La contundente victoria de Terence “Bud” Crawford sobre el indiscutido campeón supermediano, Canelo Álvarez, dejó un vacío en la agenda del boxeo y una pregunta inevitable: ¿habrá una revancha?
El influyente promotor Eddie Hearn, quien ha trabajado previamente con el boxeador tapatío, ha alimentado el debate mediático.
En un giro que combina el deseo de ver el enfrentamiento más lucrativo del deporte con un análisis brutalmente honesto, Hearn puso en duda el interés de Canelo en subirse nuevamente al ring contra el invicto estadounidense.
El estilo y el dinero: la doble cara del desafío
Hearn fue explícito al señalar que, si bien el primer combate fue una oportunidad financiera gigantesca —se reportaron ganancias que superaron los 100 millones de dólares para Álvarez—, la derrota se debió a una razón que el equipo del mexicano ya conocía.
“No creo que Canelo quiera la revancha,” afirmó Hearn a Sports Illustrated sin rodeos. “La realidad es que el equipo de Canelo sabía que esa pelea era una pesadilla. Un estilo de boxeo [como el de Crawford] no es bueno para Canelo.”

El promotor profundizó en su argumento, explicando que el coeficiente intelectual boxístico y la velocidad de Crawford fueron demasiado para el mexicano. Según Hearn, la principal razón por la que Canelo accedió al primer enfrentamiento fue el dinero.
A pesar de su escepticismo sobre la voluntad del ex campeón de recorrer ese camino de vuelta Hearn indirectamente lanza un guante al Canelo Team.
El promotor afirma que Álvarez está “lejos de ser el peleador que fue alguna vez” y que su cuerpo ya no responde igual, el promotor británico incentiva la idea de la revancha al presentarla como la única forma para que el ídolo mexicano silencie a sus críticos y demuestre que su leyenda aún está vigente.
El segundo asalto entre el campeón indiscutido de los superligeros y el monarca de las 168 libras se perfila como una de las bolsas más grandes jamás vistas. La pelota está ahora en el campo de Saúl Álvarez, quien deberá decidir si el incentivo financiero y el orgullo deportivo superarán el riesgo que, según Hearn, su equipo siempre supo que implicaba enfrentar a un genio como Crawford.