El anillo del Pescador: Por qué se destruye tras la muerte del papa Francisco

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Este lunes falleció el papa Francisco y tras su muerte, comienzan las preguntas, entre otras cosas, sobre el futuro del anillo del Pescador, el cual marca el final de un pontificado, pero también protege la integridad institucional ante un nuevo proceso de transición.

Esta joya, más allá de ser un anillo, representa el poder espiritual del pontífice como sucesor de San Pedro quien es considerado el primer Papa, y el nombre obedece a que en su imagen está estampada una imagen que representa a San Pedro, pescador de oficio, sentado en una barca y arrojando redes al mar.

Este anillo lo usan todos los papas después de tomar la posesión de su cargo, y se fabrica con los restos del anillo usado por el papa anterior, como un símbolo de sucesión, que data desde 1,265, de acuerdo con la documentación que existe sobre el anillo.

Historia de esta joya emblemática

Este anillo es conocido como “Anulus Piscatoris” y representa un símbolo papal del siglo XIII, el mismo tiene representado a San Pedro, el primer Papa. Por tradición de la Iglesia católica, cada papa tiene su anillo propio que se destruye tras su muerte para darle fin a su periodo.

Desde el siglo XIII es sinónimo de la autoridad del Papa sobre la Iglesia universal, y con él se han sellado históricamente documentos oficiales. En la misa de inicio del pontificado, se entrega al nuevo obispo de Roma como parte de los símbolos litúrgicos que acreditan su liderazgo, junto al palio episcopal.

De acuerdo con el artículo 13 de la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, el camarlengo es el responsable de retirar el anillo del dedo del pontífice y supervisar su destrucción en presencia de los cardenales para dar concluido de manera oficial el pontificado.

Anillo de Pescador del papa Francisco

En 2013 el papa Francisco recibió el anillo de manos del camarlengo Angelo Sodano, sin embargo, con su estilo que lo caracteriza, Jorge Mario Bergoglio pidió que su anillo no fuera de oro macizo, como era costumbre, sino de plata dorada, como expresión de humildad.

Adicionalmente el papa Francisco no solía llevar el anillo y generalmente era visto con un anillo que usaba desde sus días como obispo de Buenos Aries, en Argentina, o el que mandó a fabricar en una joyería de Barcelona, solicitando que fuera una “pieza simple, austera, no ostentosa y fácil de llevar”, con una cruz y una inscripción ‘Franciscus Episcopus Romae’ (Francisco, obispo de Roma).

La tradición expone que el anillo debe destruirse con un martillo de plata o grabado con una cruz, como gesto simbólico de su inutilización. En palabras del Vaticano, “los objetos estrictamente ligados al ministerio de san Pedro deben ser destruidos”, así ocurrió con Juan Pablo II, su anillo fue machacado por el entonces camarlengo Eduardo Martínez Somalo.

Pese a que la mayoría de los anillos del Pescador han sido destruidos a lo largo de la historia, no ocurrió lo mismo con el anillo del papa Benedicto XVI, el cardenal camarlengo le marcó una cruz profunda en la parte anterior de la sortija con un cincel para que no fuese utilizado con fines legales.

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