
Autoridades de Mississippi ejecutarán este miércoles 25 de junio a Richard Gerald Jordan, conocido por ser el preso con más años de condena del estado. Lo anterior luego de que pasaran casi cinco décadas desde que secuestró y asesinó a la esposa de un funcionario de préstamos bancarios.
El veterano de Vietnam, que ahora tiene 79 años, padece trastorno de estrés postraumático (TEPT) y será ejecutado mediante la inyección letal en la Penitenciaría Estatal de Mississippi en Parchman.
Jordan se convertirá pronto en la tercera persona del estado en recibir la pena capital en los últimos 10 años. La más reciente ocurrió en diciembre de 2022.

También es uno de los condenados a muerte que demandaron al estado por su protocolo de ejecución que utiliza tres fármacos y que, ellos aseguran, es inhumano, de acuerdo con reportes de The Associated Press (AP).
Condenado a muerte en 1976 luego de que secuestrara y matara a Edwina Marter, una madre de dos niños pequeños, Jordan es una de las 22 personas de Estados Unidos que enfrentan la pena máxima por delitos cometidos en 1970 y que aún están en el corredor de la muerte, según datos del Centro de Información sobre la Pena de muerte, citados por AP.
Eric Marter, quien tenía 11 años cuando su madre fue asesinada, dijo que ni él ni su hermano ni su padre asistirían a la ejecución, sin embargo, otros miembros de la familia estarían presentes en el cuarto, al mismo tiempo que aseguró que esto debió “haber ocurrido hace mucho tiempo”. “No me interesa darle el beneficio de la duda”, añadió.
Según documentos judiciales de la Suprema Corte de Mississipi, Jordan llamó al Gulf National Bank en Gulfport en enero de 1976 solicitando hablar con un agente de préstamos. Después de que obtuviera información de que Charles Marter podría hablar con él, simplemente colgó.
Su macabro plan se desarrolló poco a poco. Primero buscó la dirección de la casa de la familia Marter utilizando una guía telefónica. Después, secuestró a Edwina; la llevó a un bosque y la asesinó a tiros poco antes de llamar a su esposo para exigirle 25.000 dólares, afirmando que se encontraba a salvo.
Tras una larga batalla legal, que incluyó cuatro juicios y múltiples apelaciones, la Suprema Corte estadounidense rechazó el lunes una petición que afirmaba que a Jordan se le habían negado las garantías procesales.

Krissy Nobile, directora de la Oficina de Asesoría Postcondenatoria de Mississippi —que representa a Jordan—, afirmó que su cliente “nunca tuvo derecho” a un profesional de la salud mental independiente de la fiscalía que lo asistiera durante su defensa. “Por ello, su jurado nunca tuvo la oportunidad de conocer sus experiencias en Vietnam”, declaró.
Franklin Rosenblatt, presidente del Instituto Nacional de Justicia Militar y que redactó una petición de clemencia al gobernador de Mississipi —Tate Reeves—, dijo que el servicio militar y trauma de guerra de Jordan “no se consideraron relevantes” durante su juicio por asesinato.
“Sabemos mucho más que hace 10 años, y sin duda durante la guerra de Vietnam, sobre el efecto del trauma de guerra en el cerebro y cómo afecta a las conductas actuales”, argumentó Rosenblatt.
Sin embargo, Eric Marter se encuentra seguro de su decisión al decir que no acepta ese argumento. “Sé lo que hizo. Quería dinero y no podía llevársela. Y así lo hizo”, sentenció.