
El presidente Donald Trump ha firmado una orden ejecutiva en la que se compromete a utilizar todas las medidas, incluida la acción militar estadounidense, para defender a la nación rica en energía de Qatar, aunque aún no está claro qué peso tendrá esta promesa.
El texto de la orden, disponible desde el miércoles en el sitio web de la Casa Blanca, pero con fecha del lunes, parece ser otra medida de Trump para tranquilizar a los qataríes tras el ataque sorpresa de Israel contra el país, dirigido contra los líderes de Hamas, mientras estos sopesaban aceptar un alto el fuego con Israel en la guerra de la Franja de Gaza.
La orden cita la “estrecha cooperación” y los “intereses comunes” de ambos países, y se compromete a “garantizar la seguridad y la integridad territorial del Estado de Qatar frente a ataques externos”.

“Estados Unidos considerará cualquier ataque armado contra el territorio, la soberanía o las infraestructuras críticas del Estado de Qatar como una amenaza para la paz y la seguridad de Estados Unidos”, dice la orden.
“En caso de que se produzca un ataque de este tipo, Estados Unidos tomará todas las medidas legales y apropiadas —incluidas las diplomáticas, económicas y, si es necesario, militares— para defender los intereses de Estados Unidos y del Estado de Qatar y para restablecer la paz y la estabilidad".
Al parecer, la orden se produjo durante la visita del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a Washington el lunes. Trump organizó una llamada de Netanyahu a Qatar durante la visita, en la que Netanyahu “expresó su profundo pesar” por el ataque que causó la muerte de seis personas, entre ellas un miembro de las fuerzas de seguridad qataríes, según informó la Casa Blanca.

Las autoridades qataríes no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios sobre la orden de Trump. Sin embargo, la cadena de noticias por satélite Al Jazeera, financiada por Qatar, informó ampliamente sobre ella el miércoles con el titular: “La nueva orden ejecutiva de Trump garantiza la seguridad de Qatar tras el ataque israelí”.
El verdadero alcance de la promesa sigue siendo una incógnita. Por lo general, los acuerdos o tratados legalmente vinculantes deben recibir la aprobación del Senado de Estados Unidos. Sin embargo, los presidentes han firmado acuerdos internacionales sin la aprobación del Senado, como hizo el presidente Barack Obama con el acuerdo nuclear de Irán con las potencias mundiales en 2015.
Y, en última instancia, cualquier decisión de emprender acciones militares recae en el presidente. Esa incertidumbre ha empañado los anteriores acuerdos de defensa de Estados Unidos en el segundo mandato de Trump, como las garantías del artículo 5 de la OTAN.
Qatar, una nación peninsular que se adentra en el Golfo Pérsico, se ha enriquecido enormemente gracias a sus reservas de gas natural. Ha sido un socio militar clave de Estados Unidos, permitiendo al Mando Central estadounidense tener su base de operaciones avanzada en su vasta base aérea de Al Udeid. El presidente Joe Biden nombró a Qatar como un importante aliado no miembro de la OTAN en 2022, en parte debido a su ayuda durante la caótica retirada estadounidense de Afganistán.
Tras el ataque israelí, Arabia Saudita firmó un acuerdo de defensa mutua con Pakistán, lo que situó al reino bajo el paraguas nuclear de Islamabad. No está claro si otros países árabes del Golfo, preocupados tanto por Israel como por Irán, que se enfrenta a nuevas sanciones de las Naciones Unidas por su programa nuclear, buscarán acuerdos similares con el garante de seguridad de la región desde hace mucho tiempo.
“La centralidad del Golfo en Oriente Medio y su importancia para Estados Unidos justifican garantías específicas por parte de este país, más allá de las promesas del presidente Donald J. Trump de que no se repetirá y de las cenas de trabajo”, escribió Bader al-Saif, profesor de Historia de la Universidad de Kuwait que analiza los asuntos árabes del Golfo.
(Con información de AP)