
Luego de casi un año de silencio, Manuel Monsalve, el exsubsecretario de Interior acusado de violación y abuso sexual por parte de una subalterna, dio su versión de los hechos que lo llevaron a dejar el gabinete del presidente Gabriel Boric el 17 de octubre de 2024 y cumplir prisión preventiva en dos cárceles distintas.
En una extensa entrevista con el diario La Tercera, el exmilitante socialista -quien actualmente se encuentra con arresto domiciliario-, aseguró de entrada que “cometí un error, pero no un delito (...). Jamás debía salir con una persona que trabajaba conmigo. No ponderé ni el peligro ni los riesgos que eso implicaba".
A renglón seguido, negó haber intentado besar por la fuerza a la víctima. “Nunca en mi vida me atrevería a darle un beso a una mujer sin su consentimiento. Estábamos sentados en un césped, en un lugar público, con gente transitando. Yo, en el cargo de subsecretario, iba a darle un beso a una mujer sin su consentimiento sin saber cómo iba a reaccionar, que pudiera rechazarme, gritar, pedir ayuda, es como de poco sentido común (...) Lo que puedo decir es que nunca hubo ningún tipo de presión”.
Tocante al primero encuentro entre ambos en un mall capitalino, sostuvo que “no fue una reunión laboral”. “No estoy aquí ni para victimizarme ni para atacar a nadie. Lo que sí puedo reiterar es que fueron casi seis horas en las que no se habla de nada que tenga que ver con trabajo”, dijo.
Según el también médico, desde ese almuerzo se instaló entre ambos "una relación cercana, cordial, de colaboración. O sea al día siguiente, el primer mensaje es ‘Buenos días subse, ¿cómo está?’ Y se empieza una coordinación respecto a cuestiones que ocurrían en el día a día. No había ninguna señal de incomodidad”, indicó.
Respecto a la cena de ese 22 de septiembre en el restaurante peruano que terminó con la mujer completamente embriagada, según su propia declaración, Monsalve manifestó que “ninguno quería que eso ocurriera (...) ¿Cómo llegamos entonces a una situación como esa? Es una pregunta que todavía no es aclarada. A medida que ha pasado el tiempo y se han ido agregando elementos, mi sospecha era la posibilidad de ser drogado o de la intervención de terceros ¿Cómo perdimos la memoria? ¿Por qué no se dio la boleta? ¿Por qué el garzón dice que no estaba cuando en realidad sí estaba? ¿Por qué nadie se acuerda de que alguien haya salido ebrio? Todo es extraño”, aseveró.

Monsalve también tuvo palabras para las declaraciones del taxista -testigo clave-, que los llevó desde el restaurante al hotel donde la exautoridad del gobierno de Boric se alojaba:
“¿Qué dice el taxista? Dice: se subieron al taxi, que ella lo trataba de ‘amor’, ella le toma la mano. Dice ‘nunca vi forzar al otro ni verbal ni físicamente’. Él llega a la conclusión que éramos pareja. Cuando vamos al hotel, el taxista dice que quería que él la acompañara a subir. Él le da una interpretación a eso como que a lo mejor ella estaba incómoda. Pero es una interpretación. Esas son discusiones que son parte del debate jurídico, será parte de la discusión en el juicio oral”, explica.
“Si se acoge mi versión, no hay delito. Si se acoge la versión de quien denuncia, hay un delito. Hay dos versiones distintas en un espacio donde no hay testigos”, argumentó.
En cuanto a la respuesta del gobierno ante la acusación, el también médico sostuvo que “no se puede anular el derecho a la defensa de la persona que es acusada. Ese equilibrio es muy importante para el Estado de derecho. Me hubiese gustado que la reacción del gobierno fuera más equilibrada”, apuntó
Según Monsalve, tampoco “se ha respetado con rigurosidad el principio de objetividad. O sea, es válido que la Fiscalía investigue todo aquello que permita culparme, pero legalmente es obligatorio que investigue todo aquello que permita exculparme y probar mi inocencia. Estoy convencido que mientras más se conozca la verdad, más posibilidades tengo de defenderme”.
“Alguien que comete un delito, ¿va a la Policía de Investigaciones para que averigüe lo que pasó? ¿Hay alguna instrucción mía para tapar lo que pasó? Ninguna. Ni de la directora de Inteligencia, ni de los funcionarios de Investigaciones que van al hotel o que van al restaurante ¿Cuál es la acción de ocultamiento que se les instruyó a ellos? Ninguna ¿Hay alguna evidencia que demuestre que se manipuló o se alteró alguna evidencia? Ninguna ¿Cuál es la instrucción que indican que reciben por parte de la jefa de Inteligencia los funcionarios de la PDI? Aclarar si el subsecretario había sido drogado o no. Y ver el estado de bienestar de la persona que había salido a comer con él. Esas son las instrucciones. Además son los hechos, porque no hay alteración de ninguna evidencia”, sostiene.

Al cierre, el defenestrado exsubsecretario reconoció estar “agotado emocional, intelectual e incluso físicamente. He pasado períodos de tristeza, frustración, dolor y rabia, pero también por momentos donde hay mucha determinación de salir adelante".
“Mi familia ha estado conmigo desde el primer momento y ha habido gente que, a pesar de los duros cuestionamientos públicos, ha mantenido gestos de cariño y apoyo. Es una situación devastadora para todos los ámbitos de tu vida (...) ¿Mi futuro? A lo menos podría decirse que es incierto. Y creo que lo más relevante es demostrar mi inocencia”, remató.