al sur del ecuador. Las lluvias aumentan en Indonesia y disminuyen en el Pacífico central.
Así lo describieron en el informe del SMN: “Las condiciones del ENOS son neutrales. La temperatura del agua del mar (TSM) en el océano Pacífico ecuatorial registró valores cercanos a los normales en la mayor parte de la región. Los vientos alisios en el océano Pacífico se mantuvieron levemente intensificados al este de 140°E. El índice de Oscilación del Sur (IOS) mensual quedó con valores dentro del rango de neutralidad”.
“De acuerdo a los modelos dinámicos y estadísticos, en promedio, en el trimestre junio-julio-agosto de 2025 hay 73% de probabilidad de que las condiciones sean neutrales”, añadieron.

En otros países, las fases traen otros impactos. Por ejemplo, en el sur de los Estados Unidos, El Niño suele provocar un aumento de las lluvias y, en ocasiones, inundaciones destructivas. También reduce la cantidad de huracanes que se forman en el Océano Atlántico.
En cambio, La Niña suele causar un clima más seco en el sur, pero el noroeste tiende a ser más frío y húmedo de lo habitual. También suele estar relacionada con un incremento de las grandes tormentas.
Durante la fase neutral, las temperaturas oceánicas permanecen próximas al promedio. Sin la influencia directa de El Niño o La Niña, otros factores controlan el clima mundial.
Sin embargo, estas condiciones pueden cambiar rápidamente y por eso se requiere un monitoreo constante. El ciclo ENSO puede variar entre tres y siete años y es un regulador climático clave.

Durante junio, julio y agosto, en la Argentina, se pronosticó variabilidad en lluvias y temperaturas a lo largo del territorio nacional.
En la región del Centro, que abarca Córdoba, el este de San Luis, el oeste de Santa Fe y Buenos Aires, se estima que las temperaturas serán normales o más elevadas que el promedio. En cuanto a las precipitaciones, se prevén valores dentro de lo habitual o por encima.
En el centro y norte del Litoral, se esperan lluvias acordes al patrón climático medio, mientras que en el sur del Litoral podrían superarlo. Las temperaturas en toda esta franja tenderían a ubicarse en niveles típicos para la época o levemente por encima.
Para el Noroeste, se proyectan registros térmicos y pluviales dentro del rango medio o algo mayores. En la Patagonia, el pronóstico indica mayor probabilidad de temperaturas elevadas respecto al promedio, y lluvias por debajo de lo esperado, especialmente en el este y el noroeste de la región.
Los especialistas del SMN advirtieron que estos patrones reflejan estimaciones generales y que pueden producirse eventos meteorológicos específicos fuera de ese marco.