Pocas historias de amistad en el espectáculo han captado tanto interés como la que protagonizan Selena Gomez y Taylor Swift, cuya relación inició casi por casualidad hace más de 16 años y hoy representa la definición de una hermandad a prueba de todo.
Según People, todo comenzó alrededor de 2008, cuando ambas coincidieron en las mismas circunstancias: sus noviazgos fugaces con los hermanos Jonas, Selena con Nick y Taylor con Joe.
Según relató Selena Gomez en el pódcast Therapuss, hace unos meses, con Jake Shane, “Todo era lindo, éramos jóvenes”, recordó la cantante, remarcando que este escenario adolescente fue el puntapié inicial de su lazo con Taylor, una relación cuyo inicio siempre marcaron como “lo más valioso” que obtuvieron de esas parejas.
Ambas tenían apenas 15 y 18 años, respectivamente, cuando este primer encuentro, que se dio en parte gracias a la entonces emergente fama de cada una y a la intensa sociabilidad dentro del círculo Disney y la música pop juvenil estadounidense.

Para Selena, Taylor era “la chica del pelo rizado, llena de pulseras hasta arriba del brazo”; recuerda incluso los detalles visuales de esos momentos, que para ambas representaron complicidad y una conexión inmediata “sin saber bien qué hacían”, según relató Selena.
Cuando sus respectivas relaciones sentimentales con los Jonas terminaron, la afinidad entre Gomez y Swift se fortaleció de manera natural; compartieron las experiencias de rupturas amorosas adolescentes.
Según Elle, no pasó mucho tiempo hasta que su amistad trascendió lo privado y comenzó a reflejarse en momentos públicos, como la aparición de ambas en el estreno de la película Another Cinderella Story en 2008, donde las cámaras las captaron por primera vez juntas.
Desde entonces, la serie de eventos compartidos fue en aumento: acompañamientos en ceremonias como los People’s Choice Awards, Vanity Fair Oscars Party, Teen Choice Awards y American Music Awards.
Estas presencias conjuntas eran señales inconfundibles de confianza y admiración recíproca, y se repitieron durante toda la década siguiente, con constantes muestras de apoyo y celebración de los logros ajenos.

Uno de los recuerdos más íntimos que Selena Gomez conserva de aquellos primeros años es cuando Taylor le hizo escuchar en privado, en un cuarto de hotel, una canción inédita que luego sería uno de los mayores éxitos de la artista: “Love Story”.
La impresión fue tan profunda que para Selena “era una de las canciones más bellas que había oído jamás”.
A lo largo de los años, la dinámica de la amistad se transformó en un soporte constante frente al escrutinio mediático y los desafíos personales.
En 2009, cuando Selena fue entrevistada por Seventeen, aseguró que “cualquier problema de amor que tuviera, Taylor ya lo había pasado primero”, lo que convertía a Swift en su consejera infalible, alguien que además sostenía una fe inquebrantable en el amor y los sueños románticos, según justificó en ese entonces. Las charlas diarias entre ambas, la complicidad fuera del escenario y la defensa ante las críticas del entorno consolidaron al máximo la confianza.
Según Elle, la visibilidad de este vínculo se extendió hacia 2011, con instancias compartidas en espectáculos y celebraciones, incluidas actuaciones conjuntas en los shows de Taylor, como cuando Selena fue invitada especial en el marco del 1989 Tour en 2015, experiencia que Gomez definió como “inolvidable” y testimonio de la evolución de su amistad desde la adolescencia.
Las redes sociales se convirtieron en un archivo paralelo de este lazo: fotos, dedicatorias, collages o retratos improvisados daban cuenta, según ambas mencionaban en Instagram, de interminables sesiones de música, bailes improvisados y largas conversaciones.
La amistad superó escollos de vida y también estuvo presente en las crisis personales de ambas, como el mediático enfrentamiento de Taylor con Kanye West en 2016, donde Selena no dudó en defender a su amiga en público.
A su vez, en cada cumpleaños, premiación o lanzamiento importante, no faltaban los mensajes de admiración, como aquel texto de Selena para el cumpleaños número 25 de Taylor: “Feliz de conocerte y de conocer tus diarios”, escribió para celebrar el significado que tenía Swift en su vida más allá de la industria.

La relación continuó alimentándose de gestos personales y pequeños rituales privados; por ejemplo, Swift solía regalarle discos inéditos antes de su estreno y, según Us Weekly, en julio de 2025 le regaló a Selena y Benny Blanco un pan artesanal, bromeando con el título de una de sus canciones
Las celebraciones familiares y los hitos personales ampliaron el círculo de la amistad, como cuando Swift fue una de las primeras en felicitar el compromiso de Gomez con Benny Blanco y se ofreció espontáneamente a ser la “dama de las flores” en la boda, comentario que revolucionó las redes y que ambas reiteraron con picardía en Instagram.

Del mismo modo, Taylor y Selena desplegaron su camaradería en reuniones exclusivas, fiestas de cumpleaños, parte de las imágenes que Selena compartió en su Instagram el día de su 33 aniversario incluyeron a Taylor “rodeadas de globos metálicos” y mostrando su alegría juntas.
El acompañamiento cotidiano sigue siendo una constante, incluso mediante gestos aparentemente simples, como cenas íntimas, comentarios cariñosos en redes y dedicatorias musicales.

Así, la amistad entre Selena Gomez y Taylor Swift es el testimonio de una hermandad atípica en el escenario del pop internacional: dos mujeres que crecieron delante de millones, se acompañaron sin condiciones y convirtieron su vínculo, nacido de la casualidad y de historias de amor adolescente, en uno de los lazos personales más duraderos, admirados y auténticos de las últimas décadas.