El día que Sylvester Stallone apostó todo para hacer la escena más peligrosa del cine de acción

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El día que Sylvester Stallone apostó todo para hacer la escena más peligrosa del cine de acción

Hace más de tres décadas, una escena cambió para siempre la historia del cine de acción. En 1993, Sylvester Stallone no solo protagonizó Máximo riesgo, sino que también asumió un riesgo financiero y personal sin precedentes: pagó un millón de dólares de su propio salario para que una secuencia, considerada la más cara y peligrosa jamás filmada, pudiera realizarse.

Según detalló SensaCine, este momento, ejecutado por el especialista Simon Crane a 4.572 metros de altura sobre las Montañas Rocosas, se convirtió en un hito reconocido por el libro Guinness de los récords y sigue siendo una referencia insuperable en la industria cinematográfica.

La secuencia en cuestión no solo destacó por su espectacularidad visual, sino por el nivel de peligro real que implicó. De acuerdo con SensaCine, el libro Guinness de los récords la cataloga como la escena de acción en el aire más costosa y arriesgada de la historia del cine.

El especialista Simon Crane, considerado una leyenda en su campo, fue el encargado de realizar la maniobra: cruzar de un avión a otro en pleno vuelo, a una altitud de 4.572 metros, sin la ayuda de cables de seguridad ni efectos generados por computadora (CGI).

El rodaje de esta escena se llevó a cabo en condiciones extremas y solo se intentó una vez, debido al altísimo riesgo y al costo involucrado. Stallone, convencido de la importancia de la secuencia para la película, decidió recortar su propio salario y aportar un millón de dólares para que el equipo pudiera filmarla tal como estaba concebida. Esta decisión no solo subraya el compromiso del actor con el realismo y la espectacularidad, sino que también explica por qué la escena ha permanecido como un referente en la industria.

SensaCine detalla que, en la actualidad, los presupuestos de las grandes producciones pueden alcanzar los 300 millones de dólares, pero en 1993 el contexto era muy diferente. “Máximo riesgo” contó con un presupuesto total de 70 millones de dólares, lo que hace aún más notable la inversión personal de Stallone en una sola secuencia.

La ejecución de la escena estuvo a cargo de Simon Crane, quien asumió un peligro real al cruzar de un avión a otro sin cables de seguridad. Aunque llevaba un paracaídas, esto no garantizaba su integridad física, ya que existía la posibilidad de quedar atrapado o aplastado contra el parabrisas del jet que lo seguía, una situación que estuvo a punto de ocurrir.

El resultado del rodaje no fue el esperado. Según la información publicada por SensaCine, Crane no logró entrar en el segundo avión como estaba planeado. En su intento, rebotó varias veces contra el lateral y la parte superior de la aeronave, llegando casi a atravesar los motores.

Finalmente, logró liberarse y abrir el paracaídas, evitando así un desenlace trágico. Esta única toma, marcada por el peligro y la improvisación forzada por las circunstancias, es la que quedó inmortalizada en la película y en la memoria colectiva del cine de acción.

En el panorama actual del cine de acción, figuras como Tom Cruise han elevado el listón de las acrobacias reales. Misión Imposible: Sentencia final (2025) incluye una secuencia en la que el personaje de Cruise, Ethan Hunt, pasa de una avioneta a otra en pleno vuelo.

Sin embargo, SensaCine subraya que, pese a la reputación de Cruise como el "rey de la acción real“, la escena de Máximo riesgo sigue siendo insuperable en términos de peligro y dificultad.

La comparación entre ambas escenas pone de manifiesto la evolución de la tecnología y los estándares de seguridad en la industria. Mientras que las producciones actuales cuentan con presupuestos mucho mayores y un uso intensivo de CGI para minimizar riesgos, la secuencia de 1993 se realizó con recursos más limitados y un nivel de exposición física que hoy resultaría inaceptable en la mayoría de los rodajes.

Con un explosivo inicio marcado por un atraco fallido en las alturas, Máximo Riesgo, película dirigida por Renny Harlin en 1993, se consolidó rápidamente como un clásico de la acción. La historia se despliega en un telón de fondo imponente: las Montañas Rocosas, donde se desata una frenética caza de maletas repletas de dinero, sirviendo como escenario para una serie de intensas secuencias de riesgo.

El presupuesto de esta producción alcanzó los 70 millones de dólares, una cifra considerable para su época, aunque hoy se mira con una perspectiva de modestia ante las actuales superproducciones. Sylvester Stallone, en un movimiento audaz y confiado, invirtió un millón de dólares de su propio salario en una sola escena.

Esta decisión no solo evidenció su compromiso y fe en el proyecto, sino que apuntaló el impacto que dicha escena buscaría tener en el público, subrayando una ambición que resonó con el éxito perdurable de la cinta en el ámbito del cine de acción.

El legado de Máximo riesgo continúa con el anuncio de una secuela titulada Cliffhanger 2. Según SensaCine, la nueva entrega estará protagonizada por Lily James y Pierce Brosnan, bajo la dirección de Jaume Collet-Serra. La trama se centra en la relación entre un padre y una hija, en una historia que recuerda al estilo de Jungla de cristal (1988).

La sinopsis revela que el experimentado alpinista Ray Cooper, propietario de un chalet de lujo en las Dolomitas, y su hija Naomi emprenden un viaje de fin de semana junto al hijo de un multimillonario.

Durante la excursión, sufren un secuestro y Naomi, marcada por un accidente de escalada en su pasado, presencia el ataque y logra escapar. Para salvar a su familia, deberá superar sus miedos y luchar por la supervivencia.

No obstante, Stallone no está involucrado en este nuevo proyecto, lo que marca una diferencia significativa respecto a la película original. La dirección de Jaume Collet-Serra y la presencia de un elenco renovado apuntan a una reinterpretación de la historia, adaptada a los estándares y expectativas del público actual.

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