El enigma de Bashiri, la momia “intocable” de Egipto

hace 1 mes 10
El hallazgo de Bashiri se remonta al 1919, cuando Carter localizó la momia cerca de la antigua ciudad de Luxor.

En el corazón del Museo Egipcio de El Cairo se encuentra una figura que sigue despertando asombro y curiosidad: la momia Bashiri. Descubierta en 1919 por el arqueólogo británico Howard Carter en el Valle de los Reyes, su nombre, que en árabe significa “profeta” o “aquel que puede predecir el futuro”, refleja el misterio que la envuelve.

Tecnologías no invasivas como laTecnologías no invasivas como la tomografía computarizada han permitido estudiar momias sin comprometer su integridad (Host Broadcaster/REUTERS TV via REUTERS)

Según National Geographic, la imposibilidad de acceder a su interior sin dañarla ha convertido a Bashiri en un símbolo de los dilemas contemporáneos de la arqueología: cómo desentrañar los secretos del pasado sin arriesgar el legado material.

El hallazgo de Bashiri se remonta al 1919, cuando Carter localizó la momia cerca de la antigua ciudad de Luxor. La inscripción hallada en la tumba sugiere que el nombre “Bashiri” se refiere a un individuo de alto rango, aunque algunos especialistas creen que podría corresponder a “Neno”.

La momia data del período Ptolemaico, entre los siglos III y II a.C., y destaca por su excelente estado de conservación. Actualmente se exhibe en el Museo Egipcio de El Cairo, donde atrae tanto a visitantes como a expertos. Según Euronews, su momificación es un ejemplo del punto culminante de esta técnica en el antiguo Egipto.

Lo que distingue a Bashiri no es solo su antigüedad, sino la singularidad de sus vendajes. Los embalsamadores emplearon capas finísimas de lino dispuestas de tal manera que forman un patrón geométrico en el rostro, similar a las pirámides de Giza.

La momia Bashiri, hallada enLa momia Bashiri, hallada en 1919 por Howard Carter, es uno de los mayores enigmas del Museo Egipcio de El Cairo (Archivo)

Este diseño único sugiere que Bashiri ocupó un lugar destacado en la jerarquía social. La disposición y calidad de los vendajes ha llevado a los expertos a considerar la momia como una auténtica obra maestra del arte funerario egipcio. National Geographic señala que cualquier intento de desenvolverla podría provocar daños irreparables a sus delicadas envolturas, lo que la convierte en un objeto casi intocable.

Ningún egiptólogo ha osado abrir los vendajes de Bashiri debido al alto riesgo de destruir esta única muestra conocida de la técnica de momificación. La imposibilidad de acceder a su interior ha alimentado su leyenda, y entre los especialistas, la momia es conocida como “la intocable”. Esta limitación ha causado tanto frustración como fascinación entre los investigadores, quienes se enfrentan al desafío de reconstruir la historia sin alterar el testimonio material que ha llegado hasta nosotros.

Ante la imposibilidad de desenvolvimiento, los científicos han recurrido a tecnologías avanzadas como la tomografía computarizada y los rayos X para estudiar a Bashiri sin dañar su integridad. Según Euronews, estos métodos han revelado que Bashiri era un hombre de aproximadamente 167 centímetros de altura. Además, se ha identificado un pectoral compuesto por cuentas y adornos en forma de cabeza de halcón, símbolo de riqueza y poder en el antiguo Egipto. También se han observado escenas en los vendajes, como el difunto recostado en una cama, rodeado por las diosas Isis y Neftis, junto con los cuatro hijos del dios Horus.

Los estudios realizados sugieren que Bashiri fue una persona de alto rango, posiblemente parte de la élite egipcia. Sin embargo, su identidad sigue siendo incierta. La única pista disponible es una inscripción escrita apresuradamente en la tumba, que podría referirse a “Bashiri” o “Neno”.

La momia Bashiri ejemplifica elLa momia Bashiri ejemplifica el dilema entre la investigación científica y la preservación del patrimonio cultural (Archivo)

National Geographic explica que, hasta la fecha, no se ha podido determinar cuál de los dos nombres corresponde a la momia, y la falta de otros registros ha dificultado la identificación. A pesar de los avances, el misterio sobre su nombre y su historia personal persiste.

El caso de Bashiri ejemplifica el delicado equilibrio entre la investigación científica y la preservación del patrimonio cultural. La decisión de no desenvolver la momia responde a la necesidad de proteger una muestra única del arte funerario egipcio, incluso a costa de perder información valiosa. National Geographic destaca que Bashiri representa cómo la arqueología moderna enfrenta el pasado con respeto, cautela y paciencia.

La utilización de tecnologías no invasivas ha permitido avanzar en el conocimiento de la momia sin comprometer su integridad física, preservando el pasado para las generaciones futuras, mientras se exploran nuevas formas de desentrañar los secretos que aún guarda.

A pesar de los avances tecnológicos, Bashiri sigue envuelta en un halo de misterio. Su identidad continúa siendo objeto de especulación, y los especialistas confían en que las tecnologías no invasivas seguirán revelando pistas sobre su vida y época. Sin embargo, hasta que nuevas técnicas permitan acceder a su interior sin riesgo, Bashiri seguirá siendo un desafío para la arqueología, representando la constante lucha por comprender el pasado sin destruirlo.

Leer artículo completo