El alcalde de Nueva York impulsa ley para reemplazar carruajes de caballos por vehículos eléctricos

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El alcalde Eric Adams retomóEl alcalde Eric Adams retomó su proyecto de ley para prohibir los carruajes tirados por caballos. (REUTERS/Kylie Cooper)

El alcalde de Nueva York, Eric Adams, solicitó al Concejo Municipal la prohibición de los carruajes de caballos en la ciudad e impulsó una orden ejecutiva que endurece la supervisión sobre este sector. La propuesta, denominada Ley Ryder, busca erradicar gradualmente los carruajes tirados por caballos y reemplazarlos por vehículos eléctricos. La medida responde a una serie de incidentes que incluyeron el colapso y muerte de los caballos Ryder y Lady, además de otros episodios que involucraron fugas y accidentes con lesiones a conductores y pasajeros.

De acuerdo con el alcalde, la iniciativa es una cuestión de seguridad pública y bienestar animal. “Estamos dando pasos para prohibir la industria de carruajes de caballos en la ciudad de Nueva York. Es lo correcto. Hemos visto demasiados incidentes donde caballos se desbocan o mueren en la calle. Somos mejores que eso como ciudad”, expresó Adams a través de redes sociales. La legislación también contempla incentivos para que los conductores dejen la actividad de manera voluntaria y ofrece alternativas laborales.

La orden ejecutiva firmada por Adams instruye a las agencias municipales a fortalecer los mecanismos de vigilancia, establecer un proceso para la devolución voluntaria de licencias y elaborar esquemas de reubicación laboral para los trabajadores del sector. Adams sostuvo que el cambio “es un asunto de seguridad pública” y reiteró su pedido para que el Concejo Municipal debata y sancione la Ley Ryder, cuya aprobación se encuentra estancada desde hace más de un año.

La muerte de al menosLa muerte de al menos dos caballos desde 2022 incentivaron la propuesta de prohibición. (REUTERS/Kylie Cooper)

La controversia por el uso de caballos en los recorridos turísticos del centro de Manhattan acumula décadas de reclamos. El tema recobró intensidad tras la muerte de Ryder en 2022, cuando imágenes del caballo colapsado en una avenida yaciendo en la vía pública generaron indignación. Un sondeo posterior arrojó que el 71% de los neoyorquinos se mostró a favor de la prohibición de los paseos tirados por caballos.

El caso de Lady, otro caballo que también murió en una calle de Manhattan, y el de Bambi, que se fugó en Central Park y provocó lesiones a pasajeros, sumaron elementos recientes al debate. Organizaciones como NYCLASS y PETA afirman que estos hechos evidencian el riesgo para animales, conductores, peatones y turistas, por lo que exigen el retiro definitivo de los carruajes tradicionales. “Esta es una medida para salvar vidas de personas y caballos”, indicó Edita Birnkrant, representante de NYCLASS.

El respaldo de la Central Park Conservancy al proyecto legislativo influyó en el avance del debate público. Los impulsores destacan el papel histórico de los caballos en Nueva York desde el siglo XIX, pero consideran que las condiciones actuales los vuelven incompatibles con el tránsito urbano y la demanda turística moderna.

Los conductores de los caballosLos conductores de los caballos denuncian que no hay interés por la salud de los animales sino por los terrenos de los establos. (REUTERS/Kylie Cooper)

Los trabajadores del sector, mayoritariamente representados por la Transport Workers Union (TWU), rechazaron la propuesta de Adams y criticaron sus motivaciones. John Samuelsen, presidente nacional del sindicato, calificó al alcalde de “Judas Iscariote” y afirmó que la medida responde a intereses inmobiliarios por los terrenos de los establos ubicados en el West Side de la ciudad. Según Samuelsen, “independientemente de lo que digan, los caballos reciben buen trato y veterinarios independientes lo han comprobado”.

Conductores como Christina Hansen, delegada sindical, expusieron que una eventual prohibición dejaría a unas 170 familias sin sustento. “Esto no es por el bienestar de los caballos. Solo quieren quitarnos los establos para nuevos edificios”, denunció Hansen. Aunque reconocen la presión política, recuerdan precedentes en los que la industria resistió a iniciativas similares en administraciones anteriores.

La municipalidad habilitó un sistema de apoyo para los conductores que opten por transferirse a las alternativas eléctricas y prevé mantener la tradición turística mediante vehículos no contaminantes. El proyecto contempla la entrega voluntaria de licencias y la búsqueda de nuevas fuentes de ingreso para los afectados.

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