Leonardo DiCaprio no dudó en sumarse al nuevo proyecto cinematográfico de Paul Thomas Anderson, Una batalla tras otra. En diálogo con BBC Radio 1, el actor expresó su entusiasmo por trabajar con uno de los directores que más admira.
“He sido un fan de la obra de Paul Thomas Anderson desde sus inicios. Crea mundos increíbles que, como espectador, te envuelven por completo. No sé cómo lo logra, pero todo parece tangible, real”, afirmó DiCaprio, quien destacó que las películas del cineasta siguen resonando en él incluso décadas después de su estreno.
La experiencia de rodaje bajo la dirección de Anderson fue exigente y enriquecedora para DiCaprio. Según relató a BBC Radio 1, el director mantiene un alto estándar en el set: “No se avanza a la siguiente toma a menos que sienta que la has logrado. Si algo no encajaba en la historia o no conseguía lo que buscaba, volvíamos a grabar”.
Más allá de la cantidad de tomas, el actor valoró especialmente la flexibilidad creativa del director y su apertura a nuevas ideas. “Paul es muy receptivo y está dispuesto a modificar toda la estructura narrativa si surge algo nuevo que lo convence”, explicó.

Un ejemplo de esa colaboración surgió durante los talleres previos al rodaje, donde DiCaprio y la joven actriz Chase Infinity, quien interpreta a su hija en la película, propusieron que el personaje de la hija tuviera un teléfono secreto.
“Hay una brecha generacional entre nosotros. Mi personaje vive desconectado, ni siquiera tiene wifi y ve películas revolucionarias en VHS. Por supuesto, su hija tiene un teléfono oculto y lo traiciona, lo que abrió una nueva subtrama en la película”, relató el actor, subrayando la disposición de Anderson para incorporar estos aportes al guion.
En cuanto a las influencias que marcaron su interpretación, reconoció la huella de personajes icónicos del cine. “Definitivamente hay un elemento de The Dude en este personaje”, confesó en referencia al protagonista de The Big Lebowski interpretado por Jeff Bridges y que considera una de las actuaciones más emblemáticas de la historia.
“Nunca intentaría imitarlo, pero hay algo de ese espíritu de antihéroe, de héroe popular de finales de los 60, en mi personaje. Hace todas las elecciones equivocadas, ni siquiera puede recordar la contraseña para recuperar a su hija”, comentó entre risas.

Además, mencionó que películas como Dog Day Afternoon de Al Pacino y Al este del Edén de James Dean lo inspiraron durante la preparación del papel, recordando que la actuación de Dean lo impactó profundamente cuando era adolescente.
La conversación con BBC Radio 1 también le permitió repasar anécdotas junto a otros directores y actores de renombre. Al hablar de su trabajo con Quentin Tarantino y Martin Scorsese, el actor destacó la importancia de la colaboración y la improvisación en el set.
“Con Quentin, por ejemplo, hubieron momentos en Once Upon a Time in Hollywood que surgieron de discusiones y talleres, como la escena en la que mi personaje olvida sus líneas. Mucho de eso fue improvisado. Esa es la belleza de trabajar con directores abiertos a nuevas ideas”, señaló.
Sobre Scorsese, recordó la exigente secuencia de El lobo de Wall Street en la que debía arrastrarse hasta el coche: “Pensé que sería breve, pero Martin preparó 50 tomas diferentes. Fueron dos días de rodaje solo para esa escena”.

DiCaprio también compartió el consejo que más lo marcó en sus inicios, recibido durante su primer protagónico junto a Robert De Niro en This Boy’s Life. “El director Michael Caton-Jones me dijo en una escena difícil: ‘El dolor es temporal. El cine es para siempre’. Esa frase se me quedó grabada”, confesó.
Para el actor, el aprendizaje con figuras como De Niro, Al Pacino o Scorsese no provino de lecciones directas, sino de observar su dedicación y valentía para tomar decisiones inesperadas en sus interpretaciones.
Al reflexionar sobre el valor del cine, subrayó la importancia de la experiencia colectiva en las salas. “Es el acto de estar con otras personas en el cine. La experiencia compartida permite que la audiencia empatice con los personajes y descubra matices que quizá no percibió la primera vez”, explicó a BBC Radio 1.
El actor mencionó que ha visto incontables veces clásicos como Ladrón de bicicletas, 2001: Odisea del espacio, Cuentos de Tokio, Vértigo, Buenos muchachos y Taxi Driver, reafirmando su pasión por el séptimo arte.
Para DiCaprio, el cine sigue siendo una de las formas artísticas más inmersivas y valiosas. Su deseo, como expresó al cierre de la entrevista con BBC Radio 1, es que esta experiencia única y colectiva continúe viva para las próximas generaciones.