El boom de los nuevos vinos de La Quebrada de Humahuaca

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La diversidad de los vinosLa diversidad de los vinos de la Quebrada de Humahuaca refleja la riqueza de sus suelos y la cultura andina milenaria

Las fronteras del vino se van corriendo en el mundo, un poco por el cambio climático y otro por la curiosidad de los hacedores, ya que su gran objetivo es encontrar el lugar indicado para lograr el mejor vino posible.

Y, claramente, ese lugar debe ser especial, más allá de tener las condiciones aptas para la vitivinicultura. Porque, se sabe, la vid puede crecer en cualquier lado, pero solo en ciertas zonas puede dar buenos vinos y, solo en algunas, grandes vinos. Esto explica en gran parte la diversidad del vino.

En la Argentina, esto se viene dando también, más pronunciadamente desde comienzos del milenio, momento en el cual, la Argentina debió salir a competir al mundo. Y fue ahí que las fronteras se empezaron a correr, más allá de la visión de algunos pocos.

Las alturas se desafiaron con éxito, así como también las latitudes, logrando que la Argentina tenga los viñedos en producción más australes y los más altos del mundo. Y si bien esto no garantiza la calidad, propone aspectos llamativos que, bien aprovechados, pueden significar vinos únicos.

Es por ello que en este último cuarto de siglo emergieron varios terruños vitivinícolas, aportando así a la diversidad del vino nacional y promoviendo a su vez una sana competencia entre regiones. Pero lo más interesante para el consumidor, que tiene cada vez más etiquetas con carácter y calidad para elegir.

Pequeñas bodegas familiares aportan carácterPequeñas bodegas familiares aportan carácter único al auge vitivinícola en Jujuy, consolidando la región como un nuevo polo enológico

Y, sin dudas, una de las grandes novedades del vino argentino son los vinos de Jujuy, provincia que ya cuenta con una Ruta del Vino de Jujuy, y con vinos que son el fiel reflejo de valles únicos.

Si bien Jujuy es una de las provincias con más historia, ya que es uno de los pórticos de la patria y también supo ser un centro de consumo de vinos, nunca sobresalió por su vitivinicultura. Sin embargo, gracias a un puñado de lugareños aventureros, hoy se erige como la noticia vínica del año.

Pero ni la novedad ni la originalidad son sinónimo de calidad. Y, además, para sobresalir, hay que invertir recursos, tiempo y contar con un lugar indicado. La Ruta del Vino de Jujuy está compuesta por dos trazas muy bien delimitadas y sumamente diferentes, ambas muy cerca de la capital provincial, y cada una con sus matices atractivos.

Se trata de una provincia pequeña, con sólo 73 ha repartidas en 36 viñedos. Si la superficie de vid de la Argentina registrada al 31 de diciembre de 2024 alcanzó las 199.946 ha, distribuidas en 22.039 viñedos, en 20 provincias argentinas; el 71,4% del total de hectáreas se encuentra en Mendoza, el 19,8% en San Juan, el 3,5% en La Rioja, el 1,9% en Salta, el 1,3% en Catamarca, el 0,7% en Neuquén, el 0,6% en Río Negro (siete provincias que concentran el 99,4% del total país); significa que el restante 0,6% se distribuye en 13 provincias, y entre ellas está Jujuy.

El Tren Solar de laEl Tren Solar de la Quebrada conecta pueblos pintorescos y bodegas que revalorizan el paisaje y la producción local

Pero como pasa con el vino, la clave no está en la cantidad sino en la calidad. En primer lugar, Jujuy es un destino turístico reconocido mucho antes que el vino. Esto le hace muy bien al vino y el enoturismo le vendrá muy bien a la provincia.

La propuesta consta de La Ruta de los Valles Templados y la Ruta del Vino de la Quebrada de Humahuaca, uno de los paisajes más singulares del noroeste argentino, y que fue declarada Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Mientras la primera es de clima más tropical y paisajes verdes, sin llegar a ser el de las Yungas jujeñas, la segunda es tan colorida como desértica, sin llegar a ser como los de la Puna, con sus salinas, estepas y planicies altiplánicas. Esa diversidad se ve reflejada en su flamante propuesta vinícola.

La Ruta de La Quebrada de Humahuaca ofrece (por ahora) catorce paradas, entre bodegas, viñedos y restaurantes que se dedican a cocinar para el vino. La Quebrada es un pequeño valle encajonado de Norte a Sur, atravesada por el Río Grande y dominada por infinidad de coloridos cerros.

Viñedos en terrazas y métodosViñedos en terrazas y métodos ancestrales destacan el respeto por la Pachamama y el entorno natural de la región

Al pie de ellos, entre las montañas y el río, se encuentran los viñedos, a ambos lados. Y, más allá del paisaje, es muy interesante la propuesta del Tren Solar de la Quebrada; así se denomina al servicio ferroviario turístico que corre sobre el ramal C del Ferrocarril Belgrano entre las localidades de Volcán y Maimará.

Porque se puede ir desde la localidad de Volcán hasta Maimará (y en un futuro hasta Humahuaca), y en el medio bajarse en Purmamarca o Maimará, para visitar la mayoría de las bodegas, a lo largo de la ruta 9.

Allí, todas las bodegas son pequeños emprendimientos familiares que nacieron para poner en valor el lugar, ya que, para ellos, la tierra es sagrada. A lo largo del camino están las bodegas Amanecer Andino y Kindgard; que cuenta con restaurante y alojamiento.

También Finca y Bodega Incahuasi, Bodega Don Milagro y Yanay, una bodega modelo por cuyos viñedos pasa el tren. Alrededor de Maimará, están las bodegas Jesús Vilte, El Bayeh; la más importante de la zona; y La Selestina.

Los vinos jujeños sorprenden porLos vinos jujeños sorprenden por su frescura, aromas intensos y un marcado sentido de pertenencia territorial (Imagen Ilustrativa Infobae)

Llegando a Tilcara, está la bodega del pionero Fernando Dupont. Y, del otro lado, más metido hacia el cerro, se encuentra Huichaira Vineyards, donde elaboran vinos asesorados por el “Colo” Sejanovich.

Continuando hacia el norte, siempre por la ruta 9, está la Bodega Santa Rosa de Lima, que también cuenta con hospedaje, Viñas del Perchel y Casa Mocha, el mejor restaurante de la zona, junto con El Nuevo Progreso de la reconocida chef María Florencia Rodríguez.

Más arriba, bodega Yacoraite y el recorrido culmina en Viñas de Uraqui, un lugar único comandado por Claudio Zucchino, quien elabora sus propios vinos y realiza cada año una ceremonia de estiba al subir las botellas para conservarlas en la Mina Moya, donde trabajó su padre como minero cuando él era un niño.

Y, como si los vinos fueran pocos, en medio del recorrido están los pintorescos pueblos de Purmamarca, Maimará y Tilcara, que reciben permanentemente turistas de todo el mundo.

Si bien se le debe a Fernando Dupont, la visión de haberse instalado en el lugar, al vino de La Quebrada lo están revolucionando entre todos. Sobre todo, aquellas bodegas que invitaron al lugar a asesores externos para que aporten su visión.

El trabajo colaborativo entre enólogosEl trabajo colaborativo entre enólogos reconocidos y agricultores locales impulsa la innovación en los vinos de altura

Es el caso de Alejando “El Colo” Sejanovich en Huichaira, de Andrés Vignoni en Yanay y de Matías Michelini en El Bayeh. Porque esto amplió la visión y la interpretación de ese lugar que, más allá de sus imponentes paisajes, propone condiciones únicas para la vid. Pero hay que entender sus suelos, sus vientos, la insolación, sus exposiciones, sus pendientes, el riego, etc. Son muchas cosas que hay que ver antes de plantar una vid. Para luego ver en bodega qué se puede hacer.

Uno de los aspectos salientes de los vinos de La Quebrada es que todos los trabajadores son del lugar, y son “los mejores agricultores del mundo”, según los expertos antropólogos, ya que la cultura andina tiene más de 10.000 años. Y, para ellos, La Pachamama (diosa de la tierra, la fertilidad y la vida en las cosmovisiones andinas) que significa “Madre Tierra” en aymara y quechua, es lo más importante.

Como terruño argentino, todos apuestan al Malbec, pero cuando Matías Michelini llegó a La Quebrada, invitado por la familia Manzur, puso el foco en las Criollas, más allá de sacarle bien el jugo al Sauvignon Blanc y al Malbec que ya tenían plantado en la zona.

Él, junto al joven enólogo residente Tomi Sampere y a Daniel Manzur (h), están revolucionando la vitivinicultura del lugar. Y, a su vez, motivando a otros a sumarse a la movida. Porque si bien la superficie es pequeña, la propuesta no solo es sumamente atractiva, sino también diversa. El “rescate” de las Criollas comenzó primero con un aviso en el diario y siguió con un spot de radio, porque todas las casas en La Quebrada tienen una parra de Criollas. De ahí nace la línea Pequeños Parceleros.

Llama la atención como en tan pequeña superficie hay tanta diversidad, es por ellos que los hacedores, deben buscar la mejor manera de adaptar la planta a sus suelos. Por eso hay plantaciones en terrazas, típicas en zonas escarpadas de Europa, pero inusuales en la Argentina.

Jujuy se consolida como destinoJujuy se consolida como destino turístico y vitivinícola de referencia, integrando patrimonio natural, cultura y nuevas tendencias enológicas

Además de las Criollas (tintas y blancas), del Malbec y del Sauvignon Blanc; ambos con un perfume único y una frescura natural bien marcada, varios hacedores están apostando al Syrah como variedad distintiva de La Quebrada. Más allá que otros aseguran que el Cabernet Franc también se da muy bien.

Los vinos, todos en general, son frescos y vibrantes en su paso por boca, con aromas intensos y perfumados. Y esos perfumes hablan del lugar, de las hierbas salvajes y de los vegetales que abundan en la zona. Y, más allá del estilo, suelen ser vinos fluidos, pero de trago consistente.

No hay dudas de su potencial y, si bien es una pequeña zona emergente y con pocos jugadores, el impacto que están causando es muy grande, porque todo está bien hecho, prolijo, con vinos que buscan reflejar el lugar más que agradar a los paladares de turno. Y, todo eso, coronado con una ruta del vino.

Bodega El Bayeh, Jujuy, Quebrada de Humahuaca $22.000

Su botella simple, tipo Borgoña, y su etiqueta delicadamente colorida, pero cargada de información, anticipa un vino que quiere llamar la atención por su sentido de pertenencia. Sorprende por sus aromas, vivaces y equilibrados. De buen cuerpo y fluidez, con dejos perfumados delicados a flores secas. Su trago es mordiente fino, con todo integrado. Y si bien no está pensado para la guarda, el paso de los años le ha hecho muy bien. Beber entre 2025 y 2028.

Puntos: 92

Las etiquetas premiadas de laLas etiquetas premiadas de la Quebrada posicionan a la provincia entre las revelaciones del año en concursos y guías especializadas

Bodega El Bayeh, Jujuy, Quebrada de Humahuaca $30.000

Es la apuesta de la familia Manzur como la variedad de La Quebrada, no solo por cómo se adaptó sino por el carácter que entrega. Es un tinto de aromas expresivos y a la vez equilibrados. En boca es carnoso y con tipicidad de varietal, hay frescura resaltada por los taninos granulosos. Sobre el final, notas de algo cárnico seco, especias y cuero. Se nota que es joven, pero ya tiene complejidad, apoyada en una combinación particular de frutas maduras especias y hierbas.

Puntos: 93

Bodega Yanay, Jujuy, Quebrada de Humahuaca $30.000

Blend de Malbec y Garnacha, elaborado con racimos enteros, una parte maceración carbónica y otra con crianza en barricas. Eso explica sus aromas intensos, con buena frescura y un carácter entre vegetal y frutas negras. De buena consistencia en su paso, con fuerza y una agradable fruta negra que se mantiene. Bien fresco en su expresión frutal. Limpio, con fuerza, jugoso y con un mensaje distinto en la fruta, casi perfumado.

Puntos: 91

Bodega Amanecer Andino, Jujuy, Quebrada de Humahuaca $40.000

Esta variedad de uva de tinta de origen francés, es un cruce entre Cabernet Sauvignon y Garnacha, y se da adaptó muy bien a la zona. Acá da un vino concentrado y fresco, con taninos algo firmes, resaltados por su acidez sostenida. Hay leves dejos de evolución, con cuerpo y fuerza de lugar. Quizás, la estiba le va a aportar más equilibrio a su trago.

El desarrollo de nuevas rutasEl desarrollo de nuevas rutas del vino en Jujuy fortalece el turismo y genera orgullo entre la comunidad local

Puntos: 90

Bodega Yacoraite, Jujuy, Quebrada de Humahuaca $40.000

Es otra de las variedades predilectas de La Quebrada, más allá de estar de moda en la Argentina. Sus aromas son elocuentes, más vegetales (piracinas) que frutales. De trago mordiente por sus taninos incipientes que, a su vez, resaltan la tipicidad de la variedad. De carácter maduro y con buen cuerpo, es un vino que está pensado para la mesa, y que puede ganar más equilibrio con la guarda.

Puntos: 90,5

Viñedos Yacoraite, Jujuy, Quebrada de Humahuaca $40.000

El viñedo se encuentra a casi 2800 m en el cerro Yacoraite (Mallku en Quechua), y el vino adquiere la personalidad del lugar. El enólogo mendocino Lucas Niven fue asesor en su momento. Se trata de un Malbec con fuerza y el equilibrio que le dieron los años de estiba. La fruta roja se siente madura y fresca, es dominante, aunque también asoman las notas de crianza sobre el final de boca. Beber entre 2025 y 2028.

Puntos: 90,5

La combinación de patrimonio mundial,La combinación de patrimonio mundial, naturaleza y vinos únicos convierte a la Quebrada de Humahuaca en un destino imprescindible para amantes del vino y la cultura (Imagen Ilustrativa Infobae)

Huichaira Vineyards, Jujuy, Quebrada de Humahuaca $65.000

Blend de Malbec, Syrah y Cabernet Franc, elaborado con el asesoramiento del “Colo” Sejanovich, quién vio el potencial de la región hace varios años y, desde entonces, lo refleja de una manera moderna y actual. De buen volumen y entrada fresca, du trago es consistente, con capas y taninos casi firmes. La madera no se siente, más allá que tuvo una crianza de 12 meses en barricones de 500 litros de cuarto y quinto uso. Un tinto completo y con potencial. Beber entre 2025 y 2029.

Puntos: 92

Bodega Amanecer Andino, Jujuy, Quebrada de Humahuaca $72.000

El joven agrónomo Ezequiel Bellone Cecchin (Yacoraite), también asesora a la familia Gonzales. Los viñedos, que se encuentran en la localidad de Tumbaya, fueron plantados en 2009, con la asesoría del enólogo Lucas Niven. Hoy, la hija de Alfredo se está involucrando cada vez más en la bodega, y está por sacar este Malbec que refleja una “nueva Quebrada”. Con fruta fresca y volumen, texturas que hablan de la riqueza de los suelos y un carácter de lugar, con equilibrio y fuerza. Beber entre 2025 y 2030.

Puntos: 92

Bodega Yanay, Jujuy, Quebrada de Humahuaca $80.000

Es el vino más especial de la casa. De aromas intensos, con leves tonos maduros. Hay un dejo frutado diferente, entre maduro y joven. De trago mordiente fino, poco profundo, con fluidez y frescura en su paso por boca. Las texturas hablan del suelo y a su vez revelan la fruta, aportando firmeza. Es un vino con carácter y energía, más de ataque que de profundidad, ideal para tomar de joven más que para la guarda.

Puntos: 92

Bodega Uraki, Jujuy, Quebrada de Humahuaca $100.000

Claudio Zucchino es uno de los personajes más pintorescos de La Quebrada, y ostenta “el Malbec más alto del mundo”, ya que algunos de sus viñedos están a más de 3000m. En este tinto de seis años, sobresalen los aromas vegetales que hablan de un lugar extremo. Su trago es fluido y franco, con notas herbales y la madurez de la fruta que domina el final de boca.

Puntos: 90

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