El informe Panorama de la Educación 2025 de la Ocde revela los avances y rezagos de Colombia en educación superior - crédito Unicef ColombiaColombia volvió a asomarse al debate internacional sobre educación tras la publicación más reciente del Panorama de la Educación 2025 de la Ocde. Aunque el informe agrupa a 45 países y suele mirarse como una fotografía global del capital humano, en el caso colombiano ofrece una radiografía que revela avances, rezagos y una brecha que sigue determinando la competitividad del país en el mercado laboral.
Antes de entrar en el listado de naciones que lideran la formación universitaria, el documento hace una distinción clave, el nivel educativo de la población adulta se mide en tres tramos, menos que secundaria, secundaria o diploma equivalente, y educación superior. Este primer filtro deja ver dónde se estanca cada sociedad y qué tanto logra que sus ciudadanos accedan a estudios que, según la Ocde, pueden representar una diferencia salarial significativa, pues “completar estudios superiores suele traducirse en mejores ingresos”.
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Solo el 30,6% de los adultos en Colombia accede a la universidad, según el estudio de la Ocde sobre capital humano - crédito ColprensaCon esa base, el retrato colombiano es contundente. El 32,7% de su población adulta no terminó el bachillerato, el 36,8% alcanzó la secundaria o un título similar y solo el 30,6% llegó a la universidad. Aunque ese último porcentaje indica una mejora frente a décadas anteriores, sigue mostrando un sistema donde gran parte de los ciudadanos no logra completar la formación básica. Y en un escenario económico que exige perfiles técnicos y profesionales más especializados, el país entra a competir con una desventaja visible.
Mientras tanto, en los primeros puestos del ranking aparecen países que transformaron su estructura productiva apostándole desde hace años a la educación terciaria. Canadá encabeza la lista con cerca del 65% de su población adulta con título universitario. Irlanda, con 57,5%, y Corea del Sur, con 56,2%, completan el trío que marca la pauta global. En los tres casos, la estrategia es similar, fortalecer universidades, ampliar la formación técnica avanzada y vincular la academia con sectores de innovación, ingeniería, servicios profesionales y economías digitales.
El informe mostró que estos países no se quedaron solo en ampliar cupos, sino que desarrollaron políticas para atraer talento, consolidar centros de investigación y empujar industrias intensivas en conocimiento. No por casualidad se convirtieron en polos de innovación y destinos recurrentes para profesionales que buscan oportunidades en mercados laborales competitivos.
Canadá, Irlanda y Corea del Sur lideran el ranking global de educación terciaria con más del 56% de adultos graduados universitarios - crédito FreepikSin embargo, la Ocde también llama la atención sobre un matiz que suele quedar oculto cuando el foco está en quién aparece arriba en el listado. La relación entre títulos universitarios y productividad no es automática. Países como Alemania o Austria, que no ocupan los primeros lugares en proporción de graduados universitarios, sí destacan por sistemas robustos de formación profesional y técnica, pensados para responder a industrias que requieren habilidades muy específicas. Esa mezcla de perfiles demostró ser igual, o incluso más, efectiva para sostener altos niveles de empleabilidad y desarrollo.
Ese contraste pone en perspectiva el reto colombiano. Aunque el porcentaje de profesionales sigue creciendo, la base del sistema, la educación básica y media, continúa con vacíos que se arrastran a lo largo de la vida laboral. Y la oferta de formación técnica, que podría cerrar brechas más rápido, aún no logra consolidarse como alternativa equivalente a la universidad en términos de prestigio, pertinencia y conexión con el mercado.
Más allá de la comparación entre países, el estudio deja una conclusión transversal, la competencia global ya no se define únicamente por infraestructura o tecnología, sino por la capacidad de formar ciudadanos que puedan integrarse a sectores emergentes y adaptarse a transformaciones económicas constantes. En ese escenario, Colombia enfrenta la obligación de acelerar reformas, fortalecer colegios, ampliar oportunidades en educación superior y ordenar su sistema técnico y tecnológico.
La Ocde destaca que la relación entre títulos universitarios y productividad no es automática y depende de la formación técnica - crédito FreepikMientras naciones líderes consolidan ecosistemas donde la formación avanzada es el motor del crecimiento, Colombia se encuentra ante una disyuntiva clara, mantener el ritmo actual o jugársela por transformar de fondo su estructura educativa si aspira a no quedarse rezagada en la economía del conocimiento.
hace 2 horas
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