El menú de McDonald’s se ha convertido en una oferta de lujo para millones de estadounidenses: la cadena busca recuperar su imagen tras el alza de precios

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El menú de McDonald’s seEl menú de McDonald’s se ha convertido en una oferta de lujo para millones de estadounidenses (Canva)

El aumento sostenido de los precios en McDonald’s ha generado un amplio debate sobre la asequibilidad de la comida rápida en Estados Unidos. Al parecer, la cadena estaría tratando de reposicionarse como la alternativa económica en una economía en recesión, en respuesta a la acumulación de quejas por parte de consumidores y familias de bajos ingresos, para quienes la subida de precios ha vuelto inaccesible lo que antes era una comida habitual, tal y como afirma el diario The Times.

Durante años, McDonald’s ha sido la referencia de comida rápida asequible. No obstante, sus compradores han notado el cambio. Brendan Baber, residente de Kenosha, Wisconsin, padre adoptivo y trabajador del sector de marketing, lo describe así: “Ya no se puede conseguir una ración grande de patatas fritas por menos de cinco dólares. ¡Y todos los niños las quieren!”, asegura. Según ha podido recordarm los precios comenzaron a incrementarse de forma pronunciada durante la pandemia, “cuando las cadenas de suministro se descontrolaron”, y señala que no han regresado a los niveles previos a 2020.

Otros clientes y trabajadores como Ralph Severson, contratista en New Albany, Indiana, sienten el impacto diario del encarecimiento en los menús. “La construcción y los oficios se basan en la comida rápida. Comemos comida rápida casi a diario”, explica. Aunque su equipo sigue comiendo en McDonald’s por conveniencia, para Severson “la relación calidad-precio ya no es la misma”.

El menú de McDonald’s seEl menú de McDonald’s se ha convertido en una oferta de lujo para millones de estadounidenses (Pexels)

Este fenómeno afecta especialmente a los grupos sociales con presupuestos ajustados. Para muchas familias y trabajadores con ingresos bajos, McDonald’s ha representado durante décadas una alternativa para poder obtener comida caliente completa por pocos dólares. “Todos hemos sentido el impacto de la inflación, pero, ¿cómo es posible que el menú de 1 dólar se convirtiera en uno de 3 dólares en tan solo unos años?”, se pregunta Severson.

Y es que, tal y como ha podido comprobar Libertatea, el precio promedio de la clásica Big Mac ha alcanzado los 6 dólares a mediados de 2025, frente a los 2,24 dólares del año 2000. No obstante, después de ajustar los precios a la inflación, el valor de la hamburguesa quedaría en 4,22 dólares, lo que implicaría un encarecimiento del 40% en los últimos 25 años. Por su parte, la consultora FinanceBuzz ha evidenciado también el alcance de este fenómeno: una hamburguesa con queso duplicó su precio en una década, subiendo de 5,39 dólares en 2014 a 11,99 dólares en 2024. Mientras que la caja de 10 McNuggets aumentó de 7,19 dólares en 2019 a 9,19 dólares en 2024.

El análisis completo de la oferta de la cadena estadounidense habría duplicado el precio de los 10 productos más populares de su carta entre 2014 y 2024, desbordando el incremento del 31% en los precios al consumidor para el mismo periodo.

Este incremento ha alterado así los hábitos de consumo: “Ahora nadie puede comer un almuerzo de comida rápida por menos de 10 dólares. Hace unos años, con ese dinero se podía alimentar a cuatro personas”, afirma John Raisor, profesional de marketing digital de Sulphur, Kentucky. Frente al descontento, la dirección de McDonald’s ha admitido que la empresa “no se ha centrado lo suficiente en el valor”, pero se han comprometido a restaurar la percepción de la marca como una opción económica.

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Aunque ahora la imagen de McDonald’s es la que está en juego, lo cierto es que el encarecimiento de la comida rápida no es exclusiva para esta cadena. Según el estudio de FinanceBuzz los precios en Popeyes subieron un 86% en una década, mientras Taco Bell se incrementó un 81%. Además, Chipotle experimentó aumentos cercanos al 75% y Wendy’s llegó a ser la cadena más cara del país en 2022, tras elevar su ticket promedio un 35% en un solo año.

Matt Schulz, analista financiero de LendingTree, ha expuesto para The Times que “casi ocho de cada diez estadounidenses consideran la comida rápida un lujo debido al aumento de los precios, y esto es relativamente nuevo. Demuestra que muchos estadounidenses se sienten claramente presionados económicamente”, asegura. Sin embargo, en el caso de McDonald’s, el descontento de los compradores se ha manifestado con mayor fuerza. Y es que en 2025, el Índice Estadounidense de Satisfacción del Cliente lo situaba en el último lugar entre 23 cadenas analizadas, por tercer año consecutivo.

Los motivos que han llevado a la compañía al incremento de los precios se debe al crecimiento del valor de la carne de res, el pollo y los salarios de su personal. Aun así, los usuarios consideran que los aumentos han sido excesivos. “No le pido a McDonald’s que me salve la vida”, expresa Baber, siendo consciente de que “ningún presupuesto puede sobrevivir comiendo fuera todas las noches”. Pese a ello “me encantaría poder decirles ‘sí’ a mis hijos sin gastarme todo mi presupuesto semanal en patatas fritas carísimas”, pedía el padre de familia, quien reza por que las promociones no superen los seis dólares cada vez que pasa por el autoservicio.

En este contexto, la propia empresa ha lanzado ofertas promocionales para recaptar al público perdido. McDonald’s ha implementado menús combinados de 5 dólares durante lapsos limitados y renovó su gama McValue para desplegar menús de 5 y 6 dólares. No obstante, el acceso a estas ofertas requiere el uso exclusivo de la app de la cadena, un sistema que genera malestar entre consumidores. En su casi, Baber la considera “muy poco intuitiva”; además de que las mejores promociones duran poco y solo buscan sumar usuarios.

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