
El horario de verano 2025 en Estados Unidos llega a su fin en menos de dos semanas, marcando un nuevo cambio de rutina para millones de personas en el país. El próximo domingo 2 de noviembre de 2025, a las 2:00 a.m. hora local, los relojes deberán atrasarse una hora, otorgando a la población “una hora extra de sueño” y, al mismo tiempo, oscureciendo más temprano las tardes en la mayoría de los estados.
La medida, instituida hace más de un siglo y debatida en múltiples ocasiones, sigue vigente pese a numerosas voces que buscan eliminar el recurrente ajuste de los relojes. Este año el cambio será uno de los más tempranos que se puede dar, ya que, siguiendo la norma, el “fall back” ocurre el primer domingo de noviembre.
El horario de verano se adoptó inicialmente en Estados Unidos tras la aprobación por el Congreso de la llamada Calder Act, también conocida como Ley de Hora Estándar de 1918. El objetivo era aprovechar al máximo la luz diurna y reducir el consumo de energía durante la Primera Guerra Mundial. En 1966, el Congreso federalizó su aplicación a través de la Uniform Time Act, lo que estableció un calendario uniforme para la mayor parte del país.

La normativa actual indica que el horario de verano inicia el segundo domingo de marzo y finaliza el primer domingo de noviembre. Sin embargo, se permite que los estados decidan, por ley, si desean eximirse del ajuste. Hasta la fecha, Hawaii y la mayor parte de Arizona (excepto la Nación Navajo) optan por no participar. Las islas y territorios de Samoa Americana, Guam, Islas Marianas del Norte, Puerto Rico y Islas Vírgenes estadounidenses tampoco realizan el cambio.
A pesar del debate sobre su utilidad, el horario de verano persiste. En diciembre de 2024, el expresidente Donald Trump volvió a pronunciarse en contra del cambio de hora. “El Daylight Saving Time es inconveniente y muy costoso para nuestra nación”, declaró en Truth Social. “El Partido Republicano hará todo lo posible para eliminar el horario de verano”.
En marzo de 2025, Trump añadió que “a mucha gente le gusta de una forma, a mucha gente le gusta de otra, está muy repartido”. Según sus palabras recogidas por Reuters, las posturas opuestas entre quienes prefieren más luz por la tarde frente a aquellos que valoran la luz matinal dificultan alcanzar una solución definitiva.

En enero de 2025, se reintrodujo en el Congreso la Sunshine Protection Act, una ley que busca hacer permanente el horario de verano en todo el país. Sin embargo, la iniciativa no ha superado el proceso de votación.
La modificación horaria genera efectos sobre la salud. La Academia Americana de Medicina del Sueño y otras organizaciones de expertos han recomendado establecer el horario estándar de manera permanente. Investigaciones publicadas por el Journal of Clinical Sleep Medicine vinculan el cambio con aumentos en infartos, accidentes cerebrovasculares, arritmias cardíacas, alteraciones del sueño y fluctuaciones del estado de ánimo.
Las recomendaciones médicas buscan minimizar los efectos negativos del ajuste. El doctor Darien Sutton, corresponsal de ABC News, aconseja adelantar progresivamente el horario para dormir, exponerse lo más posible a la luz solar durante la mañana y evitar tanto el alcohol como la cafeína en los días previos y posteriores al cambio. Sutton sugiere que tomar siestas breves (menos de 30 minutos, antes de las 3:00 p.m.) puede ayudar a afrontar la transición.

Pensando en las familias, la especialista en crianza Ericka Souter explicó a ABC News que los niños suelen requerir varios días, e incluso una semana, para adaptarse al nuevo horario.
Recomienda ajustar horarios de comidas, siestas y actividades, además de limitar la luz en las mañanas para evitar despertares prematuros. “Aunque tengas el mejor plan, es normal que haya irritabilidad o cambios de apetito. Todo pasa con el tiempo”, señala Souter.
La discusión sobre la pertinencia del horario de verano se mantiene abierta en Estados Unidos. Algunos sectores consideran que el sistema ya no se adapta a los hábitos energéticos y sociales actuales, mientras otros valoran contar con más horas de luz natural por las tardes, sobre todo en invierno.
Por el momento, la realidad para millones de hogares es la misma: el 2 de noviembre, a las 2:00 a.m., tocará atrasar los relojes una hora y prepararse para tardes más cortas a medida que avanza el otoño.