
Dos hombres en Florida enfrentan graves cargos federales tras ser acusados de apropiarse de más de 100 millones de dólares pertenecientes a una organización sin fines de lucro que administraba fondos para personas con discapacidad.
Según la acusación, entre los años 2009 y 2024 utilizaron complejos esquemas financieros para desviar el dinero hacia gastos personales y lujos.
Leo J. Govoni, de 67 años y residente de Clearwater, fundó hace 25 años el Center for Special Needs Trust Administration (Centro de Administración de Fideicomisos para Necesidades Especiales), una entidad sin fines de lucro creada para manejar indemnizaciones, pensiones y otros pagos en beneficio de personas con necesidades especiales. Sin embargo, fiscales federales del distrito medio de Florida lo acusan de convertir esta organización en su “alcancía personal”.

La acusación señala que Govoni, junto con el contador John L. Witeck, de 60 años y con domicilio en Tampa, malversó los fondos para costear viajes en aviones privados, inversiones inmobiliarias, pagar deudas personales y hasta financiar operaciones de la cervecería Big Storm Brewery, ubicada también en Clearwater.
El desvío de fondos fue tan grave que en febrero de 2024 la organización se declaró en bancarrota, dejando a más de 2.100 personas con discapacidad sin acceso a los recursos que les pertenecían. En su momento de mayor actividad, la entidad gestionaba más de 200 millones de dólares en cuentas fiduciarias y servía a unos 5.000 beneficiarios a lo largo del país.
De acuerdo con información divulgada por The New York Times, los cargos contra Govoni y Witeck incluyen:
- Conspiración para cometer fraude electrónico y por correo (1 cargo)
- Fraude por correo (3 cargos)
- Fraude electrónico (6 cargos)
- Conspiración para lavar dinero (1 cargo)
- A Govoni además se le imputan cargos adicionales por:
- Fraude bancario
- Transacciones monetarias ilegales
- Declaración falsa en una bancarrota

Cada uno de los delitos principales puede conllevar penas de hasta 20 años de prisión, mientras que el cargo de transacciones monetarias ilegales conlleva una pena máxima de 10 años, y la declaración falsa, hasta 5 años.
El esquema de fraude se extendió durante 15 años. Según el acta de acusación, Govoni y su grupo utilizaron los fondos robados para financiar la expansión de Big Storm Brewery, una cervecería que también vendía su producto en estadios y supermercados locales.
Parte del dinero fue destinado a una compañía de aviación privada controlada por el propio Govoni, que operaba al menos un jet privado.
Además, usó alrededor de 205.000 dólares para saldar una línea de crédito hipotecario en su residencia, y obtuvo un préstamo hipotecario de refinanciación por 3 millones de dólares, presuntamente como parte del esquema de lavado de dinero.
Para ocultar el robo, los acusados enviaban estados de cuenta falsos con saldos engañosos a los beneficiarios y sus familias. La manipulación contable incluía transacciones ficticias y desvíos difíciles de rastrear.

“Los acusados no solo drenaron los recursos de la organización, sino que traicionaron la confianza de toda una comunidad”, dijo en un comunicado José A. Pérez, director adjunto de la división de investigaciones criminales del FBI.
La Fiscalía destaca que el caso representa una traición a personas altamente vulnerables que dependían de esos fondos para cubrir sus necesidades básicas.
De momento no ha sido confirmado si Govoni o Witeck cuentan ya con representación legal. La investigación continúa y podría implicar a otras personas vinculadas al esquema. Los fiscales no han revelado si buscarán recuperar los fondos desviados ni si la cervecería y la empresa de aviación seguirán operando.
“La magnitud y audacia del fraude son profundamente preocupantes”, declaró Guy Ficco, jefe de investigaciones criminales del IRS. “Robar fondos destinados a proteger y apoyar a personas con discapacidades no solo es ilegal, sino que constituye un acto de extrema crueldad”.