
El precio mundial del café ha registrado un incremento sostenido en 2025 debido a la convergencia de fenómenos climáticos adversos, políticas arancelarias y la volatilidad de los mercados financieros. La situación afecta tanto a los productores como a los consumidores, impactando cadenas de suministro y hábitos de compra en mercados clave.
Según un informe de Associated Press (AP), el costo de los granos de café arábica aumentó un 70% desde principios de año, impulsado por sequías, heladas, inundaciones y temperaturas elevadas que afectaron la producción en Brasil y Vietnam, los principales exportadores globales. Expertos citados por AP indicaron que estas condiciones climáticas redujeron de manera significativa la oferta internacional.
Al mismo tiempo, las políticas comerciales de Estados Unidos y la especulación en los mercados de futuros intensificaron la presión sobre los precios. Las tarifas de importación y la inflación de insumos elevan los costos para los tostadores y consumidores en diversas regiones.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reportó que Brasil, el mayor productor mundial de café, experimentó condiciones secas y calurosas que redujeron la producción para la temporada 2023/2024 en un 1,6%. Esta cifra contrastó con la expectativa inicial de un incremento del 5,5%. En Vietnam, la sequía ocasionó una disminución del 20% en la producción y una caída del 10% en las exportaciones por segundo año consecutivo. Indonesia, por su parte, registró lluvias intensas que redujeron su producción en un 16,5% y sus exportaciones en un 23%.
La escasez de oferta global ha sido uno de los principales impulsores del aumento de precios.

El informe de mercado de la Organización Internacional del Café (OIC) de febrero de 2025 señaló que las exportaciones mundiales de café verde disminuyeron un 14,2% respecto al año anterior. Esta reducción llevó al precio del café crudo a alcanzar su nivel más alto desde 1977, cuando una helada severa destruyó el 70% de los cafetales de Brasil.
La FAO explicó que las alteraciones climáticas, como sequías prolongadas, heladas imprevistas e inundaciones, están modificando los patrones de cultivo y reduciendo la productividad en las principales regiones cafetaleras. Estas condiciones dificultan la planificación a largo plazo para los agricultores y aumentan la incertidumbre en los mercados internacionales.

Según USA Today, el 99% del café consumido en Estados Unidos es importado, principalmente desde Brasil, Colombia, Vietnam y Honduras. Estos países enfrentan un arancel base del 10% aplicado por la administración del expresidente Donald Trump. Además, se propusieron tarifas adicionales que afectarían a Vietnam e Indonesia, aunque algunas de estas medidas fueron suspendidas tras negociaciones bilaterales.
Associated Press reportó que los aranceles han obligado a los tostadores estadounidenses a reevaluar sus cadenas de suministro. Importadores y distribuidores consideran nuevas estrategias para mitigar el impacto de los costos adicionales, mientras anticipan posibles aumentos futuros.

La inflación global ha elevado los costos de mano de obra, fertilizantes y préstamos, incrementando los gastos operativos de productores y distribuidores, según AP. Daria Whalen, compradora de Ritual Coffee Roasters en San Francisco, declaró a AP que la volatilidad en las tarifas comerciales ha complicado la negociación de contratos en países como México y Colombia.
La FAO, citada por Daily Coffee News, destacó que la especulación en los mercados de futuros ha amplificado la volatilidad de los precios del café. Inversionistas aprovechan la incertidumbre para realizar compras especulativas, lo que ha provocado fluctuaciones adicionales en los precios.

Empresas grandes y pequeñas han implementado estrategias para afrontar el aumento de costos. The Sun citó a Keurig Dr Pepper, cuyo director ejecutivo, Tim Cofer, informó que la compañía podría aplicar incrementos de precios durante la segunda mitad de 2025, en respuesta a la inflación y los aranceles. Cofer indicó que los costos adicionales derivados de las importaciones influyen en las decisiones de fijación de precios en el mercado estadounidense.
AP detalló que algunos tostadores, como Reneé Colón de Fuego Coffee Roasters en Nueva York, han establecido contratos a largo plazo con agricultores para estabilizar precios y asegurar la calidad de los granos. También evalúan aumentar precios al por mayor y ajustar sus modelos de negocio para adaptarse a la nueva realidad económica.

La FAO y la OIC coincidieron en que la demanda de café sigue siendo elevada en Europa, Estados Unidos y China. Sin embargo, persiste la preocupación por la continuidad de las condiciones climáticas adversas y la posibilidad de nuevos aumentos en los aranceles.
La FAO advirtió que, si las principales regiones productoras enfrentan más reducciones en la oferta durante el resto de 2025, los precios de exportación podrían continuar su tendencia ascendente. Esta combinación de factores climáticos, comerciales y financieros podría mantener la volatilidad del mercado en el mediano plazo.