El cambio estacional de la hora aumenta los casos de obesidad y ACV, según un estudio de Stanford

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El horario estándar permanente podríaEl horario estándar permanente podría prevenir 300.000 casos de ataques cerebrovasculares al año en Estados Unidos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Evitar el cambio de hora estacional y optar por el horario estándar permanente podría traducirse en una mejora relevante para la salud pública, según investigadores de la Universidad de Stanford de Estados Unidos.

Los expertos estimaron que esa medida permitiría prevenir cerca de 300.000 casos de ataque cerebrovasculares en ese país, de acuerdo con el estudio que publican en la revista PNAS de la Academia Nacional de Ciencias.

También se reduciría en 2,6 millones el número de personas con obesidad cada año, en mayor medida que si se adoptara el horario de verano permanente o el sistema actual de cambio de hora.

El horario estándar permanente minimizaEl horario estándar permanente minimiza la alteración del ritmo circadiano y beneficia la salud metabólica y cardiovascular (Imagen Ilustrativa Infobae)

El análisis, realizado por un equipo de Stanford Medicine bajo la dirección del profesor Jamie Zeitzer y la investigadora Lara Weed, comparó tres políticas horarias: mantener el horario estándar durante todo el año, instaurar el horario de verano permanente o continuar con el cambio estacional de hora.

Los resultados muestran que tanto el horario estándar como el de verano permanentes serían preferibles al cambio bianual, pero el primero ofrecería ventajas más amplias para la mayoría de la población.

Para llegar a estas conclusiones, los científicos usaron modelos matemáticos que simulan la exposición a la luz y sus efectos sobre el ritmo circadiano, el reloj biológico que regula procesos fisiológicos fundamentales.

Jamie Zeitzer afirma que, porJamie Zeitzer afirma que, por primera vez, existen datos concretos que demuestran los beneficios de la luz de la mañana para la salud (Imagen Ilustrativa Infobae)

El estudio analizó datos de salud a nivel de condado en todo el país, con foco en enfermedades como obesidad, ataques cerebrovasculares, diabetes, depresión, enfermedades cardíacas, cáncer, artritis y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

El horario estándar permanente, que prioriza la luz matutina, se asocia con una menor alteración del ritmo circadiano.

Según el modelo, esta política reduciría la prevalencia nacional de obesidad en un 0,78% y la de accidentes cerebrovasculares en un 0,09%.

Estos porcentajes se traducen en 2,6 millones de personas menos con obesidad y 300.000 casos menos de ataques cerebrovasculares al año.

El horario de verano permanente también muestra beneficios, aunque menores: una reducción del 0,51% en obesidad (1,7 millones de personas) y del 0,04% en accidentes cerebrovasculares (220.000 casos).

El análisis comparó los efectosEl análisis comparó los efectos del horario estándar, el horario de verano permanente y el cambio estacional en la salud pública (Imagen Ilustrativa Infobae)

El estudio resalta la importancia del ritmo circadiano en la salud. Este ciclo interno, de cerca de 24 horas, se ajusta en función de la exposición a la luz.

Recibir luz matutina ayuda a sincronizar el reloj biológico, mientras que la luz vespertina puede desajustarlo.

Cuando el ritmo circadiano pierde sincronía, suben los riesgos de enfermedades metabólicas, cardiovasculares y trastornos del ánimo.

Según Zeitzer, una mayor exposición a la luz en horas inadecuadas debilita el reloj circadiano y afectan el funcionamiento de sistemas como el inmunológico y el energético.

El modelo matemático traduce los horarios de luz bajo cada política horaria en una “carga circadiana”, que refleja cuánto debe adaptarse el reloj biológico al día de 24 horas.

El horario estándar permanente minimiza esta carga para la mayor parte de la población, aunque existen diferencias según la ubicación geográfica y el cronotipo individual.

El debate sobre el cambioEl debate sobre el cambio de hora enfrenta posturas sociales y económicas en Estados Unidos desde hace años (Imagen Ilustrativa Infobae)

El estudio indica que personas con tendencia matutina, cerca del 15% de la población, tendrían una menor carga circadiana bajo el horario de verano permanente, ya que la luz vespertina amplía su ciclo interno.

Para vincular la carga circadiana con resultados concretos de salud, el equipo analizó datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sobre la prevalencia de diversas enfermedades.

Los resultados muestran que solo las condiciones vinculadas al ritmo circadiano, como la obesidad y los accidentes cerebrovasculares, exhiben diferencias notorias entre las políticas horarias. Otras enfermedades, como la artritis, no presentan variaciones relevantes.

El estudio advierte que factoresEl estudio advierte que factores como el clima y los hábitos reales de exposición a la luz pueden influir en los resultados (EFE/Javier Belver)

El debate sobre la política horaria en Estados Unidos arrastra posturas enfrentadas en la sociedad y en sectores económicos.

Quienes defienden el horario de verano permanente argumentan que la luz vespertina podría ahorrar energía, reducir la delincuencia y ampliar el tiempo libre, con el apoyo de industrias como los campos de golf y los centros comerciales al aire libre.

Un experimento de horario de verano permanente en 1974 resultó impopular y finalizó antes de un año, en parte por la preocupación de los padres ante la idea de que sus hijos fueran a la escuela con oscuridad.

Desde 2018, el Congreso debatió propuestas para instaurar el horario de verano permanente, pero ninguna avanzó.

El estudio vincula el horarioEl estudio vincula el horario estándar con una mejor sincronización del sueño y la salud (Freepik)

Organizaciones médicas como la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, la Fundación Nacional del Sueño y la Asociación Médica Estadounidense apoyan el horario estándar permanente, al sostener que la luz matutina resulta más adecuada para la salud.

Zeitzer opinó que, hasta ahora, esta postura se apoyaba en una teoría no corroborada: “Se creía que la luz de la mañana beneficiaba la salud general, pero no había datos. Ahora, los tenemos”.

Los autores señalaron las limitaciones del estudio. El modelo no contempla factores como el clima, la posición geográfica o los hábitos reales de exposición a la luz, que pueden variar de forma significativa.

El modelo supone rutinas ideales: dormir desde las 22 a las 7 horas, exposición solar antes y después del trabajo y tiempo al aire libre los fines de semana.

Zeitzer admitió que los hábitos reales suelen alejarse de esas rutinas. Incluso en California, donde el clima es favorable, la mayoría de la gente pasa menos del 5% del día al aire libre.

Las personas pasan menos delLas personas pasan menos del 5% de su día al aire libre, incluso en climas favorables

El propio Zeitzer aclaró que, aunque la salud circadiana favorece el horario estándar permanente, los resultados no bastan para dejar de lado otras consideraciones sociales o económicas.

El investigador espera que el estudio motive análisis comparables desde otras disciplinas para enriquecer el debate.

Contaron con financiamiento de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos para hacer la investigación.

La investigación subrayó que ninguna política horaria puede modificar la cantidad de luz disponible en los meses de invierno, ya que esto depende únicamente de la posición de la Tierra respecto al Sol.

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