La Casa de la Moneda de Filadelfia produjo la última pieza de un centavo —conocida popularmente como penny— bajo la supervisión del tesorero de Estados Unidos, Brandon Beach, según informó la agencia AFP.
El hecho pone fin oficialmente a 232 años de producción continua de la denominación más pequeña del país.
“Aunque la producción general concluye hoy, el legado del centavo perdura”, declaró Kristie McNally, directora interina de la Casa de la Moneda, en un comunicado difundido tras la ceremonia.
El presidente Donald Trump había solicitado en febrero al Departamento del Tesoro detener la fabricación de los centavos, alegando que su costo superaba con creces su valor nominal.
“Durante demasiado tiempo, Estados Unidos ha acuñado centavos que literalmente nos cuestan más de dos centavos. ¡Es un desperdicio total!”, escribió Trump en su red social Truth Social.
Actualmente, circulan cerca de 300,000 millones de centavos en el país, que mantendrán su condición de curso legal, según precisó el Tesoro.
Debate económico en Estados Unidos
De acuerdo con CNBC, el costo de producir cada moneda se elevó a 3,69 centavos, lo que generaba pérdidas anuales cercanas a los 192 millones de dólares para el gobierno federal.
El economista David Gulley, de la Universidad de Bentley, calificó la medida como “una corrección necesaria”.
“El costo estimado de fabricar un penique, en torno a los tres centavos, es una carga económica. Millones desaparecen bajo los cojines del sofá cada año, lo que obliga a producir reemplazos constantes”, explicó.
Sin embargo, su desaparición podría tener efectos visibles en los precios minoristas. Los productos que antes costaban 6,99 dólares, por ejemplo, deberán redondearse al múltiplo de cinco centavos más cercano.
“Las empresas podrían redondear hacia arriba más a menudo que hacia abajo, lo que provocaría un ligero efecto inflacionista”, advirtió David Smith, profesor de la Escuela de Negocios Graziadio de la Universidad Pepperdine.
En Canadá, país que eliminó el centavo en 2013, el redondeo se aplicó sobre el monto total de la transacción, y los estudios posteriores mostraron un impacto inflacionario mínimo.
Impacto en consumidores y comercios
El fin del penny afectará principalmente a quienes aún utilizan efectivo.
“Las personas que pagarán por este beneficio serán las que adquieran productos y servicios en efectivo, porque no están bancarizadas o no pueden acceder a tarjetas o monederos digitales”, señaló Ajay Patel, de la Universidad Wake Forest.
Los comerciantes minoristas deberán ajustar sistemas de cobro, precios y procedimientos contables para adaptarse al nuevo escenario.
El Economista StartUp señaló que la eliminación del centavo “responde a una tendencia global”, impulsada por el aumento del costo de los metales y el avance de los pagos digitales.
“Mantener su producción causaba pérdidas millonarias a las arcas públicas. Su desaparición es parte de una modernización económica inevitable”, indicó el medio especializado.
Entre la nostalgia y la transición tecnológica
El fin del centavo genera sentimientos encontrados entre los estadounidenses. Algunos, como la residente Laura Maike, de Ohio, lamentan su desaparición: “Aquí, en la región amish, todavía usamos monedas de un céntimo con regularidad. ¿Cómo funcionaría esto para las transacciones en efectivo? Sería imposible dar el cambio exacto”, dijo a Telemundo.
Otros ven en el cambio una oportunidad de eficiencia y sostenibilidad.
“Eliminar el penique ahorrará a los contribuyentes millones de dólares al año y reducirá el impacto ambiental de la extracción de zinc y cobre”, sostuvo el profesor Smith.
El sector financiero tampoco prevé mayores repercusiones.
“Eliminar el centavo estadounidense no supondrá ninguna diferencia en la economía”, aseguró Gates Little, director ejecutivo de Southern Bank.
Para los coleccionistas, en cambio, el final del penny abre una posibilidad: su revalorización con el paso del tiempo.
“Con los años, los centavos serán más escasos y acabarán aumentando de valor”, predijo Little.
La primera autorización para acuñar centavos data de 1792, bajo la Ley de Acuñación, y las primeras piezas estaban hechas de cobre puro. Desde entonces, el penny se convirtió en un símbolo cultural y económico de Estados Unidos.
Con su retirada, el país avanza hacia un sistema financiero más digital, donde la eficiencia y la reducción de costos pesan más que la tradición. “El fin del centavo simboliza la adaptación de EEUU a la economía moderna ”, concluyó El Economista StartUp.
FUENTE: Con información de AFP / CNBC / Telemundo / El Economista StartUp
hace 1 semana
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