Donald Trump acusó a la “izquierda radical” de instigar y financiar las protestas contra los operativos migratorios en Los Ángeles

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Donald Trump advirtió que seguiráDonald Trump advirtió que seguirá adelante con los operativos migratorios pese a las tensiones en Los Ángeles (REUTERS/Kevin Lamarque)

En medio de las tensiones que se vivieron en los últimos días en Los Ángeles, el presidente Donald Trump culpó este domingo a la “izquierda radical” de estar detrás de la violencia y disturbios en el marco de las protestas contra los operativos migratorios en la ciudad, que hoy se enfrenta a su tercer día de manifestaciones.

“Estas protestas de la Izquierda Radical, por instigadores y a menudo alborotadores pagados, no será toleradas. Además, a partir de ahora, no se permitirá el uso de máscaras en las protestas. ¿Qué tiene que ocultar esta gente y por qué? Una vez más, ¡gracias a la Guardia Nacional por un trabajo bien hecho!”, escribió el líder republicano en su cuenta de Truth Social sobre los enfrentamientos producidos en distintos puntos de Los Ángeles y que se han saldado con decenas de detenidos, entre ellos once mexicanos.

Las calles de Paramount, una comunidad de unos 50.000 habitantes en el área metropolitana de Los Ángeles, se convirtieron en el epicentro de la tensión social tras los operativos migratorios federales que desencadenaron protestas y enfrentamientos con las autoridades.

Tras la violencia desatada durante las protestas, Trump ordenó el sábado el despliegue de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional para controlar la situación tras dos días de disturbios por las redadas.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, explicó en un comunicado que el presidente firmó un memorando para el despliegue de los efectivos con el objetivo de “controlar la anarquía que dejaron arraigarse”.

Trump ordenó el despliegue deTrump ordenó el despliegue de 2000 agentes de la Guardia Nacional en Los Ángeles (REUTERS/Barbara Davidson)

La medida fue calificada como “deliberadamente provocadora” por el gobernador de California, Gavin Newsom, quien también la describió como un “comportamiento desquiciado”.

Las protestas comenzaron tras las redadas masivas de migración realizadas por agentes federales en al menos siete ubicaciones de Los Ángeles. El viernes por la noche, se registraron actos vandálicos y grafitis contra edificios federales y vehículos de agencias migratorias, lo que intensificó la respuesta de las autoridades. El sábado, la situación escaló en Paramount, donde más de 50 vehículos federales participaron en un operativo migratorio en una empresa local. Activistas y miembros de la comunidad intentaron impedir las detenciones, pero los agentes federales respondieron con tácticas militares, utilizando gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para dispersar a los manifestantes.

Por su parte, la alcaldesa Karen Bass expresó su desacuerdo con el despliegue de la Guardia Nacional. En declaraciones a la cadena ABC, sostuvo: “No creo que sea necesario porque confío en que el Departamento de Policía de Los Ángeles y otras fuerzas del orden en Los Ángeles puedan manejar las cosas en Los Ángeles”.

Trump, no obstante, cuestionó la gestión de la funcionaria en situaciones de emergencia: “Basta con ver cómo gestionaron los incendios”, escribió el mandatario.

El secretario de Defensa, Pete Hegseth, fue más allá y advirtió sobre la posibilidad de movilizar a los infantes de marina de Camp Pendleton si la violencia continuaba. “De ser necesario, los infantes de marina de Camp Pendleton también serán movilizados. Ya están en alerta”, declaró en redes sociales.

Esta advertencia provocó una fuerte reacción del gobernador Newsom, quien insistió en que la intervención militar solo aumentaría las tensiones: “Es intencionalmente provocador y solo aumentará las tensiones”.

La violencia en Los ÁngelesLa violencia en Los Ángeles comenzó el pasado viernes tras los operativos migratorios (REUTERS/Barbara Davidson)

“La administración Trump tiene una política de tolerancia cero con el comportamiento criminal y la violencia, en especial cuando la violencia se dirige contra oficiales de las fuerzas del orden que tratan de hacer su trabajo”, remarcó la portavoz Leavitt .

El viernes, las redadas de inmigración en Los Ángeles desencadenaron los primeros enfrentamientos, que se prolongaron durante varias horas. La alcaldesa Bass reconoció que algunos residentes experimentaron “miedo” tras las acciones de los agentes federales. El subdirector del FBI, Dan Bongino, confirmó que se realizaron varios arrestos desde el inicio de los operativos.

En medio de la crisis, Tom Homan, el zar de seguridad fronteriza del gobierno de Trump, defendió las acciones federales y criticó a la alcaldesa: “Estamos haciendo Los Ángeles más seguro. La alcaldesa Bass debería agradecernos”, escribió en X.

Pese a las advertencias del Gobierno, los manifestantes, en su mayoría latinos, han reiterado su determinación de continuar protestando. “Nunca nos detendrán. Todo lo que nos queda es nuestra voz”.

El Departamento de Seguridad Interna ha expresado su preocupación por la respuesta a los operativos, señalando que los actos vandálicos y los grafitis contra edificios y vehículos federales complican la labor de las agencias migratorias. No obstante, la comunidad insiste en que la presencia masiva de agentes y el uso de tácticas militares solo incrementan la tensión y el temor entre los residentes.

La situación en Los Ángeles sigue siendo incierta, con la posibilidad de nuevos enfrentamientos y un clima de desconfianza entre la población y las autoridades.

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