El éxito que dividió a Kiss: la historia detrás del hit comercial que desafió la identidad de la banda

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I Was Made For Lovin’ You, éxito de 1979, dividió a Kiss entre su esencia rockera y una dirección pop (Youtube: VideoKas Subtitulados)

A principios de la década del 70, Kiss irrumpió con fuerza en la escena musical estadounidense. La banda, caracterizada por su inconfundible maquillaje, sus espectaculares puestas en escena y una propuesta sonora más cruda y contundente que la del rock and roll clásico, se consolidó rápidamente como un fenómeno de masas. Su estilo desafiante y atrevido los convirtió en pioneros del hard rock, sentando las bases para futuras generaciones de músicos, según publicó Far Out.

La teatralidad de sus conciertos y su actitud provocadora fueron una invitación para que otros artistas adoptaran propuestas más maximalistas y escénicas. Sin embargo, como sucede habitualmente con quienes abren nuevos caminos, las innovaciones de Kiss fueron eventualmente absorbidas y llevadas al extremo por bandas más jóvenes y ruidosas, que superaron a los originales en intensidad y oscuridad.

Dentro de esa trayectoria sobresale un capítulo que aún hoy provoca incomodidad en el seno del grupo: la historia detrás de I Was Made For Lovin’ You. Considerada una de las canciones más emblemáticas y populares de Kiss, también es, paradójicamente, una de las que más divisiones generó entre sus propios integrantes.

La irrupción de Kiss enLa irrupción de Kiss en los 70 revolucionó el hard rock con maquillaje y puestas en escena teatrales (Charles Sykes/Invision/AP)

En una entrevista con Howard Stern, Gene Simmons, bajista y cofundador de la banda, relató el momento exacto en que Paul Stanley presentó la canción al resto del grupo en 1979. “La reacción masiva de los fans convierte el momento en un instante de comunión y éxtasis colectivo”, explicó Simmons. A medida que la canción tomaba forma, Simmons añadió con ironía los célebres “du du du du”, remarcando la inesperada ligereza melódica del tema.

Desde un inicio, I Was Made For Lovin’ You generó un conflicto de identidad para Kiss. Si bien mantenía el distintivo poder de las guitarras y la actitud provocadora de la banda, incorporaba elementos del pop más accesible, una decisión que algunos integrantes nunca terminaron de aceptar.

Simmons confesó que incluso en 1979 sentía que esa dirección musical podía ser interpretada como una traición al espíritu salvaje del grupo. La incorporación de un estribillo pegadizo y bailable, en plena época disco, se alejaba de la esencia sonora por la que Kiss había ganado reconocimiento mundial.

Paul Stanley admitió dudas sobrePaul Stanley admitió dudas sobre interpretar la canción en vivo en ciertos contextos (CAMERA PRESS/Mark Shenley)

Paul Stanley, quien compuso la canción, también admitió tiempo después sus reservas sobre la conveniencia de tocarla en vivo en ciertos contextos. “¿De verdad queremos tocar eso?”, confesó Stanley en declaraciones a Far Out. La llegada de nuevas generaciones de bandas que llevaron al extremo la oscuridad y la agresividad del género hizo que la canción continuara siendo un motivo de inseguridad para la banda.

En medio de estos dilemas internos, la reacción del público fue el factor determinante para mantenerla en los conciertos. Simmons, a pesar de reconocer que hasta hoy le incomoda ese giro hacia el pop “chicle”, también admitió que la energía que se genera en los estadios es incomparable.

El bajista explicó que, aunque la interpretación del tema les provoque una cierta incomodidad, “la energía de los estadios llenos saltando como langostas bíblicas” convierte cada interpretación en un momento inolvidable.

La canción sintetiza la paradojaLa canción sintetiza la paradoja artística de Kiss: redefinir los límites del espectáculo (GABINO ACEVEDO/CUARTOSCURO.COM)

La contradicción entre el rechazo artístico inicial y el amor incondicional del público convirtió a I Was Made For Lovin’ You en un himno esencial del repertorio de Kiss. La canción, lanzada en 1979, sigue siendo uno de los mayores éxitos comerciales de la banda y un momento esperado en cada presentación en vivo.

Así, el tema logró consolidarse como la síntesis perfecta de la paradoja de Kiss: una banda nacida para desafiar y redefinir los límites del espectáculo, que encontró uno de sus mayores legados en la canción que más les hizo cuestionar su identidad artística.

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