
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, anunciaron el lunes la firma de un acuerdo comercial que reducirá los aranceles sobre los bienes de ambos países.
El acuerdo no incluye los aranceles sobre el acero, un producto de particular importancia en el comercio bilateral. En cambio, aún se llevan a cabo conversaciones sobre si los impuestos sobre las importaciones al acero se reducirán a cero tal como se tenía previsto en el acuerdo provisional.
Según los términos generales de dicho acuerdo, Estados Unidos se compromete a aceptar una cuota anual de 100.000 vehículos fabricados en el Reino Unido y sujetos a un arancel de solo el 10%, en lugar del 25% que se aplica al resto del mundo.
Asimismo, la Casa Blanca detalló este lunes que el secretario de Comercio, Howard Lutnick, establecerá una cuota de productos de acero y aluminio británicos que estarán exentos del arancel del 25 por ciento.
Trump y Starmer anunciaron en mayo que habían llegado a un acuerdo que reduciría los impuestos de importación de Estados Unidos sobre automóviles, acero y aluminio británicos a cambio de un mayor acceso al mercado británico para productos estadounidenses, como la carne de res y el etanol.
Pero el pacto no entró en vigor de inmediato, causando incertidumbre entre las empresas británicas sobre si el Reino Unido podría quedar expuesto a aumentos sorpresivos por parte de Trump.
Las empresas británicas y el gobierno del Reino Unido se sorprendieron a principios de este mes, cuando Trump duplicó los aranceles sobre metales a países de todo el mundo al 50 por ciento. Más tarde aclaró que el impuesto para el Reino Unido permanecería en 25 por ciento.
Starmer declaró el lunes que el acuerdo comercial está “en las etapas finales de implementación, y tengo previsto que se complete muy pronto”.
Trump afirmó que el acuerdo “va a producir muchos empleos, muchos ingresos”.

Por otra parte, Trump se mostró optimista sobre la resolución de la disputa comercial con Canadá durante su participación en la cumbre del Grupo de los Siete, y calificó de “alcanzable” un acuerdo entre Estados Unidos y su vecino del norte en las próximas semanas.
“Creo que tenemos conceptos diferentes. Yo tengo un concepto de aranceles”, dijo Trump durante una reunión con el primer ministro canadiense, Mark Carney. “Mark tiene un concepto diferente, que es algo que a algunas personas les gusta, pero vamos a ver si podemos llegar al fondo del asunto hoy”.
Aunque Trump dijo que estaba a favor de los aranceles porque eran “simples” y “fáciles”, se mostró dispuesto a escuchar la propuesta de Carney, que busca limitar los gravámenes punitivos a industrias clave, como el acero, el aluminio y los automóviles.
“Creo que Mark tiene una idea más compleja, pero también muy buena”, dijo Trump. “Así que vamos a estudiar ambas y veremos con qué salimos”.
Los dos líderes mantuvieron una conversación privada de unos 30 minutos, según un funcionario canadiense. Tras responder brevemente a las preguntas de los periodistas, la reunión continuó con otros funcionarios de ambos países durante otra media hora. La conversación se centró en “avanzar en las negociaciones en curso sobre las relaciones comerciales y de seguridad”, dijo la persona, y añadió que la parte canadiense se sentía animada por el tono de la discusión.
Los líderes de algunos de los países más ricos del mundo se enfrentan a una avalancha de aranceles de Trump que amenaza con dañar sus economías, así como a marcadas diferencias sobre cómo poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania y manejar una lucha cada vez más intensa entre Israel e Irán que amenaza con desestabilizar aún más Medio Oriente.
(Con información de AP y EFE)