El mensaje de María Julia Oliván a su hijo Antonio tras superar una internación hospitalaria por quemaduras se transformó en un testimonio de orgullo y resiliencia. La periodista, reconocida por su trayectoria, compartió en redes sociales palabras de admiración hacia el niño, quien, en medio de la adversidad familiar, logró destacarse en la escuela y acompañar a su madre durante el proceso de recuperación. Oliván resaltó los logros de Antonio, su fortaleza emocional y la capacidad de ambos para sostenerse mutuamente en uno de los momentos más difíciles que les tocó atravesar.
En sus publicaciones, Oliván celebró los avances de Antonio, quien volvió a izar la bandera en su escuela como hizo el año pasado, y además participó en actividades deportivas y logró un informe de fin de curso que llenó de emoción a su madre. “Antonio izó la bandera, participó en los sports y tuvo un emocionante informe de fin de año... Se la bancó en la incertidumbre, lloró en sus tristezas y aprendió en medio de todo sin nunca aflojar. Siempre para adelante con la mochila llena de amor para dar y sabiduría para autorregularse y para expresar sus sentimientos; para darse el espacio de sentir. Te quiero mi amor. Sos mi orgullo más grande. Te tengo más fe que el viejo de Messi cuando lo llevó al Barça”, expresó la periodista.
En el video que la periodista difundió en redes, el propio Antonio le habla a un micrófono en el patio de su escuela: “Hoy izo la bandera, de a poquito empecé a disfrutar de otras historias, no solo de la bruja Winnie y amplié mis ¡lecturasss!”.
Antonio, el hijo con autismo de María Julia Oliván, entrevistado por su mamáEl accidente doméstico que marcó el año de Oliván ocurrió cuando una estufa provocó quemaduras en su cuerpo. La gravedad inicial llevó a los médicos a estimar que el 25% de su superficie corporal estaba afectada. La periodista permaneció internada en el Hospital Alemán, donde enfrentó semanas de incertidumbre y dolor físico, acompañada por su familia y sostenida por el afecto de su entorno.
Durante la internación, Antonio se convirtió en un pilar emocional para su madre. En una de las visitas, el niño le entregó un dibujo guardado en un folio, en el que se leía “Ma, te quiero mucho”. El diseño, lleno de color y detalles, mostraba a una figura sonriente con una remera decorada con un corazón rojo, brazos extendidos y una peluca bicolor. Oliván bautizó el obsequio como “Payamédico para mamá”, agradeciendo la creatividad y ternura de su hijo. Este gesto, sencillo pero cargado de significado, representó un alivio en medio de la preocupación y el aislamiento hospitalario.
La relación entre madre e hijo se fortaleció en ese contexto adverso. Oliván destacó la capacidad de Antonio para expresar sus sentimientos, autorregularse y encontrar espacio para el aprendizaje y la alegría, incluso en circunstancias difíciles. El vínculo se nutrió de pequeños actos cotidianos y de una comunicación constante, que ayudó a ambos a sobrellevar la distancia y la incertidumbre.
Durante la internación de María Julia Oliván, Antonio permaneció a su lado, dándole motivos para lucharAl reflexionar sobre su proceso de recuperación, Oliván compartió en redes sociales un texto en el que abordó sin filtros las dificultades físicas y emocionales que enfrentó. “Cuatro meses y aún luchando”, escribió, reconociendo la fragilidad y el miedo, pero también la gratitud por poder abrazar a su hijo y besar a su marido. La periodista valoró el regreso a su trabajo, a pesar de las secuelas de la medicación y el dolor, y celebró los pequeños logros cotidianos, como estrenar una malla de compresión o volver a entrenar.
El entorno familiar y afectivo ocupó un lugar central en su relato. Oliván agradeció a su madre, quien la cuidó “como una leona” durante la internación, a su marido Ariel, a su hermana y a sus suegros, que acompañaron a Antonio y la visitaron en el hospital. También mencionó a su equipo de trabajo, cuya calidez y apoyo se convirtieron en un sostén fundamental. No eludió las ausencias ni las decepciones, aludiendo a amistades que se distanciaron durante su convalecencia, pero eligió enfocarse en los lazos que permanecieron y en la fortaleza que encontró en ellos.
En su mensaje final, Oliván subrayó la importancia de la gratitud y la fe como motores para seguir adelante. Reconoció que las pruebas no terminan, pero se mostró convencida de que cada desafío la encuentra más fuerte y acompañada. La periodista cerró su testimonio con una afirmación de vida y esperanza, convencida de que el apoyo de sus seres queridos y su propia resiliencia le permiten afrontar cualquier adversidad.
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