
En el segundo trimestre de 2025, la economía de Cusco se contrajo 4.9% y acumula tres trimestres consecutivos de caída, una situación no observada desde la pandemia. Con ello, se mantiene debajo del promedio nacional (2.8%) y se ubica entre las regiones de mayor retroceso, solo por detrás de Áncash (-7.9%) y Tumbes (-10.8%). ¿A qué se debe ello y qué esperar en lo que queda del año?
La contracción de Cusco se explica principalmente por la caída del sector minería e hidrocarburos (-7.0%), que representa el 42% del PBI regional. Este desempeño negativo respondió a la menor explotación de gas natural (-8.0%) y líquidos de gas natural (-14.4%), debido al mantenimiento de la planta de Separación de Gas Malvinas en Camisea y la planta compresora de Transportadora de Gas del Perú (TGP). Dicho efecto fue compensado parcialmente por la recuperación de la producción de cobre (+2.1%), molibdeno (+1.9%) y plata (+1.8%).
Asimismo, se contrajo el sector agropecuario (-17.1%), acumulando dos trimestres consecutivos en negativo. Las bajas temperaturas y las malas cosechas afectaron los cultivos del café (-41.3%), el principal producto de la región orientado al mercado externo. La papa (-5.3%) y el maíz amiláceo (-4.4%) también se contrajeron en el segundo trimestre. A estos sectores, se sumó el retroceso del sector construcción (-12.3%), debido a la menor ejecución de obras de las municipalidades (-33.5%) y del Gobierno Regional (-18.1%), ajustado por el efecto inflación.

El riesgo de una nueva contracción en Cusco se mantiene alto para el tercer trimestre. El sector minero se vio afectado por las protestas y bloqueos en septiembre, que obligaron a suspender por dos semanas las operaciones de la mina Constancia, la segunda mayor productora de cobre de la región. Las pérdidas durante este periodo representarían aproximadamente el 6.5% de la producción de este metal en Cusco. No obstante, se espera que dicho efecto sea parcialmente compensado por la mayor extracción de gas natural (+4.0%) y LGN (+8.0%), según datos a agosto.
Las protestas en Machu Picchu también afectarían la recuperación de la economía cusqueña en el tercer trimestre. Entre enero y agosto de 2025, la ciudadela inca recibió 4.1% más visitantes que en el mismo periodo de 2024, aunque aún 4.0% por debajo de los niveles prepandemia. Si bien la recuperación del flujo turístico es gradual, las protestas y los problemas de gestión y transporte habrían generado pérdidas superiores a US$3 millones diarios, según la Cámara de Turismo de Cusco.
Las perspectivas negativas para la minería y el turismo serían compensadas parcialmente por la agricultura. Este sector creció 23.3% entre julio y agosto, impulsado por mayores cosechas de maíz amiláceo (+407.9%), trigo (+126.1%) y haba grano seco (+256.9%). Sin embargo, el café (-12.8%) continúa en descenso desde el primer trimestre. Además, los incendios forestales ocurridos entre julio y septiembre, y la reducción del 0.7% del área sembrada prevista para la campaña 2025/2026 limitarían la recuperación del sector.

La economía de Cusco enfrenta un escenario de recuperación complejo. Ante ello, se requiere un entorno de inversión ágil en los trámites, acompañado de una gestión oportuna de las demandas ciudadanas para evitar conflictos. Ello permitirá, por ejemplo, reactivar la inversión minera por su efecto multiplicador sobre otros sectores que promueven el empleo y el consumo local. Asimismo, En turismo, urge resolver la licitación del transporte a la ciudadela y mejorar la gestión de visitantes. Mientras que, en el agro, se requiere invertir en infraestructura y asistencia técnica para prevenir futuros siniestros.
(*) Elaborado por Gonzalo Manrique, economista senior del IPE, con colaboración de Yamilet Senosaín.