
En la Costa Este de Estados Unidos, se prevé la llegada de olas potencialmente gigantescas debido al avance del huracán Erin por el Atlántico, un fenómeno que ha generado alarma entre expertos en oceanografía y meteorología. Newsweek reportó que el ciclón, recientemente categorizado como huracán de categoría 1, avanza en dirección al Caribe y se espera que modifique su trayectoria para ubicarse al noreste de la costa estadounidense la próxima semana.
De acuerdo con la información difundida por Newsweek, se pronostican lluvias intensas, inundaciones repentinas, vientos fuertes y, especialmente, una marejada significativa a consecuencia de la tormenta Erin. Además, los especialistas advirtieron que el mayor riesgo lo constituye el oleaje extraordinario que podría afectar la región costera, con proyecciones que superan los valores históricos registrados previamente en áreas del Atlántico norte.
El medio citó al científico Jean-Raymond Bidlot, del European Centre for Medium-Range Weather Forecasts (ECMWF), quien destacó que “el pronóstico más reciente indica que la mayor altura significativa de ola podría superar los 15 metros (50 pies) y que la ola máxima más probable excedería los 30 metros (100 pies)”. Estas cifras han sorprendido a la comunidad meteorológica y han sido subrayadas en los últimos análisis publicados por medios especializados.
La advertencia de posibles olas de más de treinta metros ha provocado reacciones contrapuestas entre los expertos. Mientras Bidlot sostiene que los modelos numéricos predicen crestas gigantescas, otros especialistas advierten que ese tipo de eventos exige condiciones de mayor severidad. Según el informe de Newsweek, el pronóstico contempla “olas monumentales asociadas al desplazamiento y potencia de un huracán en crecimiento”.
No obstante, las proyecciones que elabora el ECMWF no implican que semejantes alturas sean comunes en toda la zona de influencia del ciclón. Se estima que estos valores podrían observarse solo en sectores marítimos donde el viento alcanza más intensidad, sin que necesariamente lleguen hasta playas pobladas o balnearios. El portal Newsweek puntualizó que destinos como New Smyrna Beach o los Outer Banks no experimentarían oleaje de cien pies en la rompiente, aunque sí se anticipa un incremento inusual del mar.

Frente a las elevadas cifras planteadas, otros especialistas han manifestado escepticismo. AccuWeather, empresa líder en información meteorológica, expuso que el escenario de una ola de treinta metros requiere que el huracán alcance al menos la categoría 4 o 5 y mantenga dicha fuerza mientras las condiciones permanecen favorables. Alex DaSilva, principal experto en huracanes de la organización, declaró a Newsweek: “Aunque no se puede descartar la posibilidad de olas de 30 metros, considero que solo ocurrirían si el sistema alcanza la categoría máxima. En realidad, resulta más plausible observar olas cerca del centro de entre 15 y 23 metros (50 a 75 pies), si el ciclón logra consolidar una categoría 3”.
Estas estimaciones matizan el panorama e insisten en que las mayores alturas de ola sucederían mar adentro, sin que toda la costa esté expuesta a esas cifras. “El mayor riesgo para la población radica en el fuerte oleaje, el potencial de arrastre y las condiciones marítimas peligrosas”, añadió el meteorólogo consultado por Newsweek. Organismos federales como la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) se mantienen en vigilancia permanente debido a la posibilidad de impactos en la navegación y las infraestructuras costeras.
La NOAA publicó un comunicado oficial en el que advirtió sobre las consecuencias del paso de Erin por el Atlántico occidental. Las autoridades resaltaron la importancia de seguir las actualizaciones meteorológicas y atender las indicaciones para evitar situaciones de emergencia en puertos, playas y comunidades cercanas al mar. Newsweek añadió que los pronósticos podrían variar si el huracán modifica su intensidad o ruta, lo cual exige flexibilidad en los planes locales de respuesta.
El fenómeno continúa su desplazamiento hacia el noreste, y el pronóstico de grandes olas persiste hasta que se defina la evolución del ciclón en los organismos internacionales. Los modelos numéricos mantendrán la atención centrada en la fuerza del huracán y su influencia sobre el Atlántico en los próximos días, mientras las autoridades coordinan esfuerzos para mitigar los riesgos asociados al oleaje extremo.